El público podrá regresar a los estadios de fútbol y baloncesto

El público podrá regresar a los estadios de fútbol y baloncesto

Estas son las claves para la vuelta de los aficionados.

Aficionados de España, durante el partido de Eurocopa contra Eslovaquia.Anadolu Agency via Getty Images

El fútbol y el baloncesto en España volverán a la ‘normalidad’ a partir de este sábado. El Gobierno ha anunciado, a través de su ministra de Sanidad, Carolina Darias, que el público volverá a los estadios y pabellones 16 meses después.

“Volvemos a la normalidad en cuanto a la afluencia de público a nuestros estadios, para el comienzo de la Liga y de la ACB”, ha afirmado Darias, quien ha explicado que se suprimirá el artículo 15.2 de la Ley de Nueva Normalidad en el decreto que permitirá no usar mascarilla en exteriores.

El citado artículo delegaba en el Consejo Superior de Deportes, previa consulta al organizador de la competición, al Ministerio y a las comunidades, el establecer las medidas de prevención e higiene en la Liga de Fútbol y de la ACB, que iban del aforo a la desinfección, prevención o control para evitar las aglomeraciones.

¿Cómo será ese regreso del público? Estas son las claves para saber cómo volverán los espectadores a los estadios y pabellones.

¿Cuánto aforo habrá?

De momento se desconoce porque es una decisión que quedará en manos de cada comunidad autónoma.

En todo caso, el aforo deberá permitir que haya una distancia de seguridad de metro y medio entre espectadores.

¿Se podrá estar sin mascarilla?

Sí en los campos de fútbol y no en los pabellones de baloncesto.

La razón, los estadios de fútbol (la mayoría) están al aire libre, mientras que los recintos de baloncesto no.

La norma es clara: se podrá no usar la mascarilla al aire libre y siempre que haya distancia de seguridad.

En caso de que no se pueda mantener, habrá que llevar mascarilla, aunque sea al aire libre.

¿Cuándo comenzará a aplicarse?

A partir de la próxima temporada de ambas competiciones.

¿Qué implica para los clubes?

Un claro balón de oxígeno, ya que la ausencia de público en los estadios y pabellones, al margen de lo meramente deportivo, había supuesto una clara merma de ingresos al prescindir de la recaudación de la taquilla.