Visual Art: Cuando Eros ganó a Thánatos

Visual Art: Cuando Eros ganó a Thánatos

Ha nacido un nuevo festival de cine.

Relataba el poeta norteamericano Robert Frost, que lo único que había aprendido sobre la vida se podía resumir en dos palabras: “Sigue adelante”. Este espíritu, que entronca con la tradición más profunda de la mitología grecolatina, nos recuerda la extendida teoría de Sigmund Freud, aquella que sostenía que todo humano tiene en sí dos pulsiones: La de la vida (Eros) y la de la muerte (Thánatos).

El éxito de la primera es el que nos mantiene a salvo, de ahí que el amor, la creatividad, la regeneración y la fuerza creadora ganen la batalla a la quietud, el aburrimiento, el ostracismo y  la expiración. En este sentido, no es de extrañar que términos antagónicos como “erotismo” o “erótico” colisionen frontalmente con los de “tanatorio” o “tanatológico”. Etimológicamente hablando, es cuestión de vida o muerte.

Si cuento todo esto ahora es porque, en este contexto, se hace perentorio valorar a quienes tienen la gallardía y la determinación de seguir adelante. Aquellos que han puesto al mal tiempo buena cara y han decidido emerger a pesar de no ser el momento más propicio.

Así ha nacido un nuevo festival de cine, el Visual Art Festival Internacional de Cine de Lleida, que se ha creado con el ánimo de fomentar el acceso del público al cine como arte y como vehículo de comunicación. Creado por el reputado cineasta Santi Lapeira, es necesario ensalzar su gentileza al poner en marcha un ágora abierta para todo aquel que desee contar una historia.

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Este festival incipiente nace, sin embargo, con el ánimo de convertirse en un referente internacional, apostando por formatos y lenguajes diversos para enriquecer la cultura audiovisual. Así encontramos en su programación tres grandes ejes, representados en distintas secciones: Cinema del món, Cinefutur y Som Cinema (literalmente, Cine del mundo, Cine del futuro y Somos cine).

A pesar del contexto, la recepción de trabajos ha sido desbordante, estando compuesta su sección oficial por 35 largometrajes de ficción, 15 largometrajes documentales, 121 cortos de ficción y otros 8 documentales. Entre estos títulos se encuentran The Father de Florian Zelier, con Anthony Hoppkins y Olivia Colman; Lúa vermella de Lois Patiño o El diablo entre las piernas de Arturo Ripstein. En este festival se unirán nombres tan dispares como el del francés Gabriel Le Bomín, el del japonés Takeshi Kushida, o el de mi admirada Marjane Satrapi (directora iraní autora, entre otras cintas, de Persépolis, Bordados o Pollo con ciruelas).

Además de este incontable número de títulos provenientes de todo el mundo, desde Irán a México pasando por Irlanda, Francia o Vietnam, también se podrán ver For Sama de Waad al-Kateab y Edward Watts en la sesión inaugural o Herself de Phyllida Lloyd (La dama de hierro), en la clausura del festival.

Por si fuera poco, Visual Art es un Festival que está comprometido con los objetivos de la Agenda 20/30 de las Naciones Unidas, en una apuesta por la protección del planeta y los objetivos de desarrollo sostenible. 

Me siento muy afortunada de que este festival, que es una clara apuesta por la apertura cultural y mental en este extraño momento de cerrazón, me haya solicitado crear un corto documental sobre la mujer en el mundo del cine. Ha sido una apuesta tan personal y deseada, que solo puedo estar agradecida a la organización del festival y a su director, Santi Lapeira, por haber confiado en mí para hacerlo.

El mundo debería celebrar cada nuevo festival, cada nuevo corto, cada nuevo largo y cada nuevo paso.

El corto, titulado Ellas, es un breve relato sobre por qué es necesaria la inclusión de mayor número de mujeres en el audiovisual. Así, sin más; con todo lo que esto significa. Once profesionales del guion, la dirección, la producción o la composición musical que hablan ante una cámara de aquello que se puede cambiar en el universo del cine y la televisión. Inés París (La Valla, La noche que mi madre mató a mi padre), Paula Cons (La isla de las mentiras), Alicia Luna (Te doy mis ojos; La boda de Rosa), Silvia Marsó (Velvet, Solo química), Ana Álvarez (De púrpura y escarlata; Alas rotas); Chelo Loureiro (The neverending Wall, Decorado), Virginia Yagüe (Amar en tiempos revueltos; La Señora), Cristina Andreu (Brumal, Bernarda Alba en Palestina), Isabel Royán (La herencia; La Verónica; La sombra del cerezo), Azucena Rodríguez (Atlas de geografía humana; Entre rojas; Cuéntame cómo pasó), Sandra Forn (Endless Cinema; Tortell Poltrona, sense fronteres) nos relatan con seriedad, con humor, con frescura y con razón sus experiencias. Diez minutos de pura verdad.

El mundo debería celebrar cada nuevo festival, cada nuevo corto, cada nuevo largo y cada nuevo paso, porque todos ellos están encaminados a hacer un poco más llevadera esta anormalidad espaciosa en la que todos habitamos, eso sí, con distancia de seguridad. Larga vida al cine y a los que lo hacen. Larga vida al Visual Art.