Una enfermera de La Paz impacta al publicar su situación dentro del hospital
Los sanitarios ya avisan de que están en una situación límite.
Los casos de coronavirus siguen al alza con los más de 90.000 registrados desde el pasado viernes. Aunque el crecimiento de nuevos positivos es cada vez menor, los hospitalizados continúan en aumento y algunos hospitales empiezan a estar al límite.
Ese incremento de personas en planta y en UCI repercute directamente en los sanitarios que, sin refuerzos de personal, tienen que hacer frente a una situación de estrés total.
María, una enfermera del madrileño Hospital La Paz, ha contado en Twitter este domingo el turno de noche que le tocó vivir. Desde luego, no es el más deseable.
“17 pacientes de todas las especialidades (otorrino - traqueostomías, maxilofacial, oncología, paliativos, medicina interna, urología...). 1 sola enfermera. 1 sola auxiliar”, escribie la sanitaria.
La trabajadora, según su testimonio, cruza los dedos para pedir que no hubiera complicaciones en el turno y se sentó un rato para tomar algo y descansar.
“Algunos pacientes, conscientes de la situación, preguntan en la vuelta de las seis horas qué tal ha ido el turno y valoran nuestro trabajo. Llego a casa con la espalda rota y cefalea intensa. Me siento mal”, describe.
Entonces, hace una reflexión sobre esa situación que no debería darse, ya que tendría que ser a la inversa: “Ellos no deberían preguntarnos cómo estamos porque se da por hecho que tendríamos que estar bien para poder cuidarlos como se merecen. Ellos están peor y yo no quisiera estar en su lugar”.
“Me quedo con su reconocimiento y con haber dado todo y más para cuidarlos como se merecen”, prosigue.
Además, tras contar que tuvo que tomar un “descafeinado con un cocktail de analgésicos y relajantes musculares” que le hicieron caer agotada, explica su situación laboral dentro del hospital.
“Tengo contrato ‘covid’ y estoy cubriendo bajas porque dicen que no hay enfermeras para cubrirlas. Cambio de servicio cada 15 días aproximadamente”, relata.
María concluye recordando que viene de una baja por ansiedad tras la segunda ola por este motivo: “Ahora estoy fuerte (y medicada). Veremos lo que aguanto. No tengo planilla de febrero. No me dejan tener vida más allá de la laboral. Pueden llamarme para ir al Zendal de un día para otro”.
“No sé de todo. No tengo tanta capacidad de adaptación. Tiene que pasar algo pero nunca pasa nada. Por favor, escuchad y dad visibilidad a este grito de auxilio en nombre de la enfermería española. No podemos más”, concluye en varios tuits.
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