Sanz, Posteguillo, Merino, Lindo, Atxaga, Arriaga y Abad dan claves de sus últimos libros en diálogos virtuales

Sanz, Posteguillo, Merino, Lindo, Atxaga, Arriaga y Abad dan claves de sus últimos libros en diálogos virtuales

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Por Winston Manrique Sabogal

Héctor Abad Faciolince responde a una pregunta con un poema de Jaime Gil de Biedma recitado de memoria.

Elvira Lindo evoca un momento definitivo en su adolescencia y que habría de ser determinante en su vida.

Bernardo Atxaga cuenta por qué una chacarera fue esencial en la escritura de su última novela.

Marta Sanz explica por qué quiso narrar el cierre de su trilogia en la voz de una mujer.

Santiago Posteguillo revela cuándo le interesó, de verdad, Julia Domna como personaje histórico romano.

Ana Merino argumenta la elección de capítulos sucesivos como piezas autónomas pero encadenas en su reciente novela.

Guillermo Arriaga deja calro que su literatura no está influenciada por el cine sino a la inversa.

Estos son algunos de los momentos estelares que dejaron estos siete escritores en los Diálogos virtuales Eclipsados. Los libros que nacieron justo antes de la pandemia del Covid-19. Los organizó Ámbito Cultural, la web cultural de El corte inglés, con mi coordinación y presentación para celebrar el Día del Libro y que ahora publicamos en una gran antología visual en WMagazín.

Los diálogos virtuales en cadena fueron dos días:

Miércoles 22 de abril

19.000 Guillermo Arriaga por Salvar el fuego (Alfaguara).

19.15 Ana Merino por El mapa de los afectos (Destino).

19.30 Héctor Abad Faciolince por Lo que fue presente (Alfaguara).

19.45 Elvira Lindo por A corazón abierto (Seix Barral).

Jueves 23 de abril

19.00. Santiago Posteguillo por Y Julia retó a los dioses (Planeta).

19.20. Marta Sanz por pequeñas mujeres rojas (Anagrama).

19.40. Bernardo Atxaga por Casas y tumbas (Alfaguara).

A partir de esos encuentros, en WMagazín hemos hecho dos vídeos con una selección algunos de los momentos especiales protagonizados por cada uno de los siete escritores. Los diálogos se hicieron en la plataforma Zoom y el Facebook Live de Ámbito Cultural con reflejo en WMagazín.

La siguiente es la selección de las dos sesiones en vídeo y la transcripción de lo que dicen:Vídeo de los momentos estelares del diálogo virtual con Guillermo Arriaga, Ana Merino, Héctor Abad y Elvira Linto, presentados por Winston Manrique. / cortesía de Ámbito Cultural

Guillermo Arriaga, autor de Salvar el fuego (Alfaguara):

«Empecé como novelista mucho antes de hacer cualquier película. Traigo un espíritu de novelista que traté de imbuir en el cine. Cuando escribí Amores perros pensé en tratar de hacer una estructura en cine como El ruido y la furia, de Faulkner. En cambio, sí he llevado estructuras novelísticas al cine, pero no a la inversa. No estoy influenciado por el cine mientras escribo un libro, y mucho menos pienso que lo que escribo se va a adaptar al cine. Cuando escribo una novela la escribo lo más literaria posible y lo más novela posible.

Estos personajes tienen mucha intensidad y son capaces de ir al extremo con furia de vivir. Quieren aprovechar hasta el último segundo el tiempo que les ha tocado vivir. No tenemos que dar por sentado que la vida es eterna».

Ana Merino, autora de El mapa de los afectos (Destino):

«Escribí capítulos de emociones, capítulos de momentos en los que verbalizamos nuestra vida. Los personajes pueden verbalizar la vida y entender el instante de la vida. Me interesa por que vengo del mundo de la poesía y sublimar las emociones construye nuestro relato existencial. Me interesa la bondad y fraternidad en la desdicha. Cómo la fraternidad es una forma de comunicarnos en el mundo. El amor es muy intenso, es un espacio necesario, pero tiene sus matices y sus espacios en la bondad y la responsabilidad».

Héctor Abad Faciolince, es autor de Lo que fue presente (Alfaguara):

«Es el diario de una ilusión donde me encuentra con muchos escollos. Es el diario de muchos fracasos, sentimentales, vitales… Cuando regreso a Colombia, luego de graduarme, asesinan a mi padre en 1987, es una gran derrota en mi vida y en la de mi familia. Eso posterga durante años mi capacidad de escribir. Primero tenía que recomponerme como persona antes de ser capaz de escribir. Es también un diario lleno de agradecimiento por los que creyeron en mí.

(En 1993 escribió: «Si yo pudiera saber cuál es el arguento de mi vida». Y ante la pregunta sobre cuál es cree, ahora, que ha sido el argumento de su vida responde:)

Tal vez hay que volver a Gil de Biedma, a ese poema bellísimo No volveré a ser joven (y Abad lo recita de memoria):

Que la vida iba en serio

uno lo empieza a comprender más tarde

-como todos los jóvenes, yo vine

a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería

y marcharme entre aplausos

-envejecer, morir, eran tan solo

las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo

y la verdad desagradable asoma:

envejecer, morir,

es el único argumento de la obra.

Ese es el argumento. Pero si esta vida es una representación de una obra, haber tenido a mis hijos  es de lo que más orgulloso estoy».

Elvira Lindo, autora de A corazón abierto (Seix barral):

«Has leído un momento fundamental en el libro. Todo niño o niña sufre una transformación en la relación con sus padres cuando se hace adolescente. En mi caso esto se vio envuelto en la enfermedad de mi madre, el deterioro de la relación de mis padres, el cambio de un sitio a otro, de Mallorca a un barrio de Madrid. Llego a la adolescencia con furia y rabia. El libro está narrado con las distintas voces de mi vida. Y en ese pasaje es la voz adolescente, estaba enfadada con ellos. No quería edulcorar nada. Quería contar lo que significó todo esto, que significó un gran derrumbe.

Para mí era importante que el lector lo leyera y entendiera, saber expresarlo yo y que lo iban a leer mis hermanos, quería que reconocieran. La verdad no está en que cuentes de manera prolija o exhaustiva los hechos, la verdad es algo más profundo. Hay una pasajes que he narrado muy literarios, pero quería que sonaran a verdad».

Vídeo del Diaólog virtual con Santiago Posteguillo, Marta Sanz y Bernardo Atxaga presentado por Winston Manrique /cortesía de Ámbito Cultural

Santiago Posteguillo, autor de Y Julia retó a los dioses (Planeta):

«Conozco a Julia Domna desde hace mucho tiempo. Me ha interesado siempre el mundo romano desde pequeño. Pero para mí no adquiere una dimensión auténtica hasta que hace unos años me encuentro con una biografía de la profesora Barbara Levy sobre Julia Domna. Yo pensaba que la historiadora se había enamorado del personaje de Julia, pero me leí la biografía y vi que la profesora tenía razón y que Julia era más importante de lo que yo pensaba. Fue Madre de los césares, Madre del Senado, Madre de los Ejércitos, Madre de la Patria; tenía más títulos que los propios emperadores. Vi que ese personaje estaba pidiendo una novela».

Marta Sanz, es autora de pequeñas mujeres rojas (Anagrama):

«El sentido de esta tercera novela sobre el detective Arturo Zarco  después de ocho años de la segunda, es que sentía que tenía una cuenta pendiente con uno de los personajes que está en la primera parte y en la segunda es como un espectro o Pepita Grillo, es su exmujer Paula Quiñones. Quería cerrar este ciclo narrativo con un texto en el que el personaje central, la voz fundamental, que contara fuera la de Paula Quiñones, ayudada por la voz de Luz Arranz. Me interesaba hacer un experimento para expresar que los seres humanos, más allá de nuestra singularidad, son la misma voz, voces que nos constituyen, pasado, fantasmas. Está la idea de que el pasado está en el presente y por eso me interesa hacer memoria y buena memoria».

Bernardo Atxaga, es autor de Casas y tumbas (Alfaguara):

(Suena La humilde, interpretada por Atahualpa Yupanqui y Atxaba la escucha)

«Me gusta mucho la guitarra en general y la latinoamericana y en particular la chacarera. Hay una relación muy estrecha entre baile, música y poesía. Hay una teoría que me gusta, y la considero acertada, de que la poesía nace por el baile, es decir, para indicar a los bailarines cuándo deben dar un giro, o para empezar a cantarse en tiempo medido y sílabas contadas. Siempre me ha gustado el baile, la música y la poesía. ¡Y la chacarera bienvenida sea!

Esta canción es importante porque me acompaño de música cuando escribo y nunca me acompaño de música que no conozco. Siempre tengo que tener una relación personal con todo. Eso limita un poco mi mundo, pero lo hace más denso. Conocí a Atahualpa Yupanqui tangencialmente cuando a mi lado estaba sentado un guitarrsita y dijo que era difícil tocar como lo hace Atahualpa. Y esto me acompañó. La chacarera La humilde la escribió Cachilo Díaz después de pasar un duelo por la muerte de su hermano. Esos momnetos de intimidad los agradezco en mi vida y en momentos así vuelvo a la poesía».