¿Quiénes son los 'guardianes de la verdad' a los que aplaude 'Time'?

¿Quiénes son los 'guardianes de la verdad' a los que aplaude 'Time'?

Kyaw Soe Oo y Wa Lone, Maria Ressa y 'The Capital Gazette' comparten portada con Jamal Khashoggi.

La revista Time ha nombrado Persona del Año 2018 a Jamal Khashoggi, el periodista saudí asesinado por su propio gobierno en el consulado de Estambul (Turquía), el pasado octubre. De él se ha escrito mucho: que fue un miembro importante en la administración de los Saud hasta que dio un paso atrás, asqueado de lo que veía, y empezó a denunciar a Riad por sus violaciones de derechos humanos o su participación en la guerra de Yemen; que procedía de una prominente familia saudí; que era columnista de The Washington Post; que estaba a punto de casarse y justo acudió a por unos papeles el día que le montaron una encerrona y lo descuartizaron vivo...

Sin embargo, los aplausos de la revista norteamericana son repartidos, van a parar a todos los "guardianes de la verdad", los periodistas que ejercen su labor jugándose la vida, en mitad de una guerra de intereses en la que una pluma incómoda está mejor bajo tierra. Según datos de la organización Reporteros Sin Fronteras, sólo el pasado año 65 informadores fueron asesinados por hacer su trabajo. Si se exceptúan los lugares donde hay guerra abierta (Siria, Irak), México es el peor lugar para ejercer el oficio con seguridad. Otros 179 informadores fueron encarcelados por ejercer su profesión y los secuestrados son hasta 54.

Time presta atención, también, a Shahidul Alam, un fotógrafo de Bangladesh; a Nguyen Ngoc Nhu Quynh, más conocida como Mother Mushroom, una bloguera vietnamita; a Dulcina Parra, que trabaja para una radio en el estado mexicano de Sinaloa; a los rusos Tatiana Felgengauer, que fue editora del Echo of Moscow, y a Arkady Babchenko, reportero; a la analista venezolana Luz Mely Reyes; al turco Can Dündar, director del periódico Cumhuriyet;y a la freelance sudanesa Amal Habani.

Todos ellos comparten el reportaje en profundidad con el que abre la publicación, pero son cuatro más los que también suben a la portada, como Khashoggi. Estas son sus historias.

Maria Ressa, Filipinas

Maria Ressa dirige Rappler, un medio muy crítico contra la política del presidente Rodrigo Duterte, el llamado Trump filipino. Su insistencia en denunciar sobre todo la violencia ejercida en la llamada "guerra contra el narcotráfico" le ha valido ya varios procesos judiciales.

Un tribunal local pospuso justo este 11 de diciemhre una vista por evasión de impuestos contra la periodista. Ressa está acusada de evadir impuestos como presidenta de Rappler Holdings Corporation (RHC), pero achaca los cargos a una campaña de intimidación por parte de Duterte, que no ha ocultado su animadversión hacia el medio por su investigación de los abusos policiales y del ejército.

El presidente ha acusado a Rappler de estar financiado por la CIA norteamericana y llegó a prohibir en febrero el acceso al palacio presidencial a los periodistas de ese medio. El tribunal emitió una orden de arresto la semana pasada al aceptar juzgar a la periodista, que el lunes de esta semana pagó 60.000 pesos de fianza (aproximadamente 1.000 euros) para evitar su arresto. El relator especial de la ONU para la Libertad de Expresión, David Kaye, ha pedido a las autoridades filipinas que retiraran los cargos contra Ressa, al considerar que eran una estrategia para silenciarla. "

Pero no es esta la primera vez en que la periodista se ve en los tribunales: en enero las autoridades intentaron revocar su licencia por una norma constitucional que prohíbe a extranjeros ostentar la propiedad de medios de comunicación en Filipinas. Uno de los accionistas de Rappler era Omidyar Network, un fondo creado por el empresario estadounidense Pierre Omidyar, fundador y presidente del sitio de subastas eBay, que donó su parte a los 14 directivos del medio, todos filipinos, para cumplir ese requisito.

Ressa, con una amplia trayectoria como corresponsal en Asia y premiada en incontables ocasiones, reconoce que es mucho más sencillo cubrir una guerra que trabajar en las condiciones en las que está ahora.

Kyaw Soe Oo y Wa Lone, Myanmar

Estos dos periodistas de la agencia Reuters fueron arrestados el año pasado en Myanmar (Birmania) mientras trabajaban en la cobertura de los asesinatos de musulmanes rohingyas, una población minoritaria en el estado de Rakhine y que, en un número de 700.000, ha tenido que escapar a la vecina Bangladesh en busca de refugio.

El pasado septiembre fueron condenados a siete años de prisión, acusados de violar la Ley de Secretos Oficiales mientras documentaban la matanza, que hasta la ONU califica de genocidio. Ellos insisten en que sencillamente cubrían el ataque a la aldea de Inn Din, en plena campaña de persecución del Tatmadaw (Ejército birmano) a este pueblo.

Wa Lone y Kyaw Soe Oo, que se han declarado inocentes durante todo el proceso, fueron detenidos la noche del 12 de diciembre tras reunirse en un restaurante en Rangún con dos policías birmanos, quienes, según los acusados, les entregaron documentos supuestamente secretos. Poco después de su encuentro con los oficiales, considerado una "trampa" por sus abogados y organizaciones de derechos humanos, otros agentes de seguridad acudieron a detenerles, argumentando que los documentos eran confidenciales, y les mantuvieron incomunicados durante semanas.

En el reportaje de Time son sus esposas, que posan junto a sus hijos, las que relatan su caso, que ha tenido un enorme eco internacional y que ha contado con la mediación de Naciones Unidas y el gobierno de Reino Unido, sin éxito.

The Capital Gazette, EEUU

La redacción del Capital de Annapolis (Maryland) fue escenario el pasado junio de un tiroteo, el más mortífero con la prensa como diana en la historia de EEUU. Cinco personas murieron y otras tantas resultaron heridas por un hombre que había demandado por difamación al medio, a raíz de una columna que publicaron en 2011.

'I hate being the story.' The Capital Gazette reflects on life after a newsroom shooting #TIMEPOYhttps://t.co/T4qjCrqi5d

El texto, según documentos judiciales, narraba que este hombre había sido declarado culpable por hostigamiento a una compañera de trabajo por las redes sociales. En 2015 perdió el caso y el tribunal le dio la razón al diario. En 2013, ya había lanzado reiteradas amenazas contra The Capital Gazette en las redes sociales, pero los ejecutivos del periódico no quisieron presentar cargos con temor a empeorar la situación.

Entró rompiendo cristales, con una escopeta en ristre, descerrajó todos los tiros que pudo y luego se escondió bajo un escritorio, donde fue detenido finalmente. Los muertos fueron Gerald Fischman, 61 años, responsable de las edtioriales, Rob Hiaasen, 59, columnista, John McNamara, 56, periodista deportivo y Wendi Winters, 65, columnista, así como la asistente del departamento de ventas Rebecca Smith, 34.

"Odiamos ser el centro de la noticia", declaran ahora sus compañeros a Time. Una de las reporteras que posa en la foto lleva una camiseta en la que se lee: "Journalism matters", o sea, "el periodismo importa".

Ahí seguirá, el año próximo y todos los que tengan que venir, sea o no portada, para contarlo.