Uno de los científicos españoles que lidera la vacuna del coronavirus desvela sus condiciones laborales

Uno de los científicos españoles que lidera la vacuna del coronavirus desvela sus condiciones laborales

"La sociedad debe saber la situación que hay en la ciencia".

Juan García ArriazaYOUTUBE

Juan García Arriaza es uno de los científicos del CSIC que está liderando el desarrollo de una vacuna española contra el coronavirus. Por eso, el aventurero Jesús Calleja le ha entrevistado y se ha mostrado muy sorprendido por las condiciones laborales del experto.

García Arriaza ha desvelado que su contrato no es, ni mucho menos, fijo y que está contratado sólo por proyectos, que es algo “que se estila mucho dentro de la ciencia”.

“Digamos que es muy complicado tener una situación estable, entonces uno va enlazando contratos de proyecto en proyecto”, ha admitido. En su caso, ha explicado, acabó la carrera hace 23 años, es doctor desde hace 17 y en todo este tiempo siempre ha ido enlazando becas o contratos de forma inestable.

“Es una situación que se da en todos los laboratorios a lo largo de nuestro país y que es bastante curiosa. Gente que va evolucionando en su carrera científica, va adquiriendo cada vez mayor conocimiento, más responsabilidades... pero desde el punto de vista laboral no consigue una estabilidad, no hay plazas suficientes para acoger a toda la demanda de científicos que estamos en una situación inestable”, ha lamentado.

De hecho, el científico ha asegurado que su contrato actual termina a final de año aunque “se están tratando ahora de solucionar las cosas”. “Parece que hemos tenido que verle las orejas al lobo para darnos cuenta de la importancia que tiene la ciencia, y la ciencia la hacen los científicos no otras personas”, ha subrayado.

“La sociedad debe saber la situación que hay en la ciencia, con una inestabilidad tremenda, personas con una trayectoria robusta en este trabajo tan bonito pero que no se ve refrendado con una situación estable”, ha reivindicado.

García Arriaza ha destacado que, en la mayor parte de los casos, los científicos lo tienen complicado cuando su proyecto se acaba, se termina la financiación y no hay reemplazo.