'Vogue' recibe un aluvión de críticas por su portada con Kamala Harris

'Vogue' recibe un aluvión de críticas por su portada con Kamala Harris

Los lectores han acusado a la revista de mediocridad y falta de respeto hacia la vicepresidenta electa.

Kamala Harris es la protagonista del número de febrero de Vogue. Hasta ahí todo normal, ya que era un movimiento esperado por parte de la revista. Lo que no es tan habitual es la ingente cantidad de críticas que ha recibido la publicación, y no precisamente por parte de los republicanos.

El objeto de la disputa es la imagen elegida para la portada, en la que vicepresidenta electa aparece con un traje de chaqueta negro y Converse, uno de sus zapatos fetiche. Harris posa en un set diseñado con telas de los colores de su hermandad, el rosa y el verde. La portada se filtró en la tarde del domingo y algunos pensaron que era un fake por la calidad de la fotografía.

Los lectores de Vogue y varios periodistas estadounidenses han puesto el grito en el cielo por la iluminación, una crítica que ha sido recurrente hacia la revista en los últimos meses por no saber fotografiar a otras mujeres negras como Simone Biles o Paloma Elsesser.

La composición también ha levantado ampollas y muchos la consideran demasiado amateur para el nivel que se espera de Vogue, informal para una vicepresidenta y que no hace justicia a Harris.

Una de las voces más críticas ha sido la directora de moda de The Washington Post, Robin Givhan, que ha criticado a la publicación dirigida por Anna Wintour por no entender la importancia del momento: una mujer negra ocupará por primera vez el cargo.

La cosa no termina ahí. Horas después de que se filtrara la portada varios periodistas, entre ellos Yashar Ali, informaron de que la portada efectivamente era real pero que no era la imagen acordada por la revista y el equipo de Harris.

Vogue tuvo que salir al paso publicando a última hora de la noche en España la portada impresa y otra digital en la que Harris aparece con un traje azul empolvado en un plano medio, los brazos cruzados y una bandera de Estados Unidos en la solapa. Era esa la imagen que debía ocupar la portada que se llevará a los quioscos y se mandará a los suscriptores.

Ambas imágenes son del jovencísimo fotógrafo Tyler Mitchell, pero la segunda portada es visiblemente más formal y apropiada para el momento. Harris y su equipo no se han pronunciado sobre el asunto y la vicepresidenta electa no ha compartido la portada en sus redes sociales.

La única que ha compartido una imagen del reportaje, que no una de las portadas, ha sido su sobrina, Meena Harris, a la que ha bastado un críptico tuit para decir lo que piensa. “No me preguntéis por la portada, la semana ya ha sido lo suficientemente dura”.