¿Regreso al pasado?

¿Regreso al pasado?

Vox y PP están peleando por ver cuál de los dos partidos dice la barbaridad más grande.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, interviene en una acto del partido en Aranjuez junto a la candidata, Rocío Monasterio.Europa Press News via Getty Images

Os invito a que nos adentremos en un viaje imaginario, aunque lo de ilusorio parezca mentira por lo que estamos viendo en estos días. Nos montamos a bordo de uno de los coches más famosos de todos los tiempos, el DeLorean, y lo hacemos con el joven Marty McFly y el excéntrico científico Dr. Emmett Brown. Arrancan y de repente estamos volviendo al negro pasado más presente de España. Estamos asistiendo atónitos a cómo Vox, con el beneplácito del PP, se ha liado la manta a la cabeza y ya expulsa su racismo, su homofobia, o su machismo por la boca con muchos menos complejos de como lo hacía hasta ahora.

Desde que la otrora community manager de Pecas, perro de Esperanza Aguirre, y actual presidenta de la Comunidad —con los peores resultados de la historia de su partido y gracias al pacto de las tres derechas— decidiera por sus fobias y estrategias electorales convocar elecciones anticipadas en Madrid, Vox y PP están peleando por ver cuál de los dos partidos dice la barbaridad más grande. Y están tomándoselo muy en serio, visto lo visto.

Comprobamos estupefactos cómo se pueden colocar carteles que criminalizan a niños y niñas migrantes que vienen a buscar un futuro a nuestro país, cómo no condenan públicamente las amenazas que reciben sus adversarios políticos, cómo abiertamente dicen que si gobiernan echarán de nuestro país al que piense diferente... Así un sinfín de enajenaciones que nunca tuvieron que producirse, pero que menos aún deben tener cabida en el siglo XXI.

En el Madrid del 1939 se produjo la última batalla tras la que los fascistas sometieron a España durante 40 años. Ahora, en Madrid se librará la gran batalla democrática que le ganaremos a sus herederos, porque, no nos equivoquemos, son lo que son y vienen de donde vienen.

Los demócratas somos más y vamos a alzar nuestras voces y nuestros votos para arrinconar a esta extrema derecha cobarde

Pero los demócratas somos más, muchos más, y vamos a alzar nuestras voces y nuestros votos, primero en Madrid y luego por toda España, para arrinconar a esta extrema derecha cobarde. Sí, cobarde, porque no es capaz de debatir sin mentir, sin insultar, sin despreciar al adversario. Lo hacen porque sus miedos son más fuertes que sus convicciones, porque el espectáculo les importa más que mejorar la vida de la gente. La rabia que sienten hacia la democracia les ciega para proponer propuestas reales.

Hacemos una parada en nuestro imaginario viaje del regreso al pasado para repostar nuestro DeLorean. De lejos vemos a los últimos de Ciudadanos, ese partido que se creyó llamado a ser algo en la política española, pero que al final ya nadie descuelga el teléfono para llamarlo. Se oye algo así como: “Ayuso, estamos aquí, no nos olvides, nos portaremos bien”. Cosas de la vida.

Al volver a montarnos en nuestro coche, nuestros compañeros de viaje nos dicen que ya no viajaremos más al pasado, sino que nos van a enseñar como será el futuro.

Estamos a 5 de mayo de 2021, Madrid ha despertado contenta y con fuerzas renovadas, la Comunidad de Madrid ha cambiado, ya no será más el esperpento que fue estos años, con Gobierno sometido a la extrema derecha, con un descontrol en la gestión nunca visto, con mentiras y espectáculos bochornosos, y una lista interminable de lo que nunca debe ser la política.

Lo que vemos no puede ser mejor, un futuro lleno de esperanza, de nuevas ilusiones, de feminismo, de oportunidades para todos y todas, de más público y menos privado, de más transparencia y menos corrupción, de más personas y menos personalismos.

Llegamos a nuestro destino y acaba el viaje al oscuro pasado y al alentador futuro, nos despedimos de nuestros amigos Marty y del doctor Brown. Al bajarnos del coche volvemos a la frenética campaña electoral de los dimes y diretes, de las barbaridades de la extrema derecha y la sumisión de la derecha, y nos toca contarle a los demás todo lo bueno que nos espera después de estas elecciones si convencemos a cada madrileño para que vaya a votar el martes 4 de mayo. Podemos conseguirlo, los demócratas somos muchos más. El 5 de mayo estaremos en el nuevo Madrid, el Madrid de la democracia.

¡La España de la auténtica libertad para todos y todas nos espera!