Sin liquidez empresarial, el futuro de nuestra economía está escrito

Sin liquidez empresarial, el futuro de nuestra economía está escrito

Con un 25% de las empresas del país en situación de quiebra técnica, la recuperación de la economía española se torna complicada.

ronniechua via Getty Images

Hace escasos días, el Banco de España publicaba un informe en el que se advertía sobre una situación bastante preocupante para la economía española. En dicho informe se analizaba la situación que viven las empresas en España, así como, con motivo de la pandemia, la situación que presentan en lo que a liquidez se refiere. Un análisis que deja más sombras que luces para nuestra economía, así como para nuestro tejido productivo. Y es que, como concluye el organismo, muchas de las empresas en el país, en estos momentos, se enfrentan a severos problemas de liquidez en un futuro próximo. Tal es la magnitud del problema que, atendiendo a las conclusiones del estudio, hablamos de que el 25% de nuestro tejido empresarial se encuentra, en estos momentos, en situación de quiebra técnica. 

Para hacernos una idea, lo que muestra el estudio es que una cuarta parte de las empresas se encuentran, hoy en día, en quiebra técnica. Esto quiere decir que dichas empresas tienen la obligación de que los socios disuelvan la sociedad, como consecuencia de la pandemia del covid-19. Ya que, tal y como regula la Ley de Sociedades de Capital (LSC) en sus artículos 364 y 365 la situación de quiebra técnica, esta se produce cuando el valor recogido en libros del activo es inferior al valor de las deudas contraídas con terceros o pasivo, dando lugar a un patrimonio neto negativo,debido a las pérdidas prolongadas en el tiempo, así como la escasez de recursos con la que ya contaban las empresas españolas.

Ahora bien, como también resalta el propio organismo, preocupa mucho el hecho de que, aunque los datos arrojen un 25%, las previsiones llevadas a cabo por el mismo elevan esta cifra hasta casi el 30% en el caso de que la situación extraordinaria se alargue en el tiempo. Y es que, como clarificó la OCDE, de seguir prolongándose dicha situación y de darse nuevos rebrotes que obligasen a confinar nuevamente, el deterioro previsto sitúa a la economía española como la más dañada del conjunto de países que integran el organismo multilateral. Todo ello, debido a la vulnerabilidad de unas empresas que, atendiendo a su tamaño, así como a las dimensiones de nuestro tejido productivo, adolecen de muchas carencias.

De media, las empresas españolas pueden aguantar los costes fijos de su empresa entre 55 y 60 días; todo ello, sin recibir ingresos.

Como sabemos, el 99,9% del tejido empresarial español está compuesto por pequeñas y medianas empresas. De estas, el 89% presenta una plantilla de entre 10 y 1 empleados. Como vemos a la luz de los datos, hablamos de compañías que, en contraste con otras economías homólogas que integran el bloque comunitario, son muy pequeñas. Pero, además de esto, hablamos de empresas que, debido a su escaso tamaño, presentan una serie de vulnerabilidades que, por desgracia para nuestro país, nos hacen, como país, más propensos a una posible pérdida de capacidad productiva. Pues, como veremos a continuación, el escaso tamaño de estas empresas hace que estas, consecuentemente, también presenten una capacidad, así como una oferta de recursos, mucho más limitada para afrontar la crisis.

Si atendemos a lo que evalúa el Banco de España, era de esperar que los problemas de liquidez llegasen a la economía española, así como a su tejido empresarial. Pesa a la multitud de recursos desplegados para promover el endeudamiento y, por consecuente, el incremento de liquidez, hablamos de un tejido empresarial que, en contraste nuevamente con los tejidos de nuestros respectivos homólogos europeos, se encuentra a la cola del ranking comunitario. En este sentido, si hiciésemos un cómputo de la liquidez empresarial española y lo agregásemos con la liquidez del conjunto de tejidos productivos en la Unión Europea, el relativo correspondiente para España reflejaría que las empresas en nuestro país poseen el 3% del total de liquidez empresarial europeo. En este sentido, y para hacernos una mejor idea, Francia, nuestro vecino más cercano, tendría el 20%.

a recuperación económica, pese a suavizar las medidas de distanciamiento social y permitir la reactivación de la economía, sigue sin materializarse en los indicadores macroeconómicos.

A su vez, esto también queda recogido cuando atendemos a su criterio de caja. En España, la caja media de las empresas españolas se sitúa entre los 55 y los 60 días. Esto quiere decirnos que, de media, las empresas españolas pueden aguantar los costes fijos de su empresa entre 55 y 60 días; todo ello, sin recibir ingresos y afrontándolo con su liquidez. Recordemos que el último confinamiento se ha extendido más de 100 días. Todo ello, sin tener en cuenta que la recuperación económica, pese a suavizar las medidas de distanciamiento social y permitir la reactivación de la economía, sigue sin materializarse en los indicadores macroeconómicos.

Si además a esto le sumamos el hecho de que los empresarios españoles, como dicen los estudios sobre el mercado laboral español y las conclusiones que se extraen de los análisis sobre la Ley de Okun, presentan una menor resiliencia en momentos de crisis y shocks que se producen en la economía, hablamos de un escenario futuro que, de no solventar y de extenderse en el tiempo, podría llevarnos a una pérdida de capacidad productiva irreparable, así como la consecuente pérdida de empleos que esto traería. Esto, teniendo en cuenta el deterioro que ya presentaba la economía española antes de la pandemia, así como los pronósticos que realizan los organismos sobre nuestra economía, nos deja una preocupación latente sobre una recuperación que, ante la situación, queda en entredicho.