Sólo hay un tipo de tejido que soporta el lavado a 90 grados que recomienda el Gobierno para la ropa de trabajo

Sólo hay un tipo de tejido que soporta el lavado a 90 grados que recomienda el Gobierno para la ropa de trabajo

Es una de las medidas incluidas en la guía de buenas prácticas para evitar el contagio de coronavirus.

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Regresar a los lugares de trabajo implica extremar las medidas preventivas para evitar el coronavirus. Así lo establece la Guía de buenas prácticas para prevenir los contagios del COVID-19 distribuida este fin de semana por el Gobierno, que incluye en su lista de consejos cómo debe lavarse la ropa de trabajo.

En caso de los uniformes de trabajo o similares, serán embolsados y cerrados, y se trasladarán hasta el punto donde se haga su lavado habitual, recomendándose un lavado con un ciclo completo a una temperatura de entre 60 y 90 grados.

El consejo ha llamado la atención de muchos que temen por el futuro de esa ropa tras un ciclo de lavado completo entre 60 y 90 grados.

No muchas prendas de ropa aguantan un lavado de esas características. Sólo hay que mirar cualquier etiqueta que tengas a mano: lo normal es que las indicaciones de lavado recomienden hacerlo entre 30 y 40 grados.

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Las prendas que soportan un lavado a 60 grados

Cualquiera de los tres mensajes de Twitter recogidos al principio del artículo tiene razón: no toda la ropa aguanta un lavado de tales características, lo normal es que termine como la camiseta menguante de la izquierda.

Las temperaturas más altas, entre 60 y 90 grados, se utilizan “para erradicar totalmente los gérmenes”, como se explica en la web del detergente líquido Flota. Sin embargo, no sirven para cualquier tejido.

“No es recomendable lavar por encima de 60°C por el alto consumo de energía y por el daño potencial a los tejidos”, apuntan en la web tintoreriamoderna.info. Estas temperaturas sólo son aptas para la ropa muy sucia o los tejidos sin tendencia a encoger por el calor. Entre estos últimos está la lona, con la que se suelen hacer los uniformes de trabajo y de ahí la recomendación del Gobierno.

El cambio de tamaño no es el único inconveniente que puede acarrear un lavado de ropa a altas temperaturas, hay otros tres:

  • Se pueden producir desteñidos.
  • Se fijan las arrugas.
  • Se pueden aflojar los elásticos de las prendas.

Cada prenda, una temperatura

Lo que hay que hacer a la hora de lavar es mirar antes la etiqueta. No sólo para comprobar la temperatura máxima recomendada —recomendada no quiere decir obligatoria—, también para saber si se puede o no lavar a máquina y qué otras consejos hay que seguir.

Si no se hace, hay unos básicos a tener en cuenta:

Las prendas de algodón de color blanco se pueden lavar a 60 grados, pero si son 100% algodón se corre el riesgo de que encojan. Habría que mirar antes la composición.

El algodón de colores oscuros, no. A altas temperaturas se pierden tintes. Lo ideal sería lavarla a 30 o 40 grados dependiendo del grado de suciedad.

Sábanas, toallas, manteles sí deberían lavarse a más a 40 grados para eliminar las bacterias e incluso el moho.

La ropa para bebés y niños no tiene una temperatura determinada, aunque lo recomendable es poner a remojo o hacer un prelavado antes para quitar las manchas incrustadas sin recurrir a las altas temperaturas. Estas pueden deteriorar los tejidos lo que podría provocar daños en la piel del bebé.

Los vaqueros, si no tienen mucha suciedad incrustada, también deben lavarse a 30 grados.

Los tejidos sintéticos o las mezclas de diferentes tipos de tejidos tienen que lavarse en programas cortos con un centrifugado reducido.

Las prendas de lana o delicadas deben lavarse con programas específicos con un centrifugado muy corto o inexistente. La temperatura máxima tendría que ser de 30 grados y siempre con un detergente suave.

Cuidado con el centrifugado

Del mismo modo que hay que cuidar la temperatura de lavado, hay que vigilar también las revoluciones del centrifugado. “Por encima de 800 revoluciones por minuto, existe más riesgo de que tus prendas se estropeen”, apuntan en la web de AEG.

Tampoco es necesario mucho más. Un centrifugado a 800 r.p.m reduce un 40% la humedad de la prenda, mientras que uno de 1400 r.p.m. podría decirse que absorbe más de la mitad de la humedad en prendas de ropa, señalan en Millar.es.