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Las claves de la semana: El milagro de los panes y los peces

EFE

Igual que Dios multiplicaba panes y peces para demostrar su condición divina, Pedro Sánchez multiplica afiliados y euros para probar su naturaleza de candidato de las bases. Ahí lo tienen: no hace un mes que anunció su candidatura a las primarias del PSOE y ya se han inscrito en su web 80.000 personas y ha recaudado en un día 24.000 euros con un crowdfunding para su campaña. De los 80.000 activistas de su página, el 90 por ciento (68.000) se declara militante socialista. No hay forma de comprobar el dato porque, en principio, el equipo de campaña del ex secretario general no tiene en su poder el censo. Pero, de ser verdad, Sánchez no tendría que prodigarse mucho más de lo que ya lo ha hecho para imponerse a sus rivales. En 2014, ganó las últimas primarias con 62.400 votos frente a 46.000 papeletas que acumuló Eduardo Madina y 19.000, José Antonio Pérez Tapias.

Respecto a los euros, en un sólo día Sánchez ha recaudado casi el total de los 30.000 euros que se había propuesto obtener para hacer frente al coste de sus actos públicos como precandidato y financiar el alquiler del que será su cuartel general, una oficina en el selecto barrio de Almagro, en el distrito de Chamberí, por la que pagará 2.000 euros al mes. Las aportaciones sumaron 24.000 euros en menos de 10 horas.

Nunca antes, a juicio de su equipo de campaña, se vio mayor entusiasmo ni mayor grado de coincidencia con una propuesta estratégica porque, igual que la gestora, el que fuera mandamás del PSOE hasta el pasado octubre también ha sometido al parecer ciudadano un proyecto político en el que, en las próximas semanas, trabajarán unas 600 personas. Más que una competición por la secretaría general, lo del PSOE parece una olimpiada por ver quien acumula más colaboradores, más páginas y más propuestas. ¡Será por falta de folios, nombres y ofertas!

El de Sánchez es un proyecto abierto, que incluye 10 áreas temáticas (Economía, Bienestar, Progreso, Educación, Ciencia, Nuevos derechos y Reforma constitucional, Regeneración, Nuevo PSOE, Europa y Diversidad) que coordinarán sus más estrechos colaboradores: José Felix Tezanos, Manuel Escudero, Cristina Narbona, José Luis Ábalos, Margarita Robles, Luisa Carcedo, Beatriz Corredor y Odón Elorza, entre otros. Una lista a la que se acaba de incorporar el sevillano Alfonso Gómez de Celis, el más furibundo de cuantos críticos ha tenido nunca Susana Díaz en Sevilla. Y eso que fue de su mano de la que la de Triana llegó a las Juventudes Socialistas. Nadie conoce mejor sus virtudes y sus defectos.

Alejado del entorno de Sánchez en los últimos meses, Celis concede una segunda oportunidad al ex secretario general, más que como responsable de estrategia y comunicación, como se ha dicho, como coordinador de la campaña en Andalucía, un territorio que piensa ya más en la segunda que en la primera jugada, que es la de la sucesión de Susana Díaz como presidenta de la Junta y como secretaria general del socialismo andaluz.

Así, con el reencuentro entre Sánchez y Celis y el exitoso crowdfunding acabó una semana en la que el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, fue nombrado vicepresidente de la Internacional Socialista y el secretario general de Murcia, Rafael González Tovar, no se vio en otra igual, después de que Ciudadanos rompiera su acuerdo con el PP de Murcia, tras la negativa del presidente regional a abandonar su sillón, pese a ser imputado en el caso Auditorio.

¿Impostura o divorcio? Pronto se verá, si bien la experiencia que acumula Rivera en decir una cosa y sostener lo contrario no invita a pensar que tenga intención de dejar caer un gobierno de derechas ni que vaya a sumar sus votos a PSOE y Podemos para arrebatar al PP el gobierno murciano, por más que los de Rajoy no oculten su ninguneo hacia los del partido naranja y le hayan dicho ya que frene su ímpetu regeneracionista y rebaje su pretensión de pasar a la historia como abanderado de una "segunda transición". Rivera se encuentra, pues, ante la dificultad de presentarse como un actor político influyente después de que el PP se haya descolgado del pacto que firmó con Ciudadanos para hacer presidente a Mariano Rajoy.

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Pero la semana, además de para el distanciamiento de Ciudadanos del Gobierno, ha dado también para que España entera viera en las portadas de todos los periódicos la imagen de un auténtico matrimonio de conveniencia, el de Soraya Sáenz de Santamaría con Oriol Junqueras.

La mano del Junqueras que con tanta naturalidad sostenía el hombro de la vicepresidenta, con Felipe VI de testigo, durante la inauguración del MWC de Barcelona demuestra la complicidad que ambos han trabado en los meses en que la número dos del Gobierno ejerce de ministra de la agenda catalana. Al PP le interesa dividir el bloque soberanista en Cataluña y a ERC, una convocatoria anticipada de las elecciones, ya que todas las encuestas le sitúan muy por delante de una CDC en liquidación por derribo, con cambio de siglas y con su cúpula dirigente sentada en el banquillo de los tribunales por el caso 3 por ciento, el Palau y las andanzas de los Pujol. No hay estelada ni victimismo que pueda tapar la corrupción estructural en el antaño nacionalismo moderado.

Y no hay cenáculo madrileño en el que no se hable del equilibrismo de ERC entre mantener su compromiso de celebrar el referéndum y su deseo de "sorpassar" a la extinta CDC en una convocatoria electoral sea ésta constituyente o autonómica. De ahí la última finta del Govern para retorcer el Reglamento del Parlament y colar "in voice" una proposición de ley impulsada por dos grupos parlamentarios que impida la inhabilitación, no ya de Puigdemont -que está en retirada- sino de Junqueras con la pretendida desconexión. El procedimiento, insólito en una Cámara legislativa, rompe con la vigencia del Estatut y la Constitución, pero blindaría al candidato Junqueras.

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Y con una CDC echada al monte y hasta las cejas de corrupción, no se olviden de que la solución a la agenda catalana vendrá de la mano de ERC o no vendrá... y si es con un gobierno de derechas, mejor que con uno de izquierdas. De momento, hay mucho más que sospechas de que Rajoy en ningún caso aplicará el 155 de la Constitución. Ahora sólo queda que los independentistas de ERC encuentren la forma de romper con la inercia de una sociedad civil que clama por el referéndum.

P.D. La vía apuntada por Pablo Iglesias para que la consulta se celebre en toda España está descartada porque Cataluña haría una lectura de parte del resultado. No la acepta el PP, pero tampoco el PSOE.