Feminismo y tetas sin "sujetadores mentales" en la noche que habría soñado Rocío Jurado

Feminismo y tetas sin "sujetadores mentales" en la noche que habría soñado Rocío Jurado

El concierto 'Mujeres cantan a Rocío Jurado' organizado por Rocío Carrasco fue un espacio para las reivindicaciones por las mujeres y para el talento femenino.

Si alguien pensaba este 8-M que la llama que encendió Rocío Carrasco con su documental en Telecinco Contar la verdad para seguir viva se había apagado ya, estaba muy equivocado. Lo que se vivió este martes en el Wizink Center de Madrid dejaba muy claro que la influencia de la ya bautizada como marea fucsia ha ido mucho más de las televisiones de millones de españoles y que han encontrado en ella otra gran aliada: Rigoberta Bandini, la gran estrella de la noche que puso patas arriba el evento con su oda a las tetas de Ay, mamá.

La reivindicación de la hija de Rocío Jurado confluyó este martes con los avances que hizo su madre en la industria musical e incluso en la sociedad española. Todo, en el concierto benéfico organizado por Carrasco Mujeres cantan a Rocío Jurado celebrado el Día de la Mujer y cuyos fondos iban destinados a la Fundación Ana Bella de apoyo a mujeres víctimas de violencia de género.

Sobre las tablas del Wizink Center pasaron más de una decena de artistas femeninas que interpretaron canciones de La más grande y dejaron sus reivindicaciones feministas, como pedía la ocasión, “con la fuerza de los mares” y con un derroche de talento femenino.

Antes de empezar el evento, el público ya entonaba las melodías de éxitos como Punto de partida o Señora y, a su vez, la impronta de Telecinco estaba más que presente. Todo el Wizink Center se puso en pie cuando Carlota Corredera tomó su asiento y gritos de ‘¡Carlota, Carlota!’ resonaban por el auditorio. Incluso había una cola de mujeres esperando para hacerse una foto con la que se ha alzado como uno de los iconos feministas de la cadena.

El jolgorio acabó para tornarse en reivindicación con la presentación de Yolanda Ramos, la primera en aparecer en el escenario en un diálogo ficcionado con Rocío Jurado. “Hay muchas más que les hubiera gustado estar y no han podido, Rocío. ¿Que por qué? Porque las han matado”, empezó diciendo.

Ramos recordó las lecciones que ha dejado Carrasco durante meses en la televisión. “Nos ha enseñado qué es la violencia vicaria”, continuó. “Es que un hombre que no te quiere matar, que quiere verte viva, sufriendo para verte llorar”, añadió. “Es que una noche venga y te robe a tus cachorros, que se van confiados con él porque es su padre. Y los mate”, concluyó con un sonoro aplauso del público.

A este potente alegato le siguieron vídeos de declaraciones feministas de Jurado como el archiconocido “sujetador mental” o sus afirmaciones de que sí era feminista, pero que no estaba “en contra del hombre”. Con todo el público en pie apareció Rocío Carrasco, que se mostró visiblemente emocionada por el apoyo recibido.

“Yo la lucha por la igualdad la vivi y la mamé desde pequeña porque ella me enseñó. Me crió una mujer maravillosa que me enseñó a no depender de nadie y que una no se tiene subyugar ni someter ante nada ni ante nadie”, empezó diciendo. Sin embargo, poco a poco fue adentrándose en su propio caso.

“Cometí muchos errores desde una adolescente rebelde, pero ahora soy una mujer y me doy cuenta de que ella me advirtió y llevaba razón”, señaló. “Me decía, Ro, mi vida, nadie es mejor que nadie. Pero no permitas que nadie te ponga el pie en el cuello”, acabó diciendo antes de romper a llorar. El llanto se transmitió a parte de la audiencia que le gritaba ‘¡referente!’ o que su madre la estaba viendo. “Me hubiese encantado que hubieses estado conmigo cuando me enfundé ese traje fucsia”, le dijo a su madre en referencia a la característica indumentaria de su documental.

Lejos de detenerse las reivindicaciones, la noche siguió con un recuerdo a Ucrania por parte de las presentadoras, Isabel Jiménez y Mercedes Milá, que formaron a lo largo de la noche una suerte de dúo cómico en el que Jiménez trataba de ‘encauzar’ las salidas de guion —y de tono— de Milá.

“Llevamos 13 días viviendo la invasión de Rusia a Ucrania y, desde aquí, todo nuestro apoyo al pueblo ucraniano”, empezó diciendo Jiménez. Milá subió más el tono y cargó duramente contra Vladimir Putin por la invasión a Ucrania: “Alimaña, ese Putin, pajarraco. Está jugando con los habitantes de un país como si fuese un videojuego de Internet”. Además, comparó el conflicto con la Guerra Civil española.

Tras los distintos alegatos, el concierto dio comienzo con Nia, quien cantó una versión de Como yo te amo, que no provocaría ningún rechazo en la tonadillera. La extriunfita empezó el concierto comiéndose el escenario, por todo lo alto. Lo mismo sucedió con la banda, orquestada por Víctor Elías —Guille en Los Serrano— que además tocaba el piano. Eso sí, una banda compuesta prácticamente por hombres, a excepción de una violinista y corista. La presencia de Nia no fue la única del universo OT, ya que también actuaron Ana Guerra —apenas semanas después de confirmar su relación con Elías–, que cantó Señora, y Edurne, que interpretó Mi amante amigo.

La segunda en actuar fue Sole Giménez que —como bien decía la canción que entonó— llegó al escenario Como una ola. Ella también quiso acordarse de Ucrania. “Por justicia, antes de tocar esta preciosa canción, quiero que hagamos un fuerte aplauso a las mujeres de Ucrania”, dijo tras acabar la canción.

El guante se lo cogió Isabel Jiménez, quien realizó un recuento de víctimas de violencia de género, que quedó a medio gas por la intervención de Milá. “Debe de pensar que estoy acostumbrada a hacer televisión a dúo, y yo siempre estoy sola. Esto es como el teatro para mí”, dijo la periodista, que finalmente logró dar paso a Pastora Soler, quien cantó Se nos rompió el amor.

El erotismo llegó de la mano también de Milá, quien sacó un Satisfyer para presentar el tema Vibro, interpretado por Lorena Gómez y pionero en hablar de la masturbación femenina. La sexualidad no acabó ahí, Ruth Lorenzo se atrevió a “enseñar las bragas” a Milá, quien también le tocó el pecho para “saber qué talla de sujetador tenía”, en relación a la ya viral respuesta a la entrevista de La más grande con Julia Otero.

Melanie Olivares e Itziar Castro fueron más allá y para presentar Por qué me habrás besado, interpretada por Sofía Ellar, decidieron besarse en el escenario. Sin embargo, la más explícita fue la sexóloga Noemí Casquet, quien intervino para decir que “las mujeres con coño tenían el único órgano dedicado únicamente al placer y que tenían acceso directo a él” en una defensa de la masturbación que busca acabar con el tabú.

Aunque si algo fue directo fue la Tetacam que prepararon para el Ay, mamá de Rigoberta Bandini con el que la noche concluyó por todo lo alto, después de varios avances con la canción al más puro estilo Telecinco. Esta cámara enfocaba al público y ellos decidían hasta dónde querían enseñar. Y alguna teta sí que cayó entre los asistentes. Poco antes, Bandini también había tirado de sexualidad al interpretar ese “ya no siento nada al hacerlo contigo” del tema Lo siento, mi amor.

La potencia escénica la puso la ilustradora Lola Vendetta —descubierta en el evento como cantante para muchos asistentes—, quien cantó una peculiar versión de Ese hombre armada con una katana en mano y añadiendo a cada estrofa un “le he cortado la cabeza”. Una clara referencia a su libro Más vale Lola que mal acompañada (Lumen).

No faltó en la noche el toque de raíz de manos de Tanxugueiras. Las gallegas aparecieron en el escenario acompañadas por la otra gallega, Carlota Corredera. Su versión de Si amanece no la habría imaginado La Jurado, pero les encajó como anillo al dedo. No faltó pandereta, aturuxo y cantos propios de la música tradicional galega. Para la huella de la Jurado sí que non hai fronteiras. Tampoco para la reivindicación feminista tras su actuación.

Las gallegas no parecieron afectadas porque Francia haya elegido un grupo de raíz similar a su conjunto para Eurovisión 2022. “Nosotras encantadas, la música de raíz siempre tiene algo que aportar. ¡Y mira qué bien escogimos el dorado y el negro!”, comentaron a El HuffPost. Antes de actuar también se pronunciaron sobre la polémica de la letra de SloMo de Chanel, a la que exculparon de cualquier responsabilidad.

El otro toque distintivo de la noche lo dio Beatriz Luego con su versión de La Bienpagá, El Bienpagao —como ya había hecho en 2008 Diana Navarro–, la que compuso, según ella, tras ver el primer episodio del documental de Rocío Carrasco. “Veía a gente que la cuestionaba, que aquí quién te paga. Y de ahí saqué esta versión”, contó la cantante, que se acompañó de un coro de estilo soul que rompió con los géneros dominantes de la noche.

En un homenaje a Rocío Jurado no podía faltar el flamenco en su mejor nivel. María Toledo cantó Esperando me quedé, con un arte que logró que los asistentes tocasen las palmas a cada estrofa. Toledo aprovechó la ocasión para confesar que en 2005 le hizo los coros en el especial Rocío...Siempre sin saber que sería la última vez que la veía.

Mayte Martín desafió al público con un profundo A que no te vas y Argentina, quien cantó con su potencia que la clásica Punto de partida, emocionando al público con el tono más parecido a Rocío Jurado de la noche.

Por sus reivindicaciones, por el apoyo incondicional del público a su hija, que aprovechaba cualquier ocasión para inundar el recinto con un “yo sí te creo” y, sobre todo, por el talento femenino que versionó sus grandes éxitos, La Jurado estuvo más que presente este 8-M. Como ella misma cantó en El Programa de Ana Rosa: “Aunque me voy, no me voy. Aunque me voy, no me ausento. Y aunque me voy de presencia, me quedo de pensamiento”.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es