¿Tratar las úlceras de estómago a partir del cerebro? El diálogo del estómago con el cerebro

¿Tratar las úlceras de estómago a partir del cerebro? El diálogo del estómago con el cerebro

Con estos nuevos datos, se podría intervenir a nivel del cerebro para corregir las secreciones gástricas y mejorar estas afecciones.

Human digestive system is accepted as the second brain in human body. Female is holding brain model in front of her stomach.simarik via Getty Images

Cada vez hay más evidencias que indican que el estómago “habla” con el cerebro. ¿Digestión o descanso? ¿Lucha o huida? Un nuevo trabajo ha investigado los circuitos de conexión entre estos dos órganos que explicaría cómo el estrés nervioso podría promover el desarrollo de úlceras de estómago.

El cerebro influye en el estómago

Hasta ahora, la investigación se había centrado en la influencia del intestino y la microbiota intestinal sobre el cerebro, y del cerebro sobre el intestino. Mientras tanto, se había obviado al estómago.

Sin embargo, los últimos hallazgos indican que el cerebro también influye en la función estomacal. Ya Pavlov en sus experimentos hace años había demostrado en sus estudios experimentales que el sistema nervioso anticipa señales de la digestión tan solo condicionados por el medio ambiente. Es lo que se llama respuestas anticipatorias. Estas respuestas son las que nos hacen salivar por la mera visión de la comida apetitosa, aunque no la hayamos probado.

Otra prueba de cómo el cerebro puede afectar al estómago está en la manera en la que el estrés nervioso cuando es crónico acaba incrementando la incidencia de úlceras de estómago.

“Descansa y haz la digestión”

Un nuevo estudio efectuado en la Universidad de Pittsburgh (EEUU) ha permitido poner en evidencia que existen diversas áreas de la corteza cerebral (la parte delantera del cerebro) que conectan directamente con el estómago.

Para ello, utilizaron animales de experimentación a los que inyectaron en el estómago marcadores visibles para poder trazarlos. Observaron que estos marcadores eran capaces de viajar hasta el cerebro para ejercer el control del estómago.

En concreto, comprobaron que el sistema nervioso parasimpático, que es el que se encarga del reposo y la digestión, conectaba también de vuelta desde el estómago hasta algunas zonas del cerebro que son responsables de la regulación emocional y la sensación visceral.

Los investigadores del estudio comentan que “el estómago envía información sensorial al cerebro, para a su vez enviar de vuelta instrucciones al intestino”. De esa manera, las sensaciones sobre el estado visceral se construyen por una combinación de señales combinadas del estómago, las sensaciones pasadas y la percepción del contexto. En otras palabras, el efecto de la comida en las vísceras no sería únicamente química, sino también afectada por las sensaciones mentales.

Mejorar las úlceras

Con estos hallazgos se podrían generar nuevos abordajes de problemas estomacales que incluyeran aspectos cerebrales.

Por ejemplo, la bacteria Helicobacter pylori del estómago es la que típicamente genera infecciones que inducen úlceras. Con estos nuevos datos, se podría intervenir a nivel del cerebro (concretamente de la corteza cerebral) para corregir las secreciones gástricas y mejorar estas afecciones.

De esta manera, se podrían generar nuevas terapias en las que no se interviniera directamente el intestino o el estómago para aliviar patologías de estos órganos, si no dirigirse directamente al cerebro para modular las respuestas. ¡La sintonía de las tripas parece estar en la cabeza!

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MOSTRAR BIOGRAFíA

Raquel Marín es neurocientífica y catedrática de Fisiología. Coordina el grupo de investigación de «Señalización celular en enfermedades neurodegenerativas», de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, en la que también da clases. Estudió Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Autónoma de Madrid, y fue allí donde se inició en la investigación médica. Máster y doctora en Biomedicina por la Universidad Laval de Quebec, sus tesis se centraron en investigar el sistema nervioso. Con posterioridad, y antes de llegar a La Laguna, trabajó en la Universidad Rockefeller de Nueva York. Investigadora de excelencia Ramón y Cajal durante cinco años, a lo largo de toda su carrera académica y profesional ha centrado su línea de investigación fundamentalmente en enfermedades neurodegenerativas asociadas al envejecimiento. Es autora de varias monografías y de casi un centenar de artículos científicos publicados en revistas internacionales referentes de su ámbito de estudio, ponente invitada en una treintena de congresos internacionales y conferenciante y divulgadora científica. Ha recibido el Premio a la Mujer Investigadora en Biomedicina en la Universidad Laval (Canadá), el Premio de Investigación Agustín de Bethencourt de la Fundación Caja Canarias, la Medalla Europea al Trabajo de Economía y Competitividad, y la Medalla de Honor del Instituto de Ciencias Forenses (Barcelona). En su página www.raquelmarin.net escribe un blog de divulgación sobre el cerebro, la nutrición y recetas neurosaludables. Dale vida a tu cerebro es su primer libro de divulgación, que tras cinco meses desde su publicación ha entrado en su 3ª edición.