Un gran convenio "mata" al pacto de rentas: El Corte Inglés, Lidl, Mercadona, Burger King suben hasta un 18% los salarios

Un gran convenio "mata" al pacto de rentas: El Corte Inglés, Lidl, Mercadona, Burger King suben hasta un 18% los salarios

Las grandes firmas de distribución encaran la negociación de nuevos convenios de los que dependen el sueldo de cerca de 300.000 trabajadores en España.

Puertas de acceso de uno de los centros de El Corte Inglés en MadridCarlos Alvarez via Getty Images

La subida de los sueldos está en la mente de los trabajadores españoles, especialmente ahora que 2022 está a punto de acabar y es el momento de negociar la subida de los salarios. Una negociación en la que la inflación será un factor determinante para fijar ese incremento e impedir la pérdida de poder adquisitivo de los asalariados.

Con una inflación que ha llegado a superar los dos dígitos a lo largo del año y que en noviembre se situó en el 6,8%, los trabajadores de determinados sectores, aquellos cuyos márgenes no se han visto afectados por la guerra de Ucrania, notarán como sus nóminas crecerán de forma notable en 2023: algunas compañías se han comprometido a subidas históricas de más de un 10%.

Mercadona, Dia y Lidl, los primeros

Mientras que los convenios colectivos recogen este año subidas salariales del 2,6% de media, las empresas del sector de la distribución han empezado a cerrar acuerdos con los sindicatos que impiden que sus trabajadores pierdan poder adquisitivo.

Un claro ejemplo es el de Mercadona, el Grupo Dia y Lidl. Los convenios de los trabajadores de los tres grandes supermercados recogen subidas de sueldo a cuatro años que, en algunos casos, pueden suponer hasta un incremento del 16,5% en dos años.

Es el caso de Lidl, la cadena de supermercados y los sindicatos firmaron en julio una subida del 16,5% del salario de sus plantillas hasta 2025. Así, sus más de 15.500 trabajadores en España han visto como su sueldo crecía un 7% en 2022, lo hará un 3,5% en 2023 y volverá a subir un mínimo del 3% tanto en 2024 como en 2025.

En cuanto al Grupo Dia, que también acaba de cerrar un acuerdo para la subida de salarios, contempla incrementos de hasta el 12% en un periodo de tres años para más de 15.000 trabajadores.

Mercadona, con más de 93.000 empleados en España y que este año ya viene de una subida salarial del 6,5%, tienen ligada al IPC la revisión de los sueldos de su plantilla. A la espera que lo que ocurra en diciembre con la inflación, el salario mínimo de un trabajador de Mercadona se sitúa ya en 1.425 euros brutos al mes.

El Corte Inglés, Carrefour o Ikea preparan otra subida

Otros grandes nombres del sector distribución preparan también subidas salariales para sus plantillas, a la espera de que se cierren las negociaciones de los nuevos convenios laborales.

Fetico, el sindicato mayoritario en la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) -patronal a la que pertenecen firmas como El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Ikea o Leroy Merlin- ha reclamado un incremento de los sueldos del 18% en los próximos cuatro años que dure el nuevo convenio. Un acuerdo que vence a finales año y que afecta alrededor de 234.000 empleados en España.

Será en enero cuando patronal y sindicatos se sienten a negociar los nuevos salarios, pero tal como avanza el diario Cinco Días, el ejemplo de los últimos convenios avanza fuertes subidas para los trabajadores de empleadores de referencia en España.

Sin embargo, la subida de salarios no solo afecta al sector de la distribución. En grandes compañías de restauración, como McDonald’s y Burger King, los salarios subirán un 18% en 3 años. En el sector de las perfumerías, se acaba de cerrar un incremento del 15,5% los próximos cuatro años y en territorios como Pontevedra o Comunitat Valenciana, los trabajadores del sector comercio verán incrementadas sus nónimas un 15% y un 11,5%, respectivamente.

¿Qué pasa con Inditex y las grandes empresas del sector textil?

Los grandes grupos textiles integrados en la Asociación Retail Textil España (ARTE), como Inditex o Mango, buscan la unificación de los convenios del sector que, hasta se rubrique un acuerdo, se rigen sobre todo a nivel provincial.

En las últimas semana, la presión de los trabajadores ha conseguido doblegar a a compañías hasta ahora reticentes a la subida de los sueldos de sus trabajadores. El caso más reciente es el de la dependientas del grupo Inditex en A Coruña, que acudieron a su derecho a huelga en pleno Black Friday, para reclamar una mejora de sus condiciones laborales.

El grupo al que pertenecen marcas como Zara, Massimo Dutti o Stradivarius pagará en febrero un total de 1.000 euros a cada una de sus trabajadores de tienda en un pago ligado al cumplimiento de ciertos objetivos de venta.

¿Ha muerto el pacto de rentas?

Con el cierre de estos nuevos convenios en el sector de la distribución y restauración, cabe preguntarse si el pacto de rentas propuesto por el Gobierno para aplacar los efectos de la guerra de Ucrania y por el que también aboga el FMI, ha muerto.

El periodista Javier Ruiz, responsable del espacio Hora 25 de los Negocios, considera que estos acuerdos de las “empresas de sectores que están calentando los precios, están calentando también las nóminas”, algo que pone en tela de juicio la vigencia del pacto de rentas y que deja una España a dos velocidades: “Las de las empresas con capacidad y pulmón para subir los salarios y las que no, que están dejando atrás a los suyos”, ha indicado en su último boletín radiofónico.

El pacto de rentas es una medida excepcional que sirve para repartir el coste de la inflación en épocas en las que el nivel adquisitivo de los ciudadanos se reduce de manera considerable.

El pacto de rentas se negocia entre el Gobierno, la patronal, los sindicatos y los agentes sociales. La primera institución europea que puso encima de la mesa la necesidad de un “pacto de rentas” fue el BCE.

El presidente del Banco de España, Hernández de Cos, se ha hecho eco de esta petición con el objetivo de evitar esa espiral de precios y salarios que tendería a enquistar la inflación, lo que supondría un lastre difícil de superar para la recuperación económica.