¿Que me vaya al baño a darle el pecho a mi bebé? No, gracias

¿Que me vaya al baño a darle el pecho a mi bebé? No, gracias

Superé mi miedo a que la gente me viera alimentando a mi bebé; y el miedo a ofenderla. Superé mi rechazo a fotografiarme dándole el pecho. Superé la vergüenza por algo vital. Dejé de sentir ataques de ansiedad y de obsesionarme con taparme con la mantita.

Al principio no era mi intención fotografiar a cientos de mujeres dándole el pecho a sus hijos. Pero cuando un bebé ve a su madre desnuda, inevitablemente empieza a jadear para que le dé el pecho. Así que, por casualidad, y cada vez con más frecuencia, me vi fotografiando esos momentos de conexión especial, aunque mi pasión inicial fuera documentar los bellos cuerpos de todas las madres capaces de compartir la historia de su cuerpo.

Puede que ahora te estés preguntando por qué hablo de esto. La mayoría de la gente que me conoce sabe que crecí en una familia bastante hippie. Pero aun así, hasta que no tuve 20 años, cuando vivía en Nuevo México, no experimenté mi propia extrañeza al ver que alguien daba el pecho en público. Era mi mejor amiga, que un día se puso a amamantar a su bebé delante de mí. Fingí normalidad, pero lo cierto es que me sentí muy incómoda. Cuando crecí no había muchos bebés a mi alrededor; vivía en un pueblecito mexicano muy católico y recuerdo que a los bebés les daban biberón...

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He de decir que pasaron 14 años y la cosa no cambió demasiado: no veía a muchas mujeres dar el pecho en público.

Sin embargo, el nacimiento de mi hijo en 2012 transformó todo. Mi marido y yo queríamos llevar una vida normal con nuestro bebé. Es decir, le llevábamos a las clases de baile que yo impartía, le llevábamos con nosotros cuando salíamos a tomar un aperitivo, viajábamos todos juntos para visitar a la familia de la Costa Este, etc. Entonces me di cuenta de que si quería hacer todo esto con un niño al que amamantaba, tendría que descubrir mi pecho en público, o recluirme en cualquier baño de mala muerte. Qué horror. Intentaba ocultar mi ansiedad mientras me cubría el pecho y tapaba a mi bebé con una manta. Prefería retirarme a los aseos. Y entonces...

Entonces lo superé.

Superé mi miedo a que la gente me viera alimentando a mi bebé; y el miedo a ofenderla. Superé mi rechazo a fotografiarme dándole el pecho. Superé la vergüenza por algo vital. No es que me quitara la camisa en un gesto dramático de rebelión y me quedara en topless para dar el pecho en el mejor restaurante de la ciudad, pero dejé de sentir ataques de ansiedad y de obsesionarme con taparme con la mantita. Empecé a ponerme camisas sueltas con las que era más fácil disimular mi pecho y así mi vida pasó a ser mucho (pero mucho) más sencilla.

Me di cuenta de lo BONITO que es amamantar. Ahora nunca me canso de fotografiar a mujeres así. Es una obsesión.

Lo cierto de la cuestión es que NADIE debería avergonzarse de darle el pecho a su bebé. ADEMÁS, me atrevo a decir que una mujer puede sentirse guapa y dar de mamar al mismo tiempo.

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Hace poco, una mujer escribió este comentario en mi página de Facebook:

"¿Cuántas veces vas a colgar esta foto de ti misma dando el pecho en esa postura y preguntándote 'por qué hay personas que piensan que la imagen es ofensiva' solo con el fin de atraer la atención de la gente? Ya nos hemos enterado de que das de mamar a tu hijo y que te encantan las fotos de ese tipo. Yo también di el pecho a mis hijos, pero no tuve necesidad de mostrárselo al mundo. La vida sigue. Supéralo".

Os voy a contar algo sobre mí: mi signo del zodiaco es Cáncer. Si sabes algo sobre astrología, sabrás que los cáncer son los más sensibles de todo el zodiaco. Soy una chica muy sensible y desde hace 19 meses he estado durmiendo tres horas al día y bebiendo demasiado café. Aún no he aprendido a no tomarme las cosas personalmente.

No obstante, también he aprendido algo de este tipo de interacciones: esos comentarios que me sumergen en mi yo zodiacal, que me hacen llorar y apiadarme de mí misma, en realidad hacen que crezca mi pasión, mi compromiso y mi solidaridad con la gente, tanto en mi vida personal como profesional, para aumentar la autoestima de las mujeres. Me gusta oír la opinión de todos, aunque sean afiladas críticas. Así que tengo dos opciones: sentirme ofendida y ponerme a la defensiva, con lo cual no se llega a ninguna parte, o escuchar con respeto y ponerme en la piel del otro por un momento.

Y seguir a lo mío.

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He de decir que estoy de acuerdo con la mujer que dejó ese comentario; puede que necesite superar algunos aspectos de mi vida. Pero fotografiar y celebrar el amamantamiento no es algo que necesite superar. A pesar de todo, agradezco que haya empleado su tiempo en dejarme un comentario. Eso significa que, de alguna forma, mi trabajo le importa. Y lo agradezco.

Creo que podemos superar nuestras diferencias de opinión siendo más conscientes de nuestras palabras y siendo respetuosos, especialmente entre nosotras que, como hermanas, no tenemos por qué avergonzarnos de ser mujeres. Nuestros hijos siguen nuestro ejemplo. Vamos a mostrar la belleza que queremos ver en el mundo.

Fotos de Jade Beall

Traducción de Marina Velasco Serrano