Tiempo, tiempo, tiempo... ¿para estresarte aún más?

Tiempo, tiempo, tiempo... ¿para estresarte aún más?

Nuestro frenético ritmo de vida ha convertido al tiempo en nuestro gran objeto de deseo: trabajo, compromisos sociales, reuniones, obligaciones familiares, gimnasio y clases de inglés, tareas infantiles… Nuestra jornada está llena de obligaciones, prisas y estrés que nos hacen robar muchos minutos a nuestro descanso y nuestro ocio.

Desde que el lunes inauguramos la semana, ansiamos que llegue el viernes y por fin podamos descansar...  Dormir y disfrutar de algo de tiempo libre —e incluso aburrirnos—.

Seguramente, dormir y divertirnos sería la respuesta unánime a la pregunta planteada por el mago Luis Piedrahita en su espacio Dilemas contradictorios, creado por Renault: ”¿Qué haríais si tuvierais tiempo libre absoluto?”

Pero no siempre ocurre así. Somos una contradicción andante y, muchas veces, cuando tenemos por delante mucho tiempo libre, lo que promete ser un fin de semana de dormir, ver series y cocinar sano y tranquilo, se convierte en jornadas estresantes de planes y citas. Queremos aprovechar tanto ese tiempo que nos dedicamos a quemar el fin de semana y terminamos más cansados de lo que empezamos.

Y estos son algunos de los agobiantes planes que deslucen nuestros fines de semana. ¿Te suenan?

¿Unas cañas después de trabajar?

Piénsalo, ¿desconectar del trabajo yéndote de cañas con gente del trabajo? Así comenzamos muchos fines de semana, saliendo de la oficina con nuestros compañeros prometiendo “me tomo una y me voy corriendo”. Al final son  cuatro o cinco y cuando llegas a casa sabes perfectamente que no vas a poder despertarte a la hora que quieras. Al amanecer, los niños ya tendrán puestos los dibujos para que los escuche todo el barrio y, además, ¡toca zafarrancho de limpieza!

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Organizar una comida familiar

Compra, cocina desde primera hora de la mañana, pon la mesa, recibe a los invitados, sirve la comida, invéntate otro plato para los vegetarianos, recoge la mesa, prepara una divertida sobremesa… Y por fin, a las 10 de la noche se marchan dejando la casa como si hubiese pasado un tornado.

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Tarde en el centro comercial

Es sábado y llueve, llueve mucho. Los niños están deseando ir al cine y qué mejor plan que ir al centro comercial, ver una peli, comer una hamburguesa y hacer algunas compras. Pero las cosas no suelen salir como planeamos. ¡Todo el mundo ha pensado lo mismo! Así que toca atasco al entrar en el parking, colas para comprar las entradas y las palomitas, esperar para coger sitio en la hamburguesería…

Entraste con una sonrisa pero a medida que pasa la tarde, la ira y el estrés se apoderan de ti. ¡Mejor habernos quedado en casa!

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Quedar con amigos

¿Tomamos el aperitivo el domingo? Cuando te lo propusieron el jueves te pareció una idea fantástica. Unas cervezas, unos pinchos… ¡Y a casa a dormir la siesta y a tirarse en el sofá esperando a que llegue el lunes!

Pero no, las cosas al final se han liado. El aperitivo se ha prolongado, se ha juntado con los cafés y la tertulia. Luego a alguien se le ocurrió jugar una partida al Trivial, pedir pizzas… Así que al final llegas a las 12 a casa, deseando dormir y rezando porque el lunes sea un día fácil en el trabajo.

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Y este es el ciclo de nuestra vida... El lunes aún estamos más cansados que el viernes y sobrevivimos a la semana pensando que otra vez llegará el fin de semana y descansaremos. Pero lo volveremos a sobrecargar como si fuese el último fin de semana de nuestra vida. Pero no hay que preocuparse: pronto llegarán las vacaciones y entonces nos iremos todos juntos a alguna playa atestada donde no cabemos ni nosotros ni nuestros planes...

¡Bienvenidos a todas nuestras contradicciones! Puedes descubrir muchas más sobre ocio estresado en Dichosas Contradicciones SUV by Renault.