'Tierra, mar y aire'

'Tierra, mar y aire'

La visibilidad es un arma potente y yo le debo este libro a todas las personas que han luchado e incluso han dado su vida para que las mujeres y los homosexuales vayamos consiguiendo poco a poco los mismos derechos que el resto de la sociedad. Con Tierra, Mar y Aire me gustaría abrir mentes, despertar conciencias y cambiar opiniones, por eso, no es un libro para todo el mundo.

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Pensé en escribir Tierra, Mar y Aire cuando me fui en excedencia de las Fuerzas Armadas. Reflexioné sobre todo lo que había vivido, lo digerí y decidí que tenía que hacerlo. Quería plasmar la potencialidad que tenemos todos los seres humanos de conseguir nuestros sueños si creemos en nosotros mismos. También quería dar voz a todas las personas que sufren por su condición de homosexual o por el simple hecho de ser mujer en todo el mundo.

Me entraron dudas sobre escribir el libro o no, pensaba y me decía a mí misma: "Si no soy yo, ¿quién? No podemos esperar más". La realidad es que si nadie hace nada, no avanzaremos. Nos llevará muchos más años ver con normalidad relaciones homosexuales; tendremos que esperar 75 ó 100 años para que las mujeres sean pagadas lo mismo que los hombres por el mismo trabajo y las niñas seguirán casándose con adultos. Y al paso que vamos, no será hasta 2086 cuando todos los niños africanos tengan acceso a la educación.

La visibilidad es un arma potente y yo le debo este libro a todas las personas que han luchado e incluso han dado su vida para que las mujeres y los homosexuales vayamos consiguiendo poco a poco los mismos derechos que el resto de la sociedad.

La visibilidad puede luchar contra la ignorancia, contra el miedo y contra la homofobia. Puede dar confianza y ayudar a muchas personas que no saben ponerle nombre a lo que sienten.

Con Tierra, Mar y Aire me gustaría abrir mentes, despertar conciencias y cambiar opiniones, por eso, no es un libro para todo el mundo.

Yo quiero que las mujeres digamos lo que pensamos, persigamos nuestros sueños y hagamos lo que nos apetezca.

Escribir este libro ha sido como una autoterapia. He perdido los escrúpulos y he gritado cosas que nunca repetiré. He podido analizar mi vida y darme cuenta que no hay una forma más perversa de sometimiento que convencernos a las mujeres de que los límites que nos impone la sociedad son por nuestro bien. Y que el miedo a ser diferente y convertirte en una desobediente es una prisión de máxima seguridad. Nos da miedo preguntarnos ¿quién soy? ¿qué quiero? No vaya a ser que a nuestro alrededor no les guste lo que somos o lo que queremos.

Yo quiero que las mujeres digamos lo que pensamos, persigamos nuestros sueños y hagamos lo que nos apetezca. Con Tierra, Mar y Aire quiero apoyar mis manos en los barrotes de esa cárcel para que todos vean mis dedos y sepan que es real, que podemos hacer lo que queramos y conseguir todos nuestros deseos.

En esta sociedad tenemos una versión trasgiversada de lo que es ser mujer, y no tiene nada que ver con la experiencia real de ser mujer.

Yo creo que hay que vivir la vida que queremos vivir y que nuestra orientación sexual o las legislaciones no condicionen nuestros sueños. Es genial poder ser tú misma y sentirte feliz por ello. Me siento muy satisfecha de quien soy y también me siento muy orgullosa de quien está a mi lado.

Estoy esperanzada porque pienso que los humanos tenemos la capacidad de ser mejores. Quiero soñar con un mundo más justo, con hombres y mujeres más humanos y honestos. Un mundo donde nos respetemos los unos a los otros para vivir en un sitio mejor. Sueño con una sociedad donde ser inmigrante no sea un delito, un mundo que promueva y proteja los derechos humanos,

Con Tierra, Mar y Aire espero marcar una diferencia y ayudar a que la vida de otros sea más fácil y de más valor humanitario.