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Carta a México

La guerra contra el narcotráfico en México sale de mi ámbito de competencia porque yo no cuento con el monopolio del uso de la fuerza. Sin embargo, el privilegiar a ciertos cárteles y descabezar a otros es el acto más inmoral de este Gobierno.

Desgraciadamente, es muy probable que no gane el candidato que tú querías. Ni por el que votaste y te tengo noticias: ¡Tampoco te vas a ir a vivir fuera de México! Lo vas a tener que ver a diario en los medios de comunicación, en anuncios espectaculares, en acciones que intenten legitimar su triunfo, su presidencia y su razón de estar en la residencia oficial de Los Pinos.

Todos hemos hecho escarnio del rival, del opositor, al futuro presidente o presidenta le hemos dicho Chepina [Josefina Vázquez Mota], Peje [Andrés Manuel López Obrador], Pene inquieto [Enrique Peña Nieto], Güirigüiri [Gabriel Quadri], "gracias por participar" a manera de sarcasmo o despedida anticipada (y mira que han reaccionado con velocidad sus equipos de campaña para contrarrestar los efectos letales de la guerra sucia), a los partidos los hemos llamado el PRIAN [PRI y PAN], ELBANAL [Nueva Alianza], el PERDERÉ [PRD]... le hemos deseado pena de muerte al VERDE y lo hemos abucheado hasta el cansancio en el cine.

Ya dijeron en Twitter que ese ha sido uno de los eventos más gratificantes de las campañas. A todos los hemos tachado de corruptos, vende-patrias, oscurantistas, mesiánicos, dinosaurios, títeres, marionetas. Está claro que la mayoría creemos que de los más de 100 millones de mexicanos que somos, estos tres candidatos y la candidata no son los mejores. Y aunque no representan a todos los que somos ni a todos los que estamos, uno de ellos amanecerá el 2 de julio como presidente electo y tomará posesión como presidente el primero de diciembre. Espero que en mejores condiciones que las que obligaron a Felipe Calderón a entrar a San Lázaro por la puerta de la cocina y ceñirse la banda a empujones, todavía me acuerdo de la vergonzosa foto que circuló por el mundo.

Si bien el voto es secreto, yo voté por él, y aunque no me arrepiento pues mi voto fue razonado, ahora lo lamento. Le dí una oportunidad a la posibilidad de una alternancia que se instauró con Vicente Fox y que reclamaba un proyecto allende de los seis años. Ese que anhelábamos en los años del PRI y del que recuerdo la cantaleta: "Todo se tira por la borda a los seis años" o "llega el nuevo presidente y empieza de cero". Como si los más de 70 años en el poder no hubieran sido la perfecta excusa para un proyecto transexenal que pusiera miras en el futuro y no en el corto plazo mezquino de lo inmediato (y por inmediato me refiero a los intereses personales). Esos intereses que tienen a nuestro país y al futuro tomados como rehenes. El aprendizaje fue duro y no pienso cometer el mismo error.

Nunca volveré a votar por un Gobierno que no excluya de las decisiones fundamentales a la Iglesia, al clero y a lo que para ellos es la decencia y la moral. La guerra contra el narco (estrategia fallida, costosa y dolorosa) sale de mi ámbito de competencia porque yo -a diferencia del Estado- no cuento con el monopolio del uso de la fuerza. El haber entregado ese derecho al Gobierno en el pacto social, con el que a cambio me protege y provee de garantías, asumí el riesgo de que las decisiones en ese ámbito las tome a quien elegí para gobernarme.

Sin embargo el privilegiar a ciertos cárteles y descabezar a otros es el acto más inmoral de este Gobierno. Perseguir por consigna y dar inmunidad a los eternos y a los nuevos inmunes es el gran pecado (porque ellos creen en el pecado) de la administración Panista/Calderonista.

Rendición de cuentas, separación de la Iglesia y del Estado ("al César lo que es del César y adiós..." bye bye a la Iglesia intentando influir en las decisiones del Gobierno) educar, dar los instrumentos a la población para realizarse como seres humanos y disminuir la brecha entre los que tenemos y los que no tienen, son algunos de los conceptos básicos que buscaré en los candidatos a quienes apoye con mi voto.

Convivir en un nuevo orden mexicano, construir a partir de la posibilidad de unirnos como nación. Desterremos los privilegios y los monopolios. Señor Carlos Slim participe en la construcción de un México mejor. ¿No le parece extraño tener tantos millones en sus cuentas y que existan tantos pobres en el país? ¿No cree que algo está mal?

Señor Emilio Azcárraga y los otros tres fantásticos (séanlo realmente) y contribuyan al crecimiento del país. Los dueños de los medios, de los periódicos y cadenas de televisión: democraticen la información, eduquemos a México con mejores contenidos, utilicen su famoso veto para vetar a los personajes nocivos para el país, aquellos que se nieguen a colaborar. Ustedes saben quienes son. A los empresarios, jalemos todos parejo.

Funcionarios del deporte democratícenlo para que los atletas tengan mejor rendimiento. Futuro presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes apoya todas las manifestaciones artísticas. El arte es el camino más corto a la felicidad.

Petróleos de México, privatiza algunas de las áreas de tu estructura y operación, ordena y transparenta tus finanzas y salpica -de la poca riqueza que te queda- a tu pueblo. Que te dejen de ordeñar unos pocos.

Sindicatos, representen a sus agremiados, no a sus líderes.

Jueces, dejen de ser presuntos injustos. Instituto Federal Electoral sé más eficiente, menos retórico y menos oneroso. Tus boletas para votar son confusas y el costo de cada voto mexicano es obsceno.

Procuraduría General de la República procura seguridad. Compongamos el tejido social y necesitaremos menos policías.

Elba Esther suéeeeeeeeeltanos! Vas a dormir mejor.

Diputadas y diputados, senadoras, senadores, asambleístas y congresistas locales dejen de cobijarse con la nación. Aprobemos la reforma política. Desterremos el obsoleto fuero. Refundemos la patria. Una nueva bandera, un nuevo himno que no llame a la guerra, un nuevo escudo nacional en el que el águila y la serpiente vuelvan a ser una serpiente emplumada, una unidad.

Enterremos el ídolo de barro y construyamos sobre esos cimientos la nación que le vamos a dejar a las futuras generaciones. Basta de encono, basta de odio y polarización. Luchemos juntos todos por México o esto no tendrá marcha atrás. Mi voto y confianza a transitar por la izquierda y a apostar por la reconciliación de nuestro país.