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Vox hace palidecer a Trump con su racismo

La formación liderada por Santiago Abascal mira cada vez más a Estados Unidos, y los principales damnificados son los migrantes y personas racializadas.

El líder de Vox, Santiago Abascal, este miércoles en el Congreso, durante la presentación de la moción de censura contra Sánchez.E. Parra POOL / Europa Press via Getty Images

En una entrevista realizada hace menos de un año, la periodista Lucía Mbomío lamentaba que en el debate entre los candidatos a las elecciones generales del pasado noviembre se soltaron “barbaridades que no se contrastaron”. “¿Aquí da igual? ¿Se puede decir cualquier cosa? ¿Se pueden soltar tales barbaridades porque ‘tú miente, que algo queda’? Me sentí muy sola”, reconocía Mbomío.

La periodista se refería a las “barbaridades” racistas y xenófobas que pronunció entonces el líder de Vox, Santiago Abascal, ante las cuales el resto de candidatos permanecieron impasibles. 

Ha pasado un año de aquello y han cambiado muy pocas cosas. Este miércoles, Vox ha vuelto a enarbolar su bandera racista antimigrantes, pero esta vez en el Congreso, durante la moción de censura presentada por el partido de ultraderecha que cada vez se parece más al estadounidense Donald Trump. 

La expresión ‘virus chino’ ha calado profundamente entre las filas de Vox, cuyos representantes no han dudado en repetirla una y otra vez para referirse al coronavirus o Covid-19, la denominación que se utiliza desde hace meses para llamar al virus SARS-Cov-2. Desde principios de año, los organismos internacionales pidieron dejar de asociar una nacionalidad al virus para evitar el estigma y la xenofobia. Es más, por las calles ya nadie lo llama ‘virus chino’, si acaso ‘bicho’, pero en Vox están empeñados en seguir el camino marcado por Trump. Si él dice ‘virus chino’, ‘virus chino’ lo llamarán. Si Trump hace referencias negacionistas conspiranoicas contra Soros, el 5G o la OMS, ahí están los líderes de Vox para reproducirlo.

De nuevo, contra los menores no acompañados (y sin pruebas)

No obstante, lo más racista que ha salido de boca de los ultraderechistas no ha sido en referencia al coronavirus. Sin venir a colación, pero como suele ser su costumbre, Vox ha echado mano de los ‘menas’, que no son otra cosa que menores extranjeros no acompañados, es decir, niños que están solos en nuestro país.      

“Los poderosos nunca sufrirán los efectos nocivos de esas avalanchas, porque en sus urbanizaciones, con seguridad privada o con Policía, los ‘menas’, que España ha recibido más de 20.000 desde el año 2014, ni roban, agreden, ni violan”, ha dicho Santiago Abascal desde la tribuna. “La mafia del narcosocialismo no es la única aliada del Gobierno. La estrecha colaboración entre el Gobierno y la mafia de los traficantes de seres humanos ha provocado un efecto llamada cuyas consecuencias las sufren los españoles corrientes”, ha lanzado el líder de Vox.

Sin embargo, la presencia de menores no acompañados no va asociada a un aumento de la violencia. Como explica este artículo de El País, el número de menores extranjeros no acompañados pasó de 3.261 a 13.796 entre los años 2012 y 2018. Pues bien, en este mismo período de tiempo la cifra total de menores extranjeros (acompañados y no) que fueron detenidos e investigados se redujo un 32%.

¿Quiénes son los “inmigrantes ilegales”?

Tampoco existe una avalancha o efecto llamada. De hecho, como ha recordado el presidente Pedro Sánchez, la llegada de inmigrantes irregulares a España en 2020 ha sido la menor que se ha producido en los últimos tres años, debido en gran parte a la pandemia.

Pero Vox ha seguido a lo suyo. “Hay que blindar las fronteras, para que los inmigrantes no entren, y también hay que blindar los mares, para que los traficantes negreros no puedan traficar con la dignidad de las personas”, ha exigido Abascal. “Hay que expulsar de manera inmediata a los inmigrantes ilegales”, ha proseguido, reclamando “encerrarles hasta su expulsión” y “perseguir a las ONG” que ayudan a los inmigrantes en la frontera sur, a quienes acusa de “colaborar con las mafias del tráfico de personas”.

Un discurso que no dista demasiado del del mandatario estadounidense, Donald Trump, que en 2018 pronunció: “Llamo al Congreso a que cierre finalmente las fisuras mortales que han permitido a los criminales entrar a nuestro país.

Se calcula que en España hay aproximadamente 600.000 personas en situación irregular. ¿Y quiénes son esas personas? “No sé qué clase de monstruos se imagina la gente, pero los migrantes sin papeles son familias que están viviendo aquí pero no tienen la posibilidad de regularizar su situación”, respondía en una reciente entrevista con El HuffPost la escritora Margaryta Yakovenko, cuya familia, y ella misma, vivieron como inmigrantes irregulares en España. “Es lo que le suele pasar a casi todos los migrantes. Es muy difícil llegar aquí con un permiso de trabajo. Esos migrantes están trabajando. Y si no tienen papeles es porque hay gente que no quiere que los tenga”, comentaba Yakovenko, que tardó “20 años exactamente en conseguir la nacionalidad” española, previo pago para agilizar los trámites

¿Criminalidad “multicultural”? España es uno de los países más seguros

Ignacio Garriga, el diputado designado por Vox para presentar la moción, tampoco se ha quedado atrás en su discurso. “Calles y barrios antes seguros ahora son escenarios de robos, violaciones y agresiones de todo tipo. Una vez más, son los españoles corrientes los que sufragan con sus impuestos y a costa de su seguridad las facturas de las sociedades multiculturales”, ha afirmado desde el estrado.

La multiculturalidad, que por cierto se enriquece con personas como Garriga, de origen ecuatoguineano, no gusta tampoco a Abascal. “El Islam se convierte en un peligro para la civilización que lo acoge”, ha dicho este miércoles en el Congreso, al tiempo que ha acusado al Gobierno de querer “volar la Cruz del Valle [de los Caídos, símbolo franquista por excelencia] como los yihadistas hicieron con los budas de Bamiyán”. 

“Ustedes reivindican la Iglesia Católica, eso les honra, la fe es imprescindible y vamos a proteger todas las religiones, pero desprecian la figura y el mandato de su máximo representante, el Papa Francisco, ¿se ha dado cuenta usted de eso?”, ha replicado Sánchez.

Para Vox, igual que para Donald Trump, los migrantes sólo son sinónimo de agresiones y violaciones. Ni Garriga ni Abascal deben saber que España es el tercer país más seguro de Europa, según las últimas estadísticas de Eurostat, y que en la actualidad el índice de criminalidad es menor que hace 20 años, cuando la población extranjera era cinco veces inferior a la actual.

En esta ocasión, el ahora presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sí ha salido —medianamente— al paso de las declaraciones racistas de Vox. “Tengo que recordarle la última encíclica del papa Francisco, Fratelli Tutti”, ha dicho dirigiéndose a Abascal. Y a continuación ha leído, citando al Pontífice: “Nuestros esfuerzos en relación con la migración, ante las personas migrantes que llegan, deberían resumirse en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar”. “Unos verbos completamente distintos a los que usted ha hecho referencia cuando ha hablado de la migración”, ha señalado Sánchez al líder de Vox.

Este miércoles, la mayoría del Congreso también ha contestado a Vox. “Los discursos racistas, xenófobos y machistas que hemos escuchado de la extrema derecha y la derecha extrema son incompatibles con los valores propios de un sistema democrático y suponen un peligro para la convivencia”, han firmado un grupo de 10 formaciones políticas —PSOE, Unidas Podemos, ERC, Junts per Catalunya, PNV, EH Bildu, CUP, Más País, Compromís y BNG— mientras se debatía la moción de censura de Vox. PP y Ciudadanos no han firmado el documento.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es