Este es el rasgo de personalidad de las personas más sanas

Este es el rasgo de personalidad de las personas más sanas

Pero cuidado: en el ámbito laboral, esta característica también tiene inconvenientes.

En todos los tests de personalidad que encuentro, suelo sacar mayor puntuación en el rasgo de responsabilidad que en los otros cuatro (apertura a la experiencia, extraversión, neuroticismo y amigabilidad).

No sabía mucho sobre ello al principio, pero los expertos dicen que de todas las evaluaciones de personalidad que existen, el modelo de estos cinco grandes puntos es el más preciso y representativo del comportamiento humano. No clasifica a nadie en un tipo u otro de personalidad, sino que califica cuánto tiene de cada uno de los cinco grandes rasgos.

Por ello, investigué para estar más al día y conocer las consecuencias de puntuar alto en responsabilidad. En un estudio de 2014, los investigadores descubrieron que quienes más rinden en el trabajo tienden a emparejarse con personas responsables. Otro estudio publicado en la Journal of Personality and Social Psychology descubrió que los niños de 8 años que puntuaban alto en responsabilidad tendían a vivir más años que otras personas, un hallazgo que fue replicado en otro estudio. Según un sondeo de 2016, los trabajadores con mayor tendencia a la responsabilidad suelen ser más productivos y ganar más dinero que los trabajadores que carecen de dicho rasgo.

¿En qué consiste exactamente este rasgo denominado responsabilidad? Así lo explican los expertos:

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Art Markman, profesor de Psicología de la Universidad de Texas-Austin y autor de Bring Your Brain to Work, señala que el rasgo de responsabilidad consiste en dos factores.

“Uno de ellos es la motivación que tienes para completar las tareas que empiezas. El segundo es el grado de obligación que sientes de cumplir las reglas. Las personas más responsables tienden a ser diligentes con sus tareas y rigurosas con las normas”, explica.

Esto explica por qué no me gusta tener varias tareas pendientes al mismo tiempo. Me encantan las listas de tareas y disfruto pensando en modos eficientes para hacer más en menos tiempo. También me ajusto a las fechas límite y a las instrucciones que me dan. La mayoría de las personas con este rasgo son así.

Karla Ivankovich, asesora clínica y profesora de Psicología en la Universidad de North Park de Chicago, expone que la motivación de las personas que puntúan alto en responsabilidad es una gran ventaja. “Los estudios de la comunidad médica sitúan a estos individuos entre los de mayor rendimiento de toda la sociedad. Sobresalen porque planifican su éxito”, sostiene.

Ivankovich añade que estas personas también son muy cautas, por lo que tal vez disfruten de una salud mejor que la de los demás “porque participan en menos actividades nocivas, como fumar y beber” y pasan más tiempo cuidando su estado físico.

Básicamente, estas personas tienen motivación, son fiables y su forma de ser las lleva a tomar decisiones más saludables. Aunque todo eso es genial, puntuar alto en responsabilidad también tiene su parte negativa.

Responsabilidad en acción

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¿Cómo se traduce esta responsabilidad en distintos contextos? Como parejas, estas personas son “consideradas, lo que las hace leales y cariñosas”, describe Ivankovich.

También puede pasar que su pareja no valore esas características. “A veces, sus parejas los consideran aburridos, ya que son cautos y van a lo seguro”, añade Ivankovich. “En ocasiones sienten ganas de probar cosas nuevas, pero hasta que no las controlan, no quieren hacerlas con otros”.

Markman señala que la mayoría de las personas con este rasgo no olvidan nada, ni citas, ni cumpleaños, ni aniversarios; también les gusta hacer planes y mantenerlos. “Sin embargo, también les resulta más difícil comprender cómo a su pareja le cuesta tanto hacer lo mismo. Ese puede ser un motivo de fricción”, advierte Markman.

En el ámbito laboral, existen pros y contras para este rasgo.

“Seas jefe o empleado, realizarás todas las tareas planteadas”, sostiene Markman. “Los supervisores saben quiénes son sus empleados responsables, ya que pueden confiar en ellos para que se ocupen de las tareas”.

Por otro lado, Markman comenta que estos empleados se “atascan con facilidad porque todo el mundo acude a ellos para que les ayuden con sus tareas”. En el caso de los jefes, “pueden tener problemas a la hora de priorizar tareas, ya que sienten que deben terminar todo”, describe Markman. “En realidad, no todas las tareas requieren que des lo mejor de ti”.

Su obsesión por el perfeccionismo les ayuda a evitar errores, pero a menudo a costa de un tiempo excesivo perdido en detalles pequeños.

Otra observación interesante es que el éxito de estas personas tiene un límite: puede que sean los mejores empleados de la empresa, pero rara vez son los visionarios.

“Las personas que puntúan bajo en responsabilidad suelen ser más innovadoras que las personas que puntúan alto”, señala Markman. “Las más responsables prefieren seguir las reglas, y gran parte del proceso de innovación consiste en romper lo establecido para hacer las cosas de otro modo. Además, gran parte de la innovación requiere aprender cosas que en ese momento no parecen importantes, pero que lo serán después”.

Los innovadores se sumergen en la madriguera del conejo en busca de nuevas ideas cuando deberían estar realizando otras tareas asignadas. Las personas responsables se centrarán en completar las tareas que tienen en ese momento y eso les dejará menos tiempo para explorar.

¿Se puede (y se debe) desarrollar la responsabilidad?

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Algo interesante que se ha estudiado a lo largo del tiempo acerca de estos cinco grandes rasgos es lo poco que evolucionan en una persona, explica Markman. Si ya eras responsable cuando acabaste el instituto, probablemente siempre lo serás, y lo mismo ocurre con tu amigabilidad, tu apertura a la experiencia, tu extraversión y tu neuroticismo.

“Una vez que llegas a la madurez, tus rasgos se vuelven muy estables para el resto de tu vida”, explica. “Habrá cambios en tu personalidad con el tiempo, pero en la mayoría de los casos, serán cambios lentos y pequeños”.

No merece la pena tratar de reconfigurarse por completo, ya que todos los rasgos tienen sus pros y sus contras. Quienes sacan una puntuación alta en apertura a la experiencia tienden a ser creativos y originales, pero con menor capacidad de concentración; las personas con mayor puntuación en amigabilidad tienden a hacer que las demás personas se sientan a gusto a su lado, pero también suelen tener más dificultades para defender sus intereses; quienes sacan menor puntuación en neuroticismo tienden a ser más seguros, pero también más cínicos; quienes puntúan más en extraversión probablemente se adapten fácilmente a nuevas situaciones y actividades, pero suelen abarcar más de lo que pueden asumir.

No obstante, si puntúas bajo en responsabilidad y te gustaría disfrutar de alguno de los aspectos positivos de este rasgo, hay formas de conseguirlo. Si no logras completar tus tareas a tiempo o te metes en problemas por incumplir normas, Markman sugiere centrarse en dos áreas.

“Primero, rodéate de gente que te ayude a completar el camino que has emprendido. Dale a tu pareja permiso para regañarte. Dales a tus amigos y a tus jefes permiso para controlar tu lista de tareas y recordarte las fechas límite”, propone.

Un estudio publicado en The Journals of Gerontology mostró que el apoyo social puede aumentar la puntuación que obtienen personas de edad avanzada en el rasgo de responsabilidad.

En segundo lugar, establece sistemas que te ayuden a recordar los aspectos importantes de tu vida, tanto los grandes como los pequeños.

“Haz un calendario de cumpleaños y aniversarios. Ten una agenda en el trabajo y utilízala para asegurarte de que no se te olvidan las tareas más urgentes. Apóyate en tus dispositivos. Tal vez nunca mejores tu puntuación en responsabilidad, pero al menos puedes minimizar los problemas”.

Las personas más responsables también pueden aprender de otros rasgos. Yo sigo intentando abarcar menos y salir de mi zona de confort. Aunque me gusta seguir las reglas la mayor parte del tiempo, las ideas y aventuras espontáneas me hacen sentir más completa. Las personas de mi entorno, que son más espontáneas que yo, me ayudan a recordar eso.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.