Selfies, aplausos y compras con regalo: así ha sido la apertura del Zara más grande del mundo

Selfies, aplausos y compras con regalo: así ha sido la apertura del Zara más grande del mundo

Inditex inaugura este viernes su tienda de 7.700 metros cuadrados en Madrid.

El viento frío cortaba a primera hora de la mañana en la esquina de Plaza de España con Gran Vía en Madrid, pero eso no ha impedido que un buen puñado de personas esperaran pacientemente a las puertas de Zara —el más grande de todo el mundo— para ser los primeros en entrar.

Cuando queda media hora para las diez de la mañana, decenas de curiosos comienzan a agolparse mientras se hacen selfies y algunos daban hasta saltos de emoción. “Ay qué guay”, brinca una muchacha junto a sus amigas. Otro grupo de jóvenes, vestidos para la ocasión, se sacan fotos para inmortalizar el momento. “Me muero”, dice una de ellas.

A las puertas del nuevo Zara, de 7.700 metros cuadrados, unos 3.800 de ellos de superficie comercial útil, han llegado turistas franceses y asiáticos, alguno con maleta incluida. A medida que se acerca la hora los curiosos se pegan más a la puerta, quieren ser los primeros. Por detrás de ellos pasa una pareja de jubilados que no da crédito a la estampa: “Vaya gilipollas es la gente”.

Llegan las diez y se abre la puerta: aplausos, selfies, más vídeos y una señora que corre hacia la caja de la planta baja. “La primera”, exclama ella a las dependientas. Ha comprado una colonia y ha grabado todo el proceso con su móvil.

La planta baja es la que más se parece al viejo Zara, aunque con altísimos techos y con una apuesta por la tecnología que está presente en toda la tienda. Nada más entrar, en las paredes hay varios códigos QR que permiten al cliente ser totalmente autónomo y buscar las prendas por la tienda, comprobar su talla, reservar probador —hay casi 50— y pagarlas.

  El sistema Pay&Go.JUAN MEDINA via REUTERS

Zara ha implantado en este establecimiento el sistema Pay&Go, que permite retirar la alarma y pagar la prenda o accesorio sin hablar con nadie, aunque si el cliente lo prefiere, puede preguntar a una de las 200 personas que trabajan en la megalítica tienda.

Precisamente esa integración de las tiendas físicas y la experiencia online era uno de los retos que esperaban a Marta Ortega, desde el 1 de abril nueva presidenta de Inditex. Otro es la reconversión verde del grupo y ese espíritu está presente en la macrotienda: se han utilizado materiales reciclados y, por ejemplo, la temperatura se va regulando de manera eficiente.

La tienda está plagada de árboles, arreglos florales y hasta tulipanes frescos en la planta de hombre que rompen con los materiales blancos o grises que son mayoría, a excepción de alguna madera. “Parece que se va a caer”, dice una joven del techo gris y rugoso.

  Un rincón de la tienda.JUAN MEDINA via REUTERS
  Un hombre mira el escaparate del Zara de Plaza de España.JUAN MEDINA via REUTERS

La primera planta es el centro neurálgico de la tienda, con un gran número de probadores y espacios dedicados a algunas de las líneas más novedosas de la marca. Por primera vez se venderá lencería fuera de la web y la colección de maquillaje también tiene un espacio destacado. Además de ver los productos de cerca, hay una maquilladora que los puede probar en cada persona y una pantalla para comprobar de manera virtual cómo sienta una sombra o un labial  en cada rostro.

Para la tienda que será su buque insignia, Zara ha diseñado espacios de showroom destinados a bolsos y calzado, donde se pueden probar zapatos, sandalias o deportivas cómodamente sentados. Los sillones son de estilo nórdico, similares a los que proliferan en los perfiles de diseño de interiores populares en Instagram.

Mezclar esa experiencia de boutique con la autonomía que permite la digitalización es el camino que seguirá Zara para sus nuevas aperturas, agilizando los procesos para los que prefieren comprar online. En la tienda de Plaza de España se han instalado puntos de recogida donde basta escanear el QR para recibir tu pedido a través de una máquina, sin contacto con nadie. Lo mismo para hacer devoluciones. Junto a estos puntos, la firma también ha colocado contenedores para reciclar prendas que ya no se usan.

  Un dependiente coloca unos accesorios en la zona de calzado y bolsos.JUAN MEDINA via REUTERS
  Una empleada coloca prendas.JUAN MEDINA via REUTERS

Los más madrugadores sacan fotos y analizan la tienda hasta la extenuación. “Verdaderamente una maravilla, jóvenes”, felicita un señor a parte del equipo. En otra zona del establecimiento una chica enseña a sus amigas la bolsa de tela que le han regalado con su compra, junto a muestras de maquillaje. “Uy pues voy a comprarme el chalequito para que me la den a mí”, responde una de ellas.

En las plantas de hombre y de niño la situación es más tranquila, aunque el equipo teme lo que pueda pasar este fin de semana. “Esta tarde va a ser tremenda”, murmura una de las dependientas.

A pesar de que finalmente no hay espacio para Zara Home como se planificó inicialmente, Inditex sí ha inaugurado la tienda de Stradivarius también en Plaza de España, al otro lado de la entrada del Hotel Riu. Con estas dos aperturas, el grupo ocupa el 65% de la superficie comercial del Edificio España y ejerce todo su poderío. En unos meses, los madrileños tienen otra cita con uno de los grandes competidores del grupo, Uniqlo, que abrirá otra macrotienda en Gran Vía. Por ahora, en la puerta de este nuevo Zara el trasiego de gente es y será constante.