La agenda de Falsarius: 'Operación Tipazo'

La agenda de Falsarius: 'Operación Tipazo'

¿Te imaginas que con la cocina impostora también se adelgazara? Comienzo una serie de recetas tan suculentas como hipocalóricas para combinar con goce y fruición el seguir comiendo como seres humanos (esto es, no siguiendo una dieta de lechuga y hierbajos, cosa más de cabras) y mantener el tipín. La primera receta son unas brochetas de merluza.

LUNES: No puedo evitar oír hablar a los políticos de corrupción y sentir que me están tomando por tonto. Es como tener sentada al lado en el bar a una merluza pestilente, a la que se le cae el ojo y le rondan las moscas, intentando convencerte de lo fresca que es. Y que el que está de verdad putrefacto es el boquerón de la mesa de al lado. Los políticos frescos están dándonos muy mal resultado. Igual había que probar con los de lata.

MARTES: En la vida debía pasar como en los concursos de televisión. Cuando fueras a hacer algo incorrecto debería sonar una sirena ¡MAAAK! Eso nos daría capacidad de rectificar y nos ahorraría muchos problemas. Si cuando decido pedir en el sitio al que había ido a cenar una hamburguesa con jalapeños hubiera sonado (¡MAAAK!) una sirena bien gorda y estridente, cuántos problemas me estaría ahorrando esta noche. Francamente, a estas alturas no sé si la hamburguesa me ha sentado mal o si directamente me ha dejado embarazado. Ay.

MIÉRCOLES: Armstrong, el ciclista impostor, ha demostrado si no ser el mejor en la bicicleta, sí el mejor engañando. Se ha pasado todos los controles antidoping por la entrepierna (metáfora muy adecuada tratándose de un ciclista) y no durante un Tour si no durante siete seguidos. Y no deja de ser pintoresco que a Contador le descubrieran una partícula infinitesimal de no sé que guarradilla y a éste, que iba con una jeringuilla en cada cartuchera, no le notaran nada raro en siete años. Por lo visto un despiste lo tiene cualquiera, sobre todo si hay un negocio tan suculento detrás. En cualquier caso, no será muy edificante, pero yo creo que tiene su mérito, como lo tiene siempre ser el mejor en algo, aunque sea en el engaño. Luego le ves reconociendo su culpabilidad en la entrevista que le hace Oprah y sabes perfectamente que te está volviendo a engañar. Y que va a volver a sacar una pasta. Frente a tanto corrupto torpe de medio pelo a los que estamos tristemente acostumbrados, impresiona ver trabajar a un profesional. Aunque sea un hijoputilla.

JUEVES: Recientes descubrimientos demuestran que antes de conocer el uso del fuego el hombre primitivo sólo comía sandwiches y ensaladas. Con los productos del mar tampoco tenía mucha suerte. Tardó miles de años en descubrir que de las gambas se comía la cola y se rechupeteaba la cabeza y no al revés.

VIERNES: Optimismo gastronómico: vale que entre todos están dejando el país hecho un asco, pero seguro que estos despojos los coge una abuela y te hace un caldo y unas croquetas.

SÁBADO Y DOMINGO: ¿Te imaginas que con la cocina impostora también se adelgazara? Comienzo en el blog la Operación Tipazo, una serie de recetas tan suculentas como hipocalóricas para combinar con goce y fruición el seguir comiendo como seres humanos (esto es, no siguiendo una dieta de lechuga y hierbajos, cosa más de cabras, adaptadas ellas de por sí a comer arbustos y matas correosas, que de personas) y mantener el tipín. La primera receta son unas brochetas de merluza que parece que están gustando. Pero debo avisar, si te comes cincuenta, también engordan.