Santi Vila: "Rufián ha probado su propia medicina"

Santi Vila: "Rufián ha probado su propia medicina"

Entrevista al exconseller de Empresa, condenado por desobediencia: "Todos debimos ser más responsables".

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“Con una pena terrible, resignación absoluta y sentimiento de culpa”. Santi Vila desnuda sus sentimientos, así vivió el juicio del procés. Estaba en el banquillo de los acusados. El Tribunal Supremo en su sentencia de 493 páginas dictó para él una condena por desobediencia de diez meses de multa -a 200 euros diarios- y una inhabilitación de un año y ocho meses para cargo público. Eso sí, le libró del delito de malversación y de estar en la cárcel.

Era el conseller de Empresa del Govern de Carles Puigdemont el 1-O. Dimitiría apenas unas semanas más tarde, horas antes de la fatídica Declaración Unilateral de Independencia. Hoy reconoce que sobrevaloró sus fuerzas e influencia, pensaba que se podría reconducir la situación. “Creo que todos debimos ser responsables”, confiesa.

Vila (Granollers, 1973) vive ahora una nueva vida alejada de los despachos del poder. Dirige la compañía Aigües de Banyoles, da clases de Filosofía Política en la Universidad Ramon Llull y prepara un libro sobre el juicio. Se deja ver también en algún acto público, como el Foro Next. Y se confiesa en esta entrevista con El HuffPost en Madrid en una tarde muy especial en la que se acaban de exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos.

Opina que Quim Torra debe convocar elecciones autonómicas y que la solución pasará luego por que los catalanes voten algún día si renuevan de nuevo un consenso en torno a la Constitución. Lo único que deja sin contestar es si volverá a la política una vez se acabe la inhabilitación. Y entre risas dice que si dijera que sí, su familia le echaría de casa.

Acaban de exhumar los restos del dictador Francisco Franco, ¿cómo ve este proceso?

Era una anomalía histórica, es correcto que descanse en El Pardo con su mujer y que no se le rindan honores de Estado. La sentencia del Supremo fue ejemplar. Tengo la impresión de que afortunadamente Franco, para muchos ciudadanos, es como Napoleón, ya no es ni memoria, solo historia. Quizá se debería haber hecho antes, ahora ha sido un poco inoportuno vistas las circunstancias, pero en algún momento había que hacerlo.

Dice que la sentencia fue ejemplar en el caso de Franco. ¿Y la del Supremo en el juicio del procés cómo ha sido?

Excesivamente dura. Como se ha visto en Cataluña, mucha gente la está viviendo con mucho dolor y con mucha incomprensión. Era evidente que no podíamos esperar de los magistrados que resolvieran un problema cuando la política ha eludido la responsabilidad hasta ahora. Pero tan evidente como esto, quizá esperábamos un fallo con unas condenas más moderadas o matizadas, porque incluso en el peor de los momentos del año 2017 en la mente de los políticos que estábamos y estaban quizá había el ánimo de desobedecer, pero ni de rebelión ni de sedición. Para muestra: tan solo un decreto sirvió para desactivarlo todo.

La sentencia ha sido excesivamente dura

¿Cómo lleva su condena?

Pues resignado y también empatizando con mis antiguos compañeros de Gobierno porque constato que va a ser imposible serenar el ánimo en Cataluña con políticos y activistas en la cárcel. Cuando lo ponderas bien y visto lo visto, la sentencia habla de ensoñanción… Para ser ensoñación con penas de dos dígitos…

  Santi VilaCARLOS PINA

La sentencia dice que hubo violencia, no lo suficientemente organizada para que fuera rebelión. Pero constata que hubo un levantamiento tumultuario.

Esta es la verdad judicial. Solo puedo contrastar lo que presencié la semana pasada en Barcelona y lo de 2017. Y no resiste la comparación, hace dos años no recuerdo que se rompiera ni una sola papelera. Hubo momentos de altísima movilización, protesta e indignación, cierto. Pero no se rompió una sola papelera. Bueno, hubo unos incidentes, perdona, estoy exagerando, el 20-S cuando algunos vehículos de la policía sufrieron graves daños. ¿Esto es atribuible al movimiento o lo hay que hacer a las personas con nombres y apellidos que fueron responsables?

¿Qué siente al ver las imágenes de Barcelona? ¿Se esperaba una reacción tan violenta con barricadas y fuego?

La verdad es que no. Creo sinceramente que su motivación responde a causas más complejas y que van más allá del conflicto independentista o de la crisis constitucional que vivimos. Tiene que ver con una frustración muy generalizada desde el punto de vista generacional de muchos jóvenes que constatan que su mundo no tiene las mismas seguridades y garantías de progreso que el de sus padres. A partir de aquí, como estamos presenciando en todo el mundo, hay chispas que precipitan un conato de conflicto social e incluso de alteración de la convivencia y del orden público.

¿Y cree que esa generación ha sido engañada en parte por un Govern que dijo que habría un referéndum y que se había conseguido la independencia?

Bueno, no hablaría de engaño. Creo que estos jóvenes también son muy críticos con sus políticos en Cataluña y con el poder en general. En consecuencia, lo que debemos hacer las generaciones más adultas es ser muy exigentes en la revisión de cómo hemos llegado a este punto. Es un dato objetivo que en los últimos años nunca se había repartido tan desigualmente la riqueza y se da la paradoja de que jóvenes que tienen sus másters y doctorados tienen una situación de precariedad muy grande. Es el campo abonado perfecto para el populismo. Y luego tiene su variante, puede pasar que algunos les propongan que con una idílica república se va a arreglar o que votando extrema derecha se va a solucionar.

Va a ser imposible serenar el ánimo en Cataluña con políticos y activistas en la cárcel

Sabiendo ya la condena, ¿cómo vivió personalmente el juicio?

Con una pena terrible, con una resignación absoluta, con un sentimiento de culpa importante porque creo que todos debimos ser más responsables. El conjunto de la ciudadanía de buena fe no se merece que la pusiéramos en una tesitura tan extrema. Por tanto, lo viví con una gran penosidad. También es verdad, que para mi sorpresa, encontré mucha empatía en Madrid y en Barcelona. Y muestras de afecto inesperadas, de gente que quizás no quería protagonizar una discusión con sus familiares y amigos, pero que sentía la necesidad de empatizar. Me he encontrado en Madrid en restaurantes que un matrimonio se levantaba y decía ‘Bueno, señor Vila, ánimo’. Esto me reconfortaba un poco, tan cierto que son unos meses los del juicio que ya forman parte del castigo.

Han sido condenados, pero el principal líder de aquel Govern, Carles Puigdemont, está huido de la Justicia. ¿Se debería entregar? ¿Mantiene relación con él? ¿Se llaman?

He mantenido con Puigdemont una muy concisa y escueta relación epistolar, nos hemos intercambiado un par de cartas. Hasta 2017 tomó las decisiones que son conocidas y defiendo que en aquellas circunstancias él no formaba parte del sector de los radicales. A él se lo llevó la corriente, porque intentó contener la situación. Y después su comportamiento tiene que ver ya con una estrategia legítima de mantener sus ideas y su propia posición institucional y personal. Aquí ya juegan unas variables que no son estrictamente políticas.

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De Puigdemont a Torra. ¿Qué debe hacer el president? ¿Está a la altura de lo que está sucediendo?

El president Torra, estas últimas semanas especialmente, ha encarnado una gran tensión desde el punto de vista existencial. Es que él es un activista puesto a político. Por lo tanto, esta doble cara de una moneda es muy difícil de llevar. Evidentemente se le ha visto muy cómodo en su papel de activista y muy incómodo como político, máxima autoridad en Cataluña y presidente de todos. En consecuencia yo, que no estoy en condiciones de dar consejos a nadie, sí creo que para formar parte de la solución y no del problema sería muy necesario que también en Cataluña hubiera elecciones, completado el ciclo electoral en España.

¿Aconsejaría que convocara elecciones?

Creo que hay que convocar elecciones. Entre otras cosas porque tengo la impresión de que a lo mejor tenemos alguna sorpresa. Posiciones que hoy en día se creen mayoritarias, visto lo visto, igual reciben algún correctivo electoral

¿Quiénes?

Eso no lo sé. Creo que la moderación va a tener premio y que los planteamientos excesivamente extremistas van a ser reprobados.

He mantenido con Puigdemont una muy concisa y escueta relación epistolar

¿A quién va a votar el 10-N?

Solo diré una cosa de otro modo: me alegré de la victoria de Sánchez en abril. Sin embargo, creo que ha gestionado de una forma no del todo responsable ese capital político. Me cuesta comprender, con la que está cayendo en Cataluña, que ahora tengamos que afrontar unas nuevas elecciones.

¿Se llegará a aplicar otra vez el 155 en Cataluña?

Espero que no. De momento, el Gobierno de la Generalitat no ha incumplido ninguna ley más allá de planteamientos retóricos y simbólicos. No ha rebasado ninguna línea roja del marco constitucional. Me abruma un poco cuando veo que en campaña, agitando la emoción y el sentimiento y no la razón, incluso algunos quisieran detener al president Torra antes de que cometa ningún delito.

Dimitió como conseller poco antes de la DUI. ¿Cree que debería haberlo hecho antes?

Bueno, a la vista de cómo fueron las cosas, sin duda. Y esto también me atormenta. Qué duda cabe de que yo sobrevaloré mis propias fuerzas y mi capacidad de influencia. Estuve convencido hasta el último día de que sabríamos encauzar el conflicto. Hoy sabemos que me equivoqué.

Sobrevaloré mis propias fuerzas y mi capacidad de influencia

Echando la vista atrás. Gabriel Rufián publicó aquel tuit de las 155 monedas de plata que hizo que no se convocaran las elecciones anticipadas y ahora le pitan los CDR. ERC ha salido antes a condenar la violencia y tiene una posición más pragmática que Junts. ¿Se fía de la postura que tienen ahora en Esquerra?

Siempre he partido de la presunción de bondad. Cuando tomé posesión como consejero de Territorio, todos me decían que la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, no era de fiar y me iba a engañar.

Y ahora son buenos amigos…

Creo en la presunción de bondad. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse y a evolucionar. Rufián seguramente ha probado su propia medicina, cuando era muy justiciero y asignaba calificativos muy duros y contundentes de héroes y traidores. Ha probado su propia medicina. Su discurso ahora ha evolucionado y el de ERC también. Lo saludo con satisfacción.

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¿Algún día habrá algún referéndum de autodeterminación en Cataluña?

Al final los catalanes deberán poder votar si renuevan de nuevo un consenso en torno a la Constitución o si lo reprueban y se sienten al margen del Estado. Este tema solo se resolverá votando, si lo tenemos que hacer sobre soberanía o no, es otra cuestión que formará parte del diálogo y la negociación.

¿Se siente español?

Siempre he dicho que estaba absolutamente convencido de que la identidad forma parte del ámbito privado de la vida y que para mí era perfectamente compatible ser catalán, sentirme nación catalana, y ser español y sentirme nación española.

Torra es un activista

¿Le sigue acusando de traidor por la calle en Cataluña?

Bueno, no estoy muy atento a este tipo de opiniones. Pero es muy probable que para algunos sectores todavía mis posiciones no sean comprendidas. El tiempo nos va serenando a todos y poniéndonos en nuestro lugar.

¿Qué le parece el juez Marchena?

Estaba en una situación extremadamente difícil. Extramuros del Supremo había muchos actores interesados en que todo fuera y saliera mal, en distorsionar la credibilidad y solvencia de la Sala. Tengo la impresión de que en algún momento fue incómodo para él mismo. ¿Por qué los políticos me habéis traspasado esta pelota que nunca tenía que haber llegado aquí?

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¿Y qué solución tiene Santi Vila?

¿Solución? Pues, bueno, en primer lugar desinflamar. Cuanto menos tiempo pasen en la cárcel los políticos presos y activistas, mejor. Una vez desinflamado, será el momento de retomar el diálogo pero no basado en palabras vacías, sino en propuestas objetivas. Igual descubrimos que si hay una propuesta de reforma razonable, pues muchos catalanes que no saben dónde depositar su voto pues igual la apoyan.

A finales del año pasado irrumpió la ultraderecha en las instituciones con Vox, es ya el quinto partido de España. ¿Es consecuencia también del procés?

Creo que el PP había sabido representar desde el centro hasta la extrema derecha. En la medida en la que no ha sabido conservar esta masa de ciudadanos, inevitablemente la disgregación es una realidad. Lo que me preocupa es el posible seguidismo de los partidos que se presentan como centristas de la extrema derecha.

¿Defiende la labor de los Mossos durante los disturbios?

Sin ningún tipo de duda. La Policía en general ha intentado llevar a cabo responsablemente su misión y garantizar la convivencia y el orden público y si ha habido algún exceso, tiene nombres y apellidos. Se tendrán que depurar responsabilidades por parte de aquel agente de policía que haya podido excederse. En términos generales, lo correcto es condenar la violencia y apoyar a los agentes de la autoridad, que a veces olvidamos que también son padres y madres de familia.

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¿Le veremos en una lista electoral cuando acabe su inhabilitación?

No estoy en condiciones de responder. Muy largo me lo fiáis, diría el clásico. A dos años vista es imposible y si mi familia me escuchara decir que sí, me echaría de casa. Entre otras cosas, ya he hecho un poco la mili: he sido diputado, alcalde de Figueras, consejero cinco años y medio. Mi compromiso cívico político ya es mucho haciendo actos. Ir más allá no se me puede pedir en estos momentos.

Los catalanes llevamos un punto de tristeza existencial impregnada

¿Cómo es su día a día ahora?

Estoy muy feliz habiendo retomado mi actividad académica como profesor en la Ramón Llull de Filosofía Política y dirigiendo una pequeña compañía en Banyoles. Estoy preparando un libro sobre mi experiencia en el juicio y qué deberíamos haber para salir de este lío. Esto es compatible con un punto de tristeza existencial que llevamos todos los catalanes impregnada, creo que también muchos de los ciudadanos en España porque nunca hubiéramos imaginado que asistiríamos a un deterioro de la convivencia y una tensión tan fuerte como la que vivimos la semana pasada.

Si tuviera una varita mágica, ¿a quién elegiría como presidente de la Generalitat para que llevar las riendas de la situación?

A un liberal, a un moderado, a un progresista, a una persona razonable.

¿Se moja con nombres y apellidos?

Es que me cuesta encontrarlo.