Un colegio de Murcia da la vuelta al mundo al dar las clases en la playa: "Los niños flipan"

Una imagen que, casi sin poder imaginarlo, ha dado la vuelta al mundo. El colegio Félix Rodríguez de la Fuente de Cartagena ha cruzado fronteras gracias a una iniciativa para promulgar la importancia del aire libre, el aprendizaje in situ y el cuidado de la naturaleza.

Desde que comenzara el curso escolar actual y gracias al programa Aire Limpio de la Consejería de la Región de Murcia, el centro ha convertido la playa de la localidad en aulas abiertas.

El director y el personal administrativo del centro se puso en contacto con la Asociación de vecinos de la localidad, que tiene el local junto a la playa, para ver si podían guardar en él las mesas, sillas y pizarras, así como utilizar el baño en caso de necesidad. Les dieron permiso y el CEIP Félix Rodríguez de la Fuente dio luz verde al proyecto.

“Los niños tienen que seguir sonriendo a pesar de esta dura etapa pandémica, así que lo que hicimos fue aprovechar nuestro contexto y los lugares donde ellos viven a diario, como la playa. Sacamos a todos, desde los tres a los 12 años e impartimos las clases ahí con total normalidad”, cuenta Alfonso Vera, director del colegio, que se encuentra a unos 100 metros de la costa.

Este maestro de 43 años, que lleva dando clase desde 1999, tomó posesión del cargo el pasado mes de julio con la certeza de que tenía que utilizar la playa como espacio educativo, independientemente del programa de la Consejería. “Tienen que estar involucrados con el lugar en el que viven”, se reafirma ahora, nueve meses después de su nombramiento.

A veces, salen del centro los aproximadamente 100 alumnos juntos. En otras, la mayoría, lo hacen por separado. “Damos las clases de Educación Física, Plástica, Lengua, Ciencias Naturales o Matemáticas al aire libre,”, señala el docente, que está exultante con la difusión y el éxito que ha logrado su iniciativa.

Ejemplifica que un día de la semana los más pequeños salen a leer El Principito encima de la pasarela gigante que se adentra en el mar, mientras que otro son los alumnos de segundo de Primaria los que salen a hacer Educación Física o Lengua sobre la arena.

También estudian los distintos sectores de la economía y actividades como la pesca los alumnos la aprenden en el mismo mar: “Lo nuestro no es ninguna locura, es aprovechar un espacio abierto como la playa, pero es que se puede aprovechar cualquier sitio. Es demostrar que la escuela está viva y que no es ir a estar en una clase cerrada”.

“Hay que romper con ese estereotipo de que tengo que llegar a clase y utilizar un libro para aprender. Puedo estar estudiando en un parque, en un jardín, en la playa, etc. Lo mejor es ir a aprender en el lugar. Vamos a luchar porque los niños sean conscientes de estar viviendo con la naturaleza y de que hay que cuidarla porque si no esto se va al garete”, reivindica Vera.

“Los niños alucinan”

Alumnos, profesores o padres. Toda la comunidad educativa ha recibido con buenos ojos la medida. Vera no ha recibido quejas, solo elogios.

“Tengo que agradecer tanto a los padres como a los compañeros de trabajo que lo han tomado con una iniciativa bestial y nos han ayudado en todo”, reconoce el director, que asegura que “los niños alucinan”. “Para ellos es el lugar de ocio y diversión y están viendo que también puede ser el lugar donde aprendan”, comenta.

Esta iniciativa les sirven para cumplir con creces el que ha sido uno de los grandes miedos de este curso: la ventilación adecuada de las aulas escolares para evitar contagios de coronavirus. “Considerábamos que era importantísimo ayudarnos de estos espacios porque hay una cierta sensación de claustrofobia con el virus, las mascarillas, etc”, apunta.

“Los niños están tranquilos. A la distancia de seguridad y las mascarillas le han sumado respirar aire limpio, renovado y no contaminado y no el que hay entre cuatro paredes”, sentencia Vera.

Además, la gente que pasa por la playa no les molesta ni se queda a ver lo que hacen. Entienden que están trabajando y dando clase: “Lo respetan mucho. Cuando se ha acercado algún padre a asomarse se le dice que estamos trabajando y se van, son conscientes de ello”.

Tampoco se ven muy afectados por el frío o el calor. La temperatura media que hay en la zona hace posible que la mayor parte del curso escolar se puedan permitir salir a estudiar fuera. Únicamente, cuenta el director, evitan hacerlo cuando llueve o cuando hace demasiado frío.

Vera, que ha conseguido que el colegio salga en todo el mundo [ha realizado entrevistas con medios de Chile, Venezuela, Alemania, Polonia o Italia], espera que solo sea el principio de una bonita iniciativa. “Esto yo creo que debería llegar a ser mundial”, confiesa.

De momento, lo que tanto Vera como sus alumnos han conseguido es evitar casos de coronavirus y lograr un aprendizaje mucho más natural.