Sánchez, tocado ¿y hundido?

Sánchez, tocado ¿y hundido?

El PP esquiva las discusiones ideológicas para poner todo el foco en la gasolina, la luz o la vivienda. “Es lo que nos hará ganar las elecciones”, reconocen sin tapujos.

Pedro Sánchez, cariacontecidoEuropa Press News via Getty Images

El presidente llega tocado al debate sobre el estado de la nación. Así lo reconocen hasta en su propio entorno, como se desprende de la crónica de Ruiz Valdivia sobre el pleno que comienza este martes. Acorralado por la división en su Ejecutivo, la tensión con sus socios y la crisis económica, Sánchez busca coger oxígeno. Recobrar el pulso en un momento en el que todas las encuestas le dan como perdedor en caso de celebrarse elecciones.

El principal interrogante es si además de tocado el presidente está ya definitivamente hundido. En Moncloa aseguran que no. Como ya ocurriera con Rajoy en sus peores tiempos de gobierno, el equipo de Sánchez interpreta que tienen un problema de comunicación, que no están consiguiendo que calen sus “logros” como el ingreso mínimo, la revalorización de las pensiones o los ERTE. Que sin Sánchez España estaría mucho peor y que aún queda mucho por hacer.

Pero lo cierto es que los españoles no perciben que las cosas vayan nada bien, según los sondeos. El encarecimiento de la vida ha llevado a muchos a reducir e incluso a cancelar sus vacaciones de verano a la espera de un otoño caliente, con una situación económica todavía peor. Incluso Sánchez ha advertido de que llegarán momentos difíciles.

Como ya ocurriera con Rajoy en sus peores tiempos de gobierno, el equipo de Sánchez interpreta que tienen un problema de comunicación, que no están consiguiendo que calen sus “logros”

Frente a esta realidad, las noticias que suelen llegar de Moncloa son las de un Gobierno en crisis permanente, con ministros tirándose los trastos a la cabeza, y la implantación de medidas que, al menos de momento, no surten el efecto deseado. A lo que sumar la extrema debilidad parlamentaria de Sánchez, que parece haber encontrado en Bildu su único salvavidas para sacar adelante leyes estrella, como la de memoria democrática.

El PP es consciente de esa debilidad. Y aguarda paciente a que Sánchez se vaya quemando poco a poco hasta llegar en volandas a Moncloa. En Génova creen que el cambio de ciclo es un hecho y que la única oportunidad que tiene el presidente del Gobierno es resistir y esperar a que las cosas mejoren un poco antes de finalizar la legislatura. Cuando la cesta de la compra está por las nubes no hay ideología que valga, interpretan en el equipo de Feijóo. Y eso les beneficia.

Salvo su no rotundo a la ley de memoria democrática, tras días de silencio, el PP apenas ha querido entrar en discusiones ideológicas. Básicamente las esquiva para poner todo el foco en la gasolina, la luz o la vivienda. “Es lo que nos hará ganar las elecciones”, reconocen sin tapujos. Y en ello se centrará Gamarra durante su intervención, con un Feijóo que estará en el pleno pero no subirá a la tribuna de oradores. Tampoco cree que le haga falta.

Cuando la cesta de la compra está por las nubes no hay ideología que valga, interpretan en el equipo de Feijóo. Y eso les beneficia

El PP seguirá con su estrategia del palo y la zanahoria. Haciendo una enmienda a las políticas de Sánchez, principalmente la económica, para a renglón seguido plantear acuerdos en las cuestiones de Estado. Aunque en privado deslicen que es un brindis al sol. “O pacta con sus socios o con el PP, y sus socios le permitirán agotar la legislatura”. De hecho, hay sectores del partido que admiten que les conviene no acordar nada en pleno ciclo electoral. Tras las andaluzas, tocan las autonómicas y municipales, y las encuestas les son positivas.

Tras tres días de debate sobre el estado de la nación, tocará analizar si ha servido para algo o el ruido sigue ocupándolo todo. Pero por lo menos se va a celebrar, tras siete largos años sin convocarse. El último se llevó a cabo en febrero de 2015 y entonces Rajoy era el jefe del Gobierno y Sánchez el de la oposición. Hoy, Feijóo imita muchas de las tácticas marianistas para alcanzar el Palacio de La Moncloa.

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Corresponsal político de El HuffPost.