El drama del WiFi en los hoteles

El drama del WiFi en los hoteles

Getty Images/Johner RF

Estás de vacaciones en la playa y ayer por la noche el wifi iba muuuuy lento... Si, no te preocupes que el hotelero lo sabe, y los que trabajamos en esto del turismo también lo sabemos.

Como parte de mi trabajo, a diario leo encuestas, analizo informes y redacto conclusiones en las que se pone de manifiesto la importancia, cada vez mayor, que el acceso gratuito a Internet tiene en la reserva de un determinado hotel. Me viene a la cabeza uno de Forrester, donde leía que el 60% de los encuestados respondía que el WiFi era importante, e incluso que un tercio no reservaría en el hotel si no hubiera WiFi. Estoy seguro de que esas cifras han aumentado mucho hoy.

También leo muchos comentarios en Twitter (ese bar global de barrio) de clientes de hoteles durante estos días de sol y playa, que reivindican y se quejan amargamente sobre las pésimas conexiones o falta de velocidad del WiFi en sus hoteles, y entonces me doy cuenta del desconocimiento que hay sobre este problema en concreto. Por eso me gustaría arrojar algo de luz a un tema que nos afecta a todos, clientes y hoteleros, para intentar llegar a una solución de consenso. Allá vamos.

1. Infraestructura necesaria. Todos queremos que el WiFi vaya como un tiro en todo el recinto del hotel, incluida nuestra habitación por supuesto. ¿Pero sabemos qué implica esto? Hagamos unas cuentas rápidas razonables. Imaginemos un hotel de playa con 300 habitaciones (un hotel de tamaño medio en las costas españolas), con el 90% de las habitaciones ocupadas, una ratio de ocupación por habitación de 2,5 personas (la pareja y algún hijo o hija de vez en cuando, por hacer números redondos), y una ratio de dispositivos por persona de ¿1,5 por ejemplo? (qué menos que un smartphone cada uno, y una tableta/portátil por pareja, porque el pequeño no tiene todavía. Ahora multipliquemos: 300 habitaciones X 0,9 de ocupación x 2,5 personas en cada habitación x 1,5 cacharritos conectados = 1012 cacharritos.

Es decir, que tenemos potencialmente más de mil dispositivos conectados a la red del hotel, con una concurrencia muy alta en determinados momentos del día (desayunos, por la noche...). Pero todos exigimos queremos ver el último capítulo de Juego de Tronos en streaming y en 4K desde la cama, mientras nuestro pequeño o pequeña se ve la última temporada de la Patrulla Canina en la tablet, y mientras nos llueven las notificaciones de la última foto que hemos compartido en Instagram en el otro móvil.

No os digo nada si encima el hotel tiene salas de reuniones y coincide con una boda o congreso... Suma y sigue, que a al técnico del hotel le están entrando sudores fríos ya.

2. Inversión necesaria. Teniendo en cuenta el uso intensivo que hacen estos más de mil dispositivos en momentos puntuales del día, ¿de verdad creemos que dar este servicio a mil usuarios cuesta 30€ al mes? Imagina meter a 300 amigos en casa y darles la clave de la wifi, ya verás como un sudor frío comienza a recorrerte la frente.

Otro problema añadido es la disponibilidad de conexión en el destino, algo muy frecuente en esos hotelazos de Canarias y Baleares (ya no te digo si te vas a las Perenthians), donde desgraciadamente no llega la fibra simétrica de 300Mb y donde, para más inri, más grandes son los hoteles y más uso se hace de la Wifi al estar todo el día en su recinto disfrutando del "Todo Incluido". Brutal.

3. Coste de referencia. Y este, amigos y amigas, es el principal problema de todo esto. Al ser el WiFi un servicio del que casi todo el mundo disfruta en su casa, tenemos ese coste de referencia en nuestra cabeza que hace que las comparaciones sean inevitables, lo que pagamos en casa por el mismo servicio, y que oscila entre 15 y 150€/mes según operador, tipo y velocidad de conexión. Esto también es muy típico cuando cobran un gin tonic a 15€ en el chiringuito Beach Club de moda y alguien exclama endiablado "¡pero qué atraco!, ¡si la botella entera vale 12€ en el Mercadona!". Exacto, pero en tu casa no imputas el alquiler, salarios de quien te lo sirve en la mesa, la luz, el agua, los vasos, los hielos, la rodajita de limón y todo lo necesario para que disfrutes de ese maravilloso gazpacho GinTonic...

4º. En todos los hoteles es de pago. ¡Sorpresa! efectivamente, en todos los hoteles es de pago, y lo ha sido desde el principio de los tiempos. Otra cosa es que los hoteles sumen al resto de costes de una habitación, como la luz o el agua, o te lo cobren por separado, que es lo que más nos molesta. Es decir, que tenemos dos opciones como hoteleros: o lo imputamos como coste fijo y lo ofrecemos de forma "gratuita", lo que supone incrementar el coste de la habitación haciéndoselo pagar a todo el mundo independientemente de si lo usa o no, y esto resulta muy insolidario; o bien lo metemos como variable y que lo pague únicamente quien lo use, que en principio sería más justo, ¿no?.

En esas estamos.