La agenda de Falsarius: adiós a la playa... oh no, espera, yo vivo aquí

La agenda de Falsarius: adiós a la playa... oh no, espera, yo vivo aquí

Los veraneantes empiezan a marcharse. Los finales de agosto son siempre un poco melancólicos y desasosegante. Y no puede uno evitar hacerse preguntas. Por ejemplo ¿qué nueva parida en fascículos coleccionaremos en septiembre?

LUNES: Ceno en un restaurante llamémosle "moderno". Tras la ingesta, sale el chef a saludarnos. Al menos eso creía yo. En realidad venía a hablarnos de su Arte. Más bien a darnos una conferencia de tres cuartos de hora sobre conceptualidad gastronómica, mezclada con algo de filosofía New Age y una gotas de física cuántica. Por un momento he pensado que era una broma de cámara oculta. Pomposo y estupefactante. Una lástima porque la comida estaba rica, pero al final casi poto.

MARTES: El caso del "ecce-homo" (suena a serie negra total) revoluciona Internet y los medios de comunicación tradicionales. La restauración de la anciana es un disparate pero tiene el encanto de los grandes desastres. La pintura original era también espantosa y no tenía ningún encanto. Es más, nadie le hacía ni puñetero caso y se estaba cayendo a pedazos. Pero eso es lo de menos. A mí lo que me llama la atención es que la iglesia de Borja en la que se encuentra, se está convirtiendo en un centro de peregrinación. Y no puedo evitar pensar que eso no es nada, que verás cuando empiece a hacer milagros. Por si acaso, y para irlo poniendo a prueba, le he pedido al cuadro que me quite de la cintura el michelín derecho. Y he dicho sólo el derecho por comenzar con algo sencillo, que es nuevo y aún no estará muy puesto en milagrerías. Seguiremos informando.

MIÉRCOLES: Cada día más enamorado de los vinos de Cádiz. Unas gambitas blancas y una manzanilla La Guita fresquita, tomadas en un barco chulo frente a una playa de arena blanca, se acercan peligrosamente a mi concepto de felicidad. El hecho de saber que lo vas a poder contar y dar envidia, también ayuda.

JUEVES: Descubro alborozado el optimismo capilar gracias a las sabias palabras de un amigo: "No se me está cayendo el pelo, es una retirada estratégica".

VIERNES: Los veraneantes empiezan a marcharse. Se nota en el tráfico y en la playa. Los finales de agosto son siempre un poco melancólicos y desasosegante. También para los que nos quedamos. Y no puede uno evitar hacerse preguntas. Por ejemplo ¿qué nueva parida en fascículos coleccionaremos en septiembre?

SÁBADO: .../... (es que salí el viernes)

DOMINGO: Rescatando una receta perfecta para tomársela viendo el partidito de fútbol: las patatas al emmental (querido Watson). Dado el alto componente literario de su nombre, también servirían para acompañar actividades más intelectuales. Aunque en ese caso debéis tener cuidado al comerlas, porque lleva bacon y la grasilla en los dedos puede afectar a las delicadas cuerdas de vuestro Stradivarius.

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