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Rubalcaba dice NO

Alfredo Pérez Rubalcaba, el pasado noviembre.El HuffPost

Eso que pudo ser y nunca fue. Con un pasado inevitable es difícil que sea o se recomponga. No hay ya más tiempo que el ahora, y el ayer pesa como una losa aunque sólo sea en la memoria. Hubo un tiempo en que Pedro Sánchez no quiso rastro pretérito del PSOE. Ni reciente ni remoto. Su viaje, desde el último Congreso Federal, lo quiso emprender en solitario, sin más compañía que la de quienes le ayudaron a ganar las primarias a Susana Díaz. Una nueva generación dispuesta a borrar todo lo anterior que decía de sí misma: nuestros serán los errores y nuestros los aciertos. Ni un tótem, ni un ex, ni una tutela...

Ahora todo es distinto. Ha pasado año y medio de aquello, el PSOE ha vuelto a La Moncloa, Sánchez busca desesperadamente candidato para el Ayuntamiento de Madrid y lo que entonces fue para él poco más que una generación de socialistas amortizados y resistentes al cambio puede ser ahora un activo para las elecciones del próximo mayo.

El ex secretario general del PSOE rechaza una oferta de Sánchez para encabezar la lista al Ayuntamiento de Madrid

Sólo así se explica que hace unas semanas el presidente ofreciera, aunque con escaso éxito, a Alfredo Pérez Rubalcaba el cartel electoral al Ayuntamiento capitalino, ya que es conocido el abismo personal y político que les separa. Y eso que quien antecediera a Sánchez en el liderazgo socialista salió de la primera línea hace tiempo y jamás tuvo intención de regresar a ella.

Desde que dimitió como consecuencia del resultado de las elecciones europeas en 2014 han sido muchas las diferencias con Sánchez. Pero fue en 2016, aquel otro 1-O, cuando el Comité Federal provocó la dimisión del secretario general y se abrió la mayor fractura que el PSOE ha vivido en democracia. Después vendrían las primarias más cainitas de cuantas se recuerdan en un partido y la posterior purga de todos los que apoyaron a la de Triana frente a Sánchez, incluidos los equipos técnicos y políticos que colaboraron con Rubalcaba durante su mandato como secretario general.

El presidente busca un nombre consolidado y de larga trayectoria

De aquellos polvos, la animadversión crónica de unos contra otros. Pero cuentan quienes están al tanto de la conversación reciente entre ambos para hablar del futuro inmediato y de la necesidad de encontrar nombres de peso para las elecciones de mayo que Rubalcaba agradeció la oferta de Sánchez. En su negativa nada han tenido que ver las pasadas guerras internas. Sin embargo, su expectativa vital hace tiempo que no está en la primera línea de la política, sino en sus clases como profesor de Química Orgánica en la Complutense y en su apretada agenda como conferenciante por las Universidades de toda España.

Pese a ello, su nombre circulaba por los mentideros del deprimido PSM como posible candidato para competir contra la actual alcaldesa, Manuela Carmena, desde que alguien esbozara su nombre en el último Comité Regional del PSM. La evidencia de que Madrid no es cualquier plaza, que conquistarla podría ser el prólogo de un buen resultado en las generales y el deseo de acabar con la crisis endémica que arrastran los socialistas madrileños desde hace más de dos décadas es lo que hizo que Sánchez pensara en Rubalcaba. No en vano el PSM marcó en las últimas municipales su peor resultado histórico con Antonio Miguel Carmona como cabeza de lista, después de sumar tan sólo el 15% de los votos y 9 concejales y dejar relegado al PSOE por primera vez en la historia a la tercera posición del tablero electoral.

Ahora, tras su negativa y a cinco meses de las elecciones, se hacen más evidentes las dificultades de Ferraz para encontrar candidato a Madrid. Nadie se atreve a medirse con Carmena ni a poner su rostro en el cartel de un partido convertido en máquina de perder elecciones y triturar candidatos. Y es que además de Rubalcaba, también ha mostrado su recelo a asumir la candidatura el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en quien Pedro Sánchez pensó mucho antes de que prosperara la moción de censura y le incorporara a la mesa del Consejo de Ministros.

A seis meses de las elecciones, el PSOE tiene dificultades para encontrar un candidato

La tarea no será fácil. De hecho, la dirección del PSOE ya hizo una excepción con Madrid y aplazó las primarias para elegir al candidato al Ayuntamiento, que estaban previstas inicialmente para el pasado noviembre. Madrid, decían en Ferraz, es una plaza estratégica y el proceso de selección se hará de forma singular sin atender a los plazos aprobados para el resto de capitales.

Los socialistas madrileños, que no gobiernan en la capital desde 1989, están a la espera de la "orden ministerial" y repasan cada día el BOE a ver si Sánchez les sorprende. ¿Cómo alguien de prestigio va a querer asumir una carrera como la que se presenta en Madrid?, se preguntan. Cada día que pasa será peor para competir en buenas condiciones, y eso que el PP tampoco ha desvelado aún el nombre de su candidato. El PSOE sigue buscando... Y, al final, se temen en la federación madrileña será "el primero que pase, como hizo Zapatero con Miguel Sebastián o con Trinidad Jiménez".

Y todo esto mientras el candidato a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, se desespera al ver que la ciudad de Madrid se ha convertido en el "desagüe del PSOE" y la dirección no le encuentra un compañero de baile con el que la izquierda pueda recuperar el Gobierno regional.

Continuará...