La seguridad sigue siendo un problema para el Mundial de Brasil

La seguridad sigue siendo un problema para el Mundial de Brasil

Después de que Brasil lanzase una campaña de relaciones públicas para la promoción del país como un lugar seguro para los turistas, los organizadores de la exposición más grande de marketing en el mundo del fútbol, Soccerex, cancelaron el evento que tenía previsto celebrar en el estadio Maracaná.

Después de que Brasil lanzase una campaña de relaciones públicas para la promoción del país como un lugar seguro para los turistas, los organizadores de la exposición más grande de marketing en el mundo del fútbol, Soccerex, cancelaron la semana pasada el evento que tenía previsto celebrar en el Estadio Maracaná en Río de Janeiro.

La falta de garantías de seguridad y las cuestiones financieras asociadas con la privatización del estadio fueron algunos de los motivos señalados por la prensa y el empresario británico que organiza Soccerex.

Soccerex estaba programado para finales de noviembre y principios de diciembre, antes del sorteo para los partidos de la Copa Mundial. El sorteo no ocurrirá en Río de Janeiro sino en un balneario de moda en el estado de Bahia, el 5 de diciembre. El presidente de la FIFA, Sepp Blatter, viajará a Brasil para presidir la ceremonia.

Hoy, Maracaná, es un monumento a los días en que Río de Janeiro fue la capital de Brasil, un elefante blanco. El fútbol en Brasil se ha convertido en un juego hecho para la televisión.

Por qué la privatización de Maracaná provocó protestas

En mayo, después de que el Estado invirtiese 1,4 mil millones de reales (750 millones de dólares) en los últimos años para renovar el Maracaná, Sergio Cabral, el gobernador de Río de Janeiro, declaró que estaba considerando la posibilidad de la venta del estadio.

Frente a la inflación y el aumento en los costes de transporte público, cientos de miles de manifestantes salieron a las calles en todo el país alegando que el Gobierno estaba pasando al público los costes de infraestructura de la Copa del Mundo, incluyendo el Maracaná.

Brasil ha gastado hasta ahora 14.000 millones de reales (7.500 millones de dólares) en fondos estatales para desarrollar la infraestructura para la Copa del Mundo y el precio podría seguir aumentando.

A pesar de que las condiciones de la privatización de Maracaná suponía un fuerte desafío para el sistema judicial brasileño, la venta fue autorizada. La insatisfacción pública se convertirá en el foco de las manifestaciones, la violencia y el crimen en Río de Janeiro y otras ciudades en junio y julio. Las manifestaciones continúan en Río de Janeiro hoy incluyendo protestas frente a la casa del gobernador Cabral en el barrio rico de Leblon.

Según varias fuentes, el estado de Río de Janeiro recibirá solamente 182 millones de reales (como 85 millones de dólares), menos del 10% de lo que pagó para mejorar el estadio, en el pago de 5 millones de reales (como 2 millones dólares) por año durante 33 años.

Debido a que el acuerdo de Maracaná es impopular, recientes encuestas de opinión indican que la popularidad del gobernador Cabral se ha reducido al 12%, y hay rumores de que el líder político, una vez popular, podría dimitir antes del Año Nuevo.

El consorcio liderado por la empresa brasileña Odebrecht aceptó pagar los cerca de 600 millones de reales (como 250 millones de dólares) para completar la modernización del Maracaná para la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 y los Juegos Olímpicos Rio 2016.

Desde que Maracaná ya no es de propiedad pública, el ministro de Deportes del estado de Río de Janeiro no ofrece los fondos necesarios para garantizar la seguridad de Soccerex. El Gobierno del estado dijo que existe un programa gubernamental que proporciona recursos financieros para ayudar a las empresas privadas que buscan promover el deporte.

¿Quiénes son los ganadores en el juego de la privatización

Indudablemente, el gran ganador es Odebrecht. El gigante de la ingeniería y construcción ofrece apoyo financiero a los candidatos de los principales partidos políticos y tiene una fuerte influencia sobre la política económica de Brasil.

Odebrecht controla el 90% del sindicato de la privatización del estadio. El conglomerado estadounidense de entretenimiento AEG y el magnate brasileño Eike Batista controlan el 10% restante.

Desde su oficina central en Salvador, la empresa privada, propiedad de la familia Odebrecht, controla proyectos en todo Brasil y en Angola, Cuba, Ecuador, México, Perú y otros países. Odebrecht también tiene una relación directa con el Pentágono de Estados Unidos. La empresa ha recibido contratos asociados a la mejora de la infraestructura de Irak y el Congreso americano ha ajudicado un contrato de Odebrecht para desarrollar un proyecto de agua en la zona productora de azúcar del estado de Florida.

Las empresas españolas tienen el potencial de aumentar su inversión en Brasil, pero el primer ministro Mariano Rajoy ha señalado en repetidas ocasiones que la falta de leyes claras que regulen la participación extranjera siguen favoreciendo las grandes empresas brasileñas.

El Nuevo Riesgo

Ahora la policía en Rio de Janeiro está amenazando con brindar menos seguridad en la Copa del Mundo. La táctica es parte de una campaña para obtener salarios más altos, que la Administración del gobernador Cabral y el Gobierno de la ciudad de Río de Janeiro se niegan a pagar. Por esta razón, el Gobierno federal ha aumentado el papel de las fuerzas armadas en la prestación de la seguridad institucional asociada a la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos de Rio 2016.

La policía del estado de Río de Janeiro tiene un historial de uso de esta táctica para obtener aumentos salariales, en particular, la amenaza de ofrecer menos seguridad durante la temporada de carnaval.

Marcio Fortes, director de la entidad que se encarga de la seguridad y preparación para los Juegos Olímpicos Rio 2016 dimitió recientemente y fue reemplazado por un general del Ejército especializado en seguridad institucional.

Las fuerzas federales de pacificación ya han intervenido en varias favelas. Ahora bien, la presencia de las fuerzas federales en Río de Janeiro y otras ciudades que acogen partidos del Mundial aumentará.

Mientras tanto, el presidente de la FIFA, Sepp Blatter, ha dejado los detalles problemáticos de la Copa del Mundo de Río para su personal y está ocupado trabajando en su campaña para ganar un quinto mandato como presidente de la organización.

La semana pasada, Blatter se reunió con el presidente Rouhani en Teherán, donde anunció su apoyo a Irán como sede de los Juegos de Asia de la FIFA en 2019.

Theirry Weil, director de marketing de la FIFA, ha dicho a los medios de comunicación que los efectos colaterales de Soccerex y las acciones laborales policiales no serán una amenaza para la Copa del Mundo. Pero las protestas, que amenazan la seguridad del turista, continuarán también.

El mayor cártel de drogas de Brasil ya ha amenazado con hacer que el torneo de la FIFA una "copa del mundo de terror".