Todes juntes: Carmena, la RAE y la opresión

Todes juntes: Carmena, la RAE y la opresión

¿Por qué no subvertir el lenguaje?

Imagen de archivo de Manuela Carmena, exalcaldesa de Madrid. Europa Press News via Getty Images

El día del Orgullo LGBTI+ Manuela Carmena escribió el siguiente tweet:

¡Así! ¡Para empezar! Punto. “Y todes”. Punto.

¿Cómo te sientes? No Carmena, ¡tú! ¿Cómo te sientes tú?

¿Has pensado en entrar en la RAE para justificar lo equivocada que está Carmena? No serías la única persona, de hecho es la forma más habitual de proceder, ¿quién te va a llevar la contraria si tienes el apoyo de una institución de más de 300 años de vida?

La misión principal de la RAE, según sus estatutos, es “velar porque los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico. Debe cuidar igualmente de que esta evolución conserve el genio propio de la lengua, tal como este ha ido consolidándose con el correr de los siglos, así como de establecer y difundir los criterios de propiedad y corrección, y de contribuir a su esplendor.”

Por un lado hablan de la adaptación a las necesidades de los hablantes, por lo que parece que su función es descriptiva, describen lo que sus hablantes ya utilizan en el día a día. Pero, en el momento que usan la expresión subjetiva “que esta evolución conserve el genio propio de la lengua” (¿qué genio?) ya entramos en un terreno mucho menos descriptivo y más conservador. Al llegar a la última frase “establecer y difundir los criterios de propiedad y corrección” ya nos encontramos con una misión prescriptiva, nos dicen cómo usarla, que como muchos lingüistas dicen, es su labor en cuanto a la gramática.

Aunque dejásemos de lado la parte prescriptiva, se escudan en hacer una representación del uso habitual que se hace de la lengua española, pero los hablantes acaban usándolas como reglas a seguir y si no las sigues te tachan de incorrecto.

¿Por qué no subvertir el lenguaje? Conocer el uso habitual pero no tener miedo al cambio.

¿Qué es más opresión, una Academia que te dice que la única forma de hablar bien es usando el binario o un género neutro que subvierte la norma pero no estás obligado a usar?

La RAE estructura su poder alrededor del lenguaje y su uso cotidiano, ¿por qué no hacerlo alrededor de otras realidades cotidianas y su representación? Y me explico: la existencia de personas no binarias es una realidad, y que muches prefieran la -e como género es cada vez más habitual. ¿Por qué en lugar de tener en cuenta esta realidad lo que hacen es escudarse en que no se usa mayoritariamente?

Por ello, por un lado, me entran ganas de cagarme en la RAE y en las estructuras hegemónicas que impiden la evolución de la sociedad hacia realidades emergentes. No lo hago porque no es mi estilo y además como todavía está la Ley Mordaza y no soy abogado, no sé si cagarse en la RAE es como cagarse en el Rey.

Pero por otro lado pienso: sin todas esas estructuras que organizan el mundo liberal desde un punto de vista humanista, ¿sería posible hablar de todos estos temas? Como sugiere Judith Butler, las propias categorías (y estructuras) que nos conforman son las que nos permiten subvertirlas. Según esto, sin la RAE no podríamos ni siquiera estar pensando en la necesidad de la -e.

Para todos los que piensan que el usar todes es una opresión de la izquierda, ¿qué es más opresión, una Academia que te dice que la única forma de hablar bien es usando el binario o un género neutro que subvierte la norma pero no estás obligado a usar?

La gramática frente al progreso.