La fría noche en Ferraz: victoria con celebración exprés y casi 800.000 votos menos

La fría noche en Ferraz: victoria con celebración exprés y casi 800.000 votos menos

El plan del verano se convierte en más bloqueo: "¡¡¡Hemos ganado, dejadnos gobernar!!!"

Ferraz, 70. Las encuestas se publicaban a las ocho de la tarde. Silencio absoluto. Desconcierto. La noche de noviembre (y el plan del verano) se enfriaban/congelaban. Empezaba el escrutinio. Pedro Sánchez revalida la victoria, aunque pierde tres diputados (120 frente a 123), y la calurosa estrategia de los 140 diputados fracasa.

Una victoria con celebración exprés, casi 800.000 votos menos. Nada de imágenes de euforia total como hace seis meses. Pero logra ganar las elecciones y lo que le queda esta noche es que es el único candidato que previsiblemente puede lograr una investidura y formar Gobierno.

Esta sensación dominaba en las últimas horas ya en los dirigentes: ganar, pero una gobernabilidad casi imposible. Con un partido en el que ya muchos piensan que alguien debería adoptar responsabilidades una vez se ha logrado un peor resultado y la ultraderecha de Vox ha emergido con fuerza convirtiéndose en el tercer partido.

Sánchez llegaba casi a las diez de la noche directo desde La Moncloa, cuando ya se había escrutado más del 60%. Allí le esperaba ya su núcleo duro: Carmen Calvo, José Luis Ábalos, Adriana Lastra, Cristina Narbona, Paco Salazar, Santos Cerdán, María Jesús Montero, Margarita Robles, Nadia Calviño y Teresa Ribera.

  Sánchez, este 10-N en FerrazEFE

Las calculadoras de los móviles en Ferraz era lo más caliente de la noche: la suma de las izquierdas es ligeramente superior a la de las derechas -seis escaños-. Contando con algunos partidos regionales, como PRC, Teruel Existe y el PNV, podría llegar a 168. El bloqueo persiste, si no se cuenta con los independentistas o hay una abstención, por ejemplo, de Cs.

Montaje exprés de la fiesta

Todo ello con una participación de dos puntos menos que en abril. Hasta el último momento no se ha montado un escenario en la calle Ferraz. Avanzados los resultados, lo que se preveía era una celebración en la sala Ramón Rubial en el interior. Los ministros han bajado hasta allí y celebraban la victoria.

Pero, al final, se ha montado rápidamente una tarima en la calle Ferraz. Los asesores y miembros del partido han salido rápidamente al exterior para arropar a su líder -al que ha precedido una versión bakala del PSOE-.

El panorama cambiaba apenas en unos minutos mientras se repartían rápidamente banderas del partido y muchas de España, con la paloma de la paz. Además, enseñas europeas y del arco iris LGTBI. Una más grande republicana, al fondo.

Una militante confesaba esto antes en voz baja. ¿Cómo ve el resultado? “Bueno, prudente. A ver mañana. Mucho miedo lo de Vox. Nos lo podíamos haber ahorrado”. Y llegaba el único momento de euforia cuando salía Sánchez, acompañado por su mujer, Begoña Gómez, y los dirigentes del PSOE Calvo, Ábalos, Lastra, Narbona y Cerdán -el hombre en la sombra que había supervisado el escenario-.

El nuevo con “Rivera no” de los militantes ha sido: ”¡¡¡Hemos ganado, dejadnos gobernar!!!”. Algunas pancartas decían “Con Iglesias sí”. Y algunos han gritado; “Con Casado no”. Y mucha unidad y aplausos cuando el presidente en funciones ha dicho que no hablará con los que siembran “el discurso del odio” y contra la convivencia, en referencia a Vox.

Con la gama cromática en rojo, Sánchez les ha prometido que esta vez “sí o sí” habrá un Gobierno progresista. Con focos de luz a tope, en plan discoteca socialista. “Me gustaría hacer una llamada al resto de partidos políticos porque tienen que actuar con generosidad y responsabilidad para desbloquear la situación política en España”, ha proclamado entre gritos de “presidente”. Y ha apostillado que el PSOE actuará con “generosidad y responsabilidad”.

Eso sí regañaba un poquito a algunos grupos de militantes cuando le interrumpían. Nada de autocrítica de haber perdido tres escaños, y ha resaltado que el PSOE ha ganado tres veces en un año. A las 23.53 se bajaba del balcón exprés. Contento. Y el momento más caldeado de esta fría noche.