Desayunando con Torra: Madrid pasa del president

Desayunando con Torra: Madrid pasa del president

El líder de la Generalitat protagoniza su primera intervención pública en Madrid con una amenaza sobre la sentencia del 1-O.

TorraGTRES

El Hotel Villa Magna es un símbolo del poder madrileño. Uno se puede cruzar a Rihanna después de dar un concierto o a Mario Vargas Llosa celebrando su cumpleaños en una de las salas. Mármol, orquídeas, escaleras doradas. Geolocalización: entre el paseo de la Castellana y la calle Serrano. Lo dice todo.

Allí muchos van a ver y ser vistos. Y a ser escuchados. Desde Barcelona llegaba este jueves el presidente de la Generalitat, Quim Torra, para inaugurar la temporada de los Desayunos de Europa Press. Y un dato: su primera intervención pública en la capital desde que llegara al Palau. Mucha expectación a escasos días de la Diada... Sí, sí, así es.

Pero el gran Madrid ha pasado olímpicamente (a lo Barcelona 92) de sentarse frente al president. Los sandwichitos y croissants, para los creyentes -independentistas convencidos- y los periodistas. Ni ministros ni secretarios de Estado ni portavoces parlamentarios ni los empresarios que mueven el cotarro cercano a la Castellana.

Sólo han ido dos cargos técnicos del Gobierno

¿Y el Gobierno? Solo los más conocedores de la estructura del Estado han descubierto entre las mesas a dos cargos técnicos: la secretaria general de Coordinación Territorial, Miryam Álvarez, y el secretario general técnico del Ministerio del Interior, Juan Antonio Puigserver.

El equipo Torra tenía como principal capitana a Laura Borràs, portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados y la cara visible durante las pasadas elecciones generales. Ella ha sido la que le he acompañado en su entrada y su salida. De canutazos nada, ninguna pregunta de pasillo.

Borràs ha sido el gran apoyo del president en Madrid

Las cosas no andan demasiado bien entre Torra y su socios de ERC. ¿Dónde estaba hoy por cierto Gabriel Rufián? Los republicanos han tenido representación a través de la consellera de Salud, Alba Vergés. También desde el Govern ha cogido el AVE  pero por la parte del PDeCAT Meritxell Budó, portavoz, y Jordi Puigneró -conseller de Políticas Digitales y Administraciones Públicas-.

Treinta minutos traía preparados de conferencia Torra -más cuarenta de preguntas-. Todo en castellano. Y a las 9 arrancaba dando directamente a la prensa: está aquí para que no se puedan “manipular” sus palabras ante el “desenfoque” de algunos medios.

Tono bajo y “desobediencia” ante la sentencia

El presidente de la Generalitat llevaba un discurso ya ensayado en alguna conferencia de verano y mirando a las próximas semanas: no se acatará una sentencia que condene a los políticos presos catalanes. “Lo volveremos a hacer”, ha amenazado en su parte inicial sobre si hay un fallo no absolutorio. Su objetivo: seguir hasta la independencia.

Pero en las preguntas no ha concretado sobre esa nueva “etapa” que se abrirá tea el fallo del Supremo (que se espera para dentro de unas semanas). Sigue subiéndose a la ola de la corriente “tsunami democrático” y apelando a la “desobediencia civil”. Nunca violenta, ha matizado.

¿Y cómo será la respuesta?, le ha repreguntado. Torra no tenía respuesta para ello: por ahora sigue negociando con los socios de Esquerra. ¿Cómo están las cosas con ellos? Él apela a la unidad del independentismo. Alguna risa por lo bajo en la sala.  Y en el tema de los presupuestos una contestación que sonaba a dardo contra su ‘vice’ de ERC, Pere Aragonés. Espera que los saque adelante.

También tenía un mensaje para Pedro Sánchez. Su partido votará ‘no’ a la investidura si no cambia de postura sobre el referéndum. Ya lo hicieron en julio, ahora están dispuestos a repetir. No se le notaba muy contento con el líder socialista, a quien le ha acusado de no ser precisamente Jeremy Corbyn. Está muy “decepcionado” con las medidas socialistas.

Más acusaciones contra el PSOE: fueron ellos los que se levantaron de la mesa de negociación. Y otro dardo contra Sánchez para dar munición a la derecha: en el documento de Pedralbes se hablaba por primera vez de régimen jurídico y se saltaba el marco de la Constitución.

El carraspeo delator

No se ha visto a un Torra agresivo, ha querido mostrarse tranquilo, sin levantar mucho la voz. Con ese bronceado propio de la vuelta de agosto, traje oscuro, camisa azul y corbata con topitos. Eso sí, la garganta le ha delatado en algunos momentos de nervios. Carraspeo al canto cuando le han preguntado por el juicio de los lazos amarillos… y ha dejado la duda de si irá ese día al tribunal porque hay debate de política en el Parlament.

Confesiones al vuelo: “Yo no tenía previsto ser presidente de mi país”. Escuchaban atentamente también en las primeras filas los jóvenes diputados del PDeCAT Miriam Nogueras (con maleta incluida) y Sergi Miquel y el portavoz de Junts en el Senado, Josep Lluis Cleries. Todo ello salpicado con algunas citas preparadas: con preferencia por Bill Clinton y Francis Fukuyama. Por países, menciones a Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda, Dinamarca… y ¡ojo! Hong Kong y China.

“De España solo esperamos democracia”, ha señalado, y ha lanzado una promesa: dejará hacer un referéndum de independencia en el Valle de Arán si lo pide. Otro mensaje para los ‘unionistas’: en Cataluña no hay un problema de convivencia, sino de democracia.

Pero estos argumentos en la sala solo caían entre los suyos. De otros partidos, solo Bildu (Jon Iñarritu). Del mundo empresarial estaba Josep Sánchez Llibre (Fomento del Trabajo). También para muy cafeteros: el exdiputado socialista Francesc Vallès. El discurso se ha parado un rato en el “republicanismo”: con el dato de Torra de que el 80% de los catalanes no sienten como propia ya la institución de la monarquía.

No era el mejor día para venir a la capital. En la Villa y Corte solo se piensa en estas horas en si habrá pacto de Gobierno in extremis o unas elecciones el 10 de noviembre. El gran Madrid no estaba hoy para desayunos con Torra en el Villa Magna. Ni siquiera los diputados de En Comú Podem.