Qué pasa ahora que España deja atrás el estado de alarma

Qué pasa ahora que España deja atrás el estado de alarma

El país entra en la nueva normalidad, pero la obligación de llevar mascarillas y mantener distancias recuerdan que la crisis sanitaria no se ha ido.

Un control temperatura en una tienda de Madrid el 18 de junio.GTRES

Bienvenidos a la nueva normalidad. España deja atrás el estado de alarma tras casi 100 días; los transcurridos desde que entró en vigor el 14 de marzo. Los españoles ya pueden moverse con total libertad. El país vuelve a funcionar jurídicamente como lo hacía antes de que el coronavirus originado en China hace medio año pusiera en jaque al mundo.

En estos tres meses han muerto más de 28.300 personas y el miedo a los rebrotes de la enfermedad sigue latente. El Gobierno, además, no descarta el peor de los escenarios: que la situación se descontrole y haya que volver decretar un nuevo estado de alarma. Pero, por el momento, la evolución de la epidemia no ha impedido que se cumpla la fecha del fin de la excepcionalidad que decretó el Ejecutivo: las cero horas del 21 de junio.

El estado de alarma cae, pero la crisis sanitaria continua y, para manejarla, el Ejecutivo dictó un Real Decreto Ley específico: el 21/2020 de 9 junio. Ese es el paraguas legislativo de la nueva normalidad que aún debe ser convalidado en el Congreso. Con él, las comunidades autónomas recuperan de manera definitiva las competencias que el Gobierno concentró en el mando único; algo que ya venía ocurriendo desde que Sánchez dio luz verde a los Gobiernos autonómicos en un decreto anterior para pilotar la transición desde la fase III hacia esta nueva normalidad. Los presidentes autonómicos tienen ya libertad para decidir vía decreto con qué medidas específicas gestionan la epidemia en sus territorios.

La obligación de llevar mascarilla, no obstante, seguirá vigente en todo el país en espacios y transportes públicos; también la limitación de aforo en locales, comercios y espectáculos públicos hasta que la pandemia remita y mientras las autoridades públicas lo consideren necesario. Pero ahora son las comunidades autónomas y los ayuntamientos los responsables vigilar, inspeccionar y controlar que se cumplen estas normas, cuya desobediencia está sancionada con multas de hasta 100 euros.

Todo está sellado en el decreto de la nueva normalidad en la que entraron antes, este viernes, Euskadi, Cataluña y Cantabria. Los gallegos, pioneros, han vivido allí desde este lunes.

Hasta ahora, la libertad de circulación entre provincias y entre comunidades ha estado restringida. Pero con el fin del estado de alarma se recupera

Las claves del decreto de la nueva normalidad

El decreto de la nueva normalidad, además del distanciamiento social de al menos metro y medio y la obligatoriedad de la mascarilla para los mayores de seis años, refuerza el rastreo de contactos de posibles casos y considera a la covid-19 como “una enfermedad de declaración obligatoria urgente”. La producción y el abastecimiento de medicamentos, así como el stock de mascarillas, está garantizado gracias a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

Las empresas que ya están organizando la vuelta al trabajo deben tener presente la regla del metro y medio en la ordenación de puestos y turnos y deben priorizar el teletrabajo siempre que sea posible. El decreto también abre la educación presencial, aunque el curso esté a punto de cerrar.

Los alumnos podrán volver a las aulas, pero de nuevo con limitaciones en el número de alumnos por clase. Las distancias físicas también se mantendrán entre pupitres. Los estadios también podrán abrir la puerta al público. Las competiciones de la liga de fútbol y baloncesto se pueden celebrar con presencia de aficionados previa autorización del Consejo Superior de Deportes (CSD), y con el visto bueno del organizador, Sanidad y las CC AA.

Respecto a los comercios, hoteles, alojamientos turísticos, bares, restaurantes, museos, bibliotecas o instalaciones para actividades deportivas, el decreto marca que “las administraciones competentes deberán asegurar el cumplimiento de las normas de aforo, desinfección, prevención y acondicionamiento”.

Todos estos establecimientos deben asegurar que no se producen aglomeraciones y “facilitar a las autoridades sanitarias la información de la que dispongan o que les sea solicitada relativa a la identificación y datos de contacto de las personas potencialmente afectadas” en un cadena de contagios para realizar la trazabilidad.

  Un grupo de personas en Mallorca, el pasado 16 de junio.ASSOCIATED PRESS

Los Gobiernos autonómicos son, además, los responsables de proporcionar al Ministerio de Sanidad los datos de la vigilancia epidemiológica y deben suministrar la información cuando se produzcan “situaciones de emergencia para la salud pública”, según el decreto.

Los servicios de salud de las comunidades garantizan que, en todos los niveles de la asistencia y de forma especial en la atención primaria, se realizará a todo caso sospechoso de padecer la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus una prueba diagnóstica por PCR u otra técnica de diagnóstico tan pronto como sea posible desde que se conozcan los síntomas.

El decreto recurre a dos leyes para la futura gestión de la crisis: la Ley de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud, para mantener engrasada la coordinación entre autoridades sanitarias estatales y autonómicas, y la Ley General de Salud Pública, que otorga a las Administraciones las herramientas para poder aplicar medidas preventivas en casos de contagios o similares.

Esta última es la norma tras la que se escudaban algunos partidos de la oposición, como PP y Vox, para reclaman al Gobierno el fin del estado de alarma a mediados del mes pasado. Y carga de razones a los populares que aún no han cerrado el sentido de su voto al decreto.

El Ejecutivo confía en que con las normas de obligatoriedad de la mascarilla y el distanciamiento se mantenga a raya la propagación de la infección

Cada comunidad con su plan

El presidente del Gobierno anunció que con el fin de la alarma “desaparecen las medidas excepcionales con las que se han combatido la primera oleada, pero la situación no es la de antes de irrumpir el virus”. Por eso, cada comunidad ha ido preparando sus propias decretos para regular la gestión de la epidemia con las medidas de cumplimiento siguiendo el decreto del Gobierno.

Galicia

El plan gallego fue el primero y abrió la puerta de “los establecimientos que se destinen a ofrecer juegos y atracciones recreativas para público igual o inferior a 12 años, los espacios de juego y entretenimiento, así como la celebración de fiestas infantiles”.

También quita el candado a “los locales de discotecas y demás establecimientos de ocio nocturno, sin perjuicio de la apertura de las terrazas al aire libre”. Y “las fiestas, verbenas y otros eventos populares, así como las atracciones de ferias” volverán a los pueblos de la comunidad en verano, pero eso no pasará en todo el país.

Aragón

En Aragón la consejera de Sanidad, Sira Repollés, avanzó la prohibición de realizar fiestas patronales hasta el próximo 30 de septiembre. El Gobierno del socialista Javier Lambán está preparando la normativa a través de la cual se regirá allí la nueva normalidad. Este sábado publica la orden que mantiene en un 75% el aforo en los locales para evitar aglomeraciones. Aún no han trascendido detalles concretos respecto a educación y a la gestión de las residencias.

Las salas de ocio nocturno incrementan allí su aforo desde el tercio actual hasta el 50% y permiten la ocupación de las zonas de baile, pero con mesas. La consejera aragonesa ha insistido en que la situación epidemiológica es inestable en la comunidad, por lo que se debe mantener toda la precaución posible.

Comunidad de Madrid

La Comunidad de Madrid, por ejemplo, aún no se atreve con las salas de ocio nocturno. Según ha avanzado este viernes el vicepresidente, Ignacio Aguado, las discotecas y bares de noche seguirán cerrados hasta el 5 de julio y desde entonces la Comunidad establecerá los requisitos exigidos para la apertura.

El primer ciclo de Educación infantil podrá ir a clase en la región desde el 1 de julio. Y tendrán preferencia los padres que trabajen fuera del domicilio, según contó Ignacio Aguado. La región también levanta el veto a los parques infantiles “con una persona por cuatro metros cuadrados de espacio”.

Además, el Gobierno de la Comunidad de Madrid anunció para las residencias ”un nuevo protocolo donde se ampliará la frecuencia de las visitas y el número de visitantes”, después de la polémica por su gestión. En los taxis, además, pueden viajar 3 personas en vez de dos y los mercadillos pueden ampliar el aforo hasta el 60%, la superficie y los días de apertura. También hay menos limitaciones en el deporte y en las bodas, que pueden congregar hasta 100 asistentes.

El aforo de bares y restaurantes es del 60% en el interior de los locales y del 80% en las terrazas. Y, a partir del 6 de julio, el aforo será del 75% en interior y del 100% en las terrazas. El vicepresidente madrileño anunció que las condiciones de reapertura girarán entorno a las medidas del decreto del Gobierno central: higiene y distancia social.

Cataluña

En Cataluña, el presidente Quim Torra emitió el jueves el decreto en el que deja claro que la Generalitat es la “autoridad competente” en esta nueva etapa que no llaman de normalidad, sino “de reanudación”. Torra levantó las restricciones de movilidad en la comunidad y mantiene hasta el 25 de junio el aforo de los espacios cerrados al 50% y de los espacios abiertos al 75%.

A partir de esa fecha no se marcará un límite de capacidad, sino que se diseñará el aforo en función de la distancia física de seguridad de un metro y medio, lo que reserva 2,5 metros cuadrados a cada persona. Como marca el decreto del Gobierno central, la Generalitat mantiene la obligatoriedad el uso de las mascarillas. Los parques infantiles también están abiertos, pero se debe respetar en ellos la distancia mínima interpersonal y, de nuevo, el uso de mascarilla.

País Vasco

El Gobierno Vasco aprobó también este jueves la norma de entrada en la nueva normalidad, que hace en el primer punto una apelación a la responsabilidad ciudadana. “Toda la ciudadanía deberá adoptar las medidas necesarias para evitar la generación de riesgos de propagación de la enfermedad covid-19, así como la propia exposición a dichos riesgos”. También recuerda la necesidad de sostener durante los próximos meses las medidas de seguridad e higiene que la mayoría de ciudadanos saben de carrerilla: lavado repetido de manos, distanciamiento social, uso de mascarilla en espacios cerrados...

El Ejecutivo vasco fija en el decreto la distancia mínima de seguridad en 1,5 metros, siguiendo la estela del decreto del Gobierno. Y elimina los límites de personas para los encuentros en casas, en bares y terrazas. Solo siguen pautas de separación. El uso de mascarillas sigue siendo obligatorio en el transporte público y allí donde no se pueda respetar la distancia social. En los establecimientos, en eventos culturales y deportivos, y en bibliotecas, al margen de bares y restaurantes, el aforo máximo es del 60%.

Cantabria

El Gobierno cántabro, con Miguel Ángel Revilla al frente, fijó un aforo de un 75% en bares, restaurantes, establecimientos de hostelería, tiendas, centros comerciales, bibliotecas, centros culturales o monumentos. Los cántabros también se quedan sin fiestas, verbenas y eventos populares hasta el 8 de julio.

El decreto en esta comunidad también regula las playas y la apertura de los parques infantiles. Y añade un requisito que deberán cumplir los ayuntamientos y velar porque se cumple: desinfección de las instalaciones y la distancia social.

Navarra

El Gobierno de Navarra fijó para la nueva normalidad un límite al aforo del 75% de la capacidad de todos los establecimientos. Y sigue la estela del Gobierno central en el cumplimiento de la distancia social de al menos un metro y medio como referencia. El Gobierno también abrió los parques infantiles, las escuelas del ciclo 0-3 años, los clubes de jubilados y los centros de día.

Comunidad Valenciana

En la Comunidad Valenciana, este viernes el Consell decretó las medidas de prevención necesarias para hacer frente a la covid-19 a partir del decreto que ya regía la fase 3 avanzada. Básicamente, según precisan fuentes del Gobierno de Ximo Puig, se mantienen las mismas condiciones que había en la fase 3 avanzada.

Se permiten los desplazamientos entre las tres provincias; no hay franjas horarias y el aforo máximo autorizado en la mayoría de actividades de ocio y comerciales se fija en el 75%. Ese decreto, además, aumentó las dimensiones de los grupos de personas, y la distancia social mínima pasa a 1,5 metros.

Andalucía

Andalucía aprobó este viernes el decreto. La Junta lanzó una norma para volver al trabajo presencial en la Administración de la Junta de Andalucía, que está siendo negociada con los sindicatos y en la que se mantendrá la flexibilidad y el teletrabajo. Y también un paquete de medidas en materia de Salud Pública.

Según adelantó el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, los bares y restaurantes pueden ocuparse con un aforo del 75% en el interior y del 100% en terrazas. Eso sí, se tiene que respetar el metro y medio de distancia y un máximo de 25 personas por mesa. Además, las zonas comunes de los hoteles y alojamientos turísticos se pueden ocupar al 50%. Aquí, el presidente puntualizó que, aunque en otros territorios se ha optado por el 75%, Andalucía se rige por la “prudencia”.

Ya están abiertos cines, teatros y auditorios con un máximo de aforo del 65%. Otros espectáculos públicos al aire libre, como los conciertos, tienen un aforo máximo de 1.500 personas que tienen que estar sentadas y respetando la distancia.

Castilla-La Mancha

El Gobierno de Castilla La-Mancha ultima el decreto de la nueva normalidad que establece un aforo máximo para eventos del 75% en el interior de establecimientos y la recomendación de no celebrar fiestas patronales hasta el 15 de julio.

El decreto se publica este sábado en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM). El Ejecutivo, liderado por el socialista Emiliano García Page, se marca hasta el 15 de julio como fecha de la primera fase para analizar la evolución de la situación de la epidemia desde el punto de vista sanitario con el fin de estudiar si se puede avanzar más en las medidas de flexibilización.

Canarias

El decreto canario se aprobó este viernes y pone el foco en las limitaciones de los aforos de los eventos con un máximo de 1.000 personas en espacios abiertos y de 300, en cerrados. Aunque contempla la posibilidad de que se desarrollen eventos con un mayor número de personas si piden permiso a la dirección general de Salud Pública y esta lo autoriza.

En los centros escolares, será la Consejería de Educación la que elabore el protocolo de la vuelta a las clases en septiembre y en el caso del ámbito universitario serán competencia de las propias universidades las que se encarguen del retorno a las clases de forma presencial.

Los restaurantes no tienen aforo máximo, aunque los comensales deben respetar las distancias. Tampoco se pueden usar cartas de papel y los clientes no se pueden sentar sin que se haya limpiado antes el mobiliario. En los espacios turísticos tampoco se limitan los aforos. Los centros comerciales y las tiendas podrán abrir, pero sin sobrepasar un aforo del 75%.

Islas Baleares

El plan que aprobó este viernes el Govern balear prevé una serie de medidas generales referidas a la protección, a la distancia personal, a los aforos, a la higiene y prevención, y también medidas para evitar la confluencia masiva de personas en el entorno laboral.

Los titulares de cualquier actividad tienen que implantar planes de gestión del riesgo para la prevención del contagio de la COVID-19. Además, el decreto establece que se puede suspender cualquier actividad que a juicio de la autoridad competente pueda suponer un riesgo de contagio.

El decreto, además, recoge que el uso de mascarilla es obligatorio en los espectáculos culturales y deportivos que se lleven a cabo en el interior de espacios cerrados, así como en el interior de todos los establecimientos comerciales, siguiendo la estela del Gobierno central.

Los aforos en locales y establecimientos comerciales en los que no hay límite específico son del 75% de la capacidad. Este máximo, sin embargo, no es de aplicación en establecimientos comerciales de productos y bienes de primera necesidad, como farmacias, ópticas o lavanderías.

Murcia

El decreto murciano establece un límite de aforo del 75% en los mercadillos locales, lugares de culto, comercios en general, zonas comunes de hoteles, bibliotecas, museos, cines, teatros, piscinas, bares y restaurantes en interior y terrazas.

El texto limita el aforo también al 75% en los locales de ocio nocturno y discotecas, donde los clientes deberán permanecer sentados y no podrán consumir en la barra. En la hostelería también se debe guardar la distancia mínima de 1,5 metros y en los hoteles se pueden usar todas las plazas disponibles, aunque en las zonas comunes se limita la afluencia también al 75%.

Extremadura

El decreto extremeño, que aprobó el Gobierno autonómico este viernes, prevé la posibilidad de volver al confinamiento en caso de rebrotes, según explicó la vicepresidenta de la Junta de Extremadura, Pilar Blanco Morales. Es más, el plan contempla el confinamiento desde la región, pasando por una provincia, una localidad e incluso de manera individual, pasando por un edificio de viviendas. Y todo para “garantizar los derechos de los ciudadanos aunque hay que tener en cuenta que la salud es lo primero”.

En la norma se da a los establecimientos comerciales la opción de permanecer abiertos durante días no hábiles a efectos comerciales. Esta medida tiene un carácter transitorio, con una duración prevista de 3 meses desde la publicación del decreto ley. Su objetivo es evitar, en la medida de lo posible, que se produzcan aglomeraciones. Extremadura no aplica restricciones de aforo específicas.

El Ejecutivo confía en que con las normas de obligatoriedad de la mascarilla y el distanciamiento se mantenga a raya la propagación de la infección con la que solo ha estado en contacto el 5,2% de los españoles. El Gobierno también espera que con la devolución de las competencias sanitarias a las Comunidades, aunque condicionadas con más herramientas de coordinación, podrá hacerse frente con éxito a nuevas crisis derivadas de la pandemia.

Nunca en la historia reciente de España el país había permanecido tanto tiempo bajo un régimen de excepcionalidad. Cuando el Gobierno decretó la alarma, que la ha prorrogado en seis ocasiones, el horario de invierno hacía que los españoles acudieran a su cita en el balcón para aplaudir de noche. Las calles estaban desiertas y la luz del verano lejos.