Cómo trabajar con alguien que siempre intenta superarte

Cómo trabajar con alguien que siempre intenta superarte

Suelo mostrarles mis respetos a los compañeros cuando destacan con un cliente o en una reunión de equipo proponiendo una idea mejor que la mía. Resulta convincente cuando alguien propone algo que no se te ha ocurrido y que es importante y está bien documentado.

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Sin embargo, ese respeto puede transformarse en rencor cuando esa persona corrige de malas maneras una de mis ideas o un trabajo reciente, y ese rencor puede intensificarse si da una opinión o habla de sus logros para "superarme". No es por el hecho de que su idea sea oportuna y útil, sino por el modo en que la presenta para acaparar los focos de toda la sala.

Aquí van cinco consejos para que esas personas que siempre intentan superar a los demás mantengan el respeto mutuo y dejen a todo el mundo hacer su trabajo.

Trata de comprender su comportamiento

Si comprendes la raíz del comportamiento de una persona excesivamente competitiva, se te dará mejor tratar con ella.

Según mi experiencia, un motivo por el que estas personas se comportan así es porque son inseguras o porque tienen una necesidad compulsiva de recibir atención y elogios. Lo sé porque yo mismo he pecado. Al empezar en un nuevo puesto de trabajo con el equipo de un cliente, en ocasiones me esforzaba algo más de la cuenta para destacar. Esto hacía que otros miembros del equipo se sintieran intimidados por mí, un contratista externo que parecía estar intentando robarles el trabajo dejándoles en evidencia.

Si alguna vez te has sentido desmoralizado por la aparente falta de consideración de una persona excesivamente competitiva, la situación puede explicarse parcialmente según la estrategia de "la mejor defensa es un buen ataque". Puede que sea alguien natural e insufriblemente competitivo que siente la necesidad de dominar cualquier trabajo o situación social. Esta clase de personas competitivas pueden autoproclamarse vigilantes de la oficina para empequeñecer a los demás, algo no muy distinto de un perito de una compañía de seguros que recuerdo que era tan paternalista que nadie podía soportarlo.

Aborda el problema con amabilidad

Durante un contrato, un cliente me solicitó de manera diplomática que no terminara tan rápido mis tareas porque incomodaba al resto del equipo, incluido mi supervisor. A veces, estas personas no buscan empequeñecer a las demás. En mi caso, las tareas trataban sobre un tema que conocía muy bien, de modo que me resultaba complicado reducir mi ritmo de trabajo. Pese a eso, agradecí que me sacaran el tema.

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Ya seas el compañero de trabajo o el supervisor de una persona excesivamente competitiva, reúnete a la hora del café (con esa excusa) y ten preparados un par de ejemplos de su comportamiento. En ese momento, en vez de decir: "¿Por qué siempre intentas superar a los demás?", di: "Me he dado cuenta de que te gusta mejorar las ideas de los demás con tus ideas. ¿Alguna vez te lo han dicho?". Comenta cómo hace que os sintáis tú y los demás con ese comportamiento y dale la oportunidad de explicarse.

Ten en cuenta sus sentimientos

No le hará ningún favor a nadie alimentar el rencor de una persona excesivamente competitiva llamándole la atención, sobre todo en público. Una vez vi a un supervisor tratando de destacar por encima de una empleada criticando su trabajo en una reunión. La empleada se quedó tan avergonzada que le llamó la atención a su supervisor y tuvo que intervenir otro supervisor para que la reunión volviera a su cauce.

Con este error corres el riesgo de herir a tu compañero de trabajo y puedes hacer que se lo piense dos veces antes de volver a compartir sus ideas. Para mantener una actitud conciliadora, un supervisor debe pensar en decirles en privado: "Tienes muy buenas ideas y queremos oírlas, pero quizás sean mejor recibidas si tienes en cuenta el orgullo de los demás por su trabajo cuando las compartas".

Propón un modo mejor de compartir las ideas

Algunas personas competitivas y ambiciosas solo se centran en sus objetivos sin tomar en consideración los daños colaterales que pueden surgir en su camino, ya sea por un ascenso, una búsqueda de respeto o o cargar con todo el peso del equipo o del negocio.

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Ayudarles a pensar cómo reaccionar quizás sea útil si se hace de un modo que no sea paternalista. Por ejemplo, una persona que busque resaltar por encima de las demás tal vez quiera decir algo como: "Joel ha pasado por alto este punto, así que sería mejor que consideráramos mi propuesta". Joel probablemente se sentirá humillado y quizás en el futuro decida guardarse las ideas.

Puedes sugerirle que empiece la conversación de un modo más diplomático: "Joel ha mencionado muchos aspectos importantes. Algunos no se me habían ocurrido. Sin olvidarnos de esas ideas, me gustaría proponer otro ángulo que deberíamos considerar".

Muestra tu agradecimiento cuando adopten una nueva forma de actuar

Date cuenta de la nueva energía que hay en la oficina cuando una persona deja de mostrarse excesivamente competitiva y piensa antes de hablar. Incluso esa persona coincidirá en que las conversaciones y las reuniones son más productivas y menos tensas. Se sentirá parte del equipo sin tener que destacar por encima de nadie. El equipo entero notará el cambio. Recuerdo que, en una ocasión, al reconducir la actitud de una persona excesivamente competitiva mejoramos la moral de todo el equipo simplemente por conseguir que reconociera el trabajo de los demás antes de ensalzarse personalmente.

No es necesario edulcorar las críticas constructivas. La oficina no es un grupo de terapia de apoyo, pero la forma en que retoques la idea de alguien y el motivo por el que lo hagas son igual de importantes en una oficina o en una carrera profesional donde priman los resultados.

Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Canadá y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.