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Gonnord en la Aizpuru

La exposición es, no podía ser de otro modo con Pierre, magnífica. Fotografías de gran formato emocionantes y preciosas, imágenes subyugantes y de una increíble profundidad sicológica.

 

Disclaimer: Este post no es objetivo. No puedo serlo. De hecho seguramente será muy visceral porque Pierre (Gonnord) es amigo y alguien a quien admiro mucho. Además de ser, para mí, uno de los mejores fotógrafos internacionales, es un tío encantador con el que siempre me quedan ganas de seguir hablando cuando coincidimos en cualquier rincón del planeta. Ahora tenemos la suerte en Madrid de ver lo último suyo, retratos de sus tres últimos proyectos en sendos territorios (de ahí el nombre de la exposición Territories), en referencia a Venecia, Portugal y Alabama, en la sala de Juana de Aizpuru (Barquillo 44, Madrid) en el marco de PhotoEspaña 2012. En concreto 13 retratos y dos paisajes.

 

De Venecia llegan los retratos de la exposición que en esta ciudad italiana comisarió la mismísima Sra. Foster y que se expusieron durante la Bienale 2011 en la basílica San Giorgio Maggiore, la preciosísima iglesia de Palladio que cualquiera que haya ido no ha podido dejar de admirar: la que hay justo enfrente de San Marcos. Fue fascinante ver junto a los Tintorettos las fotos de Pierre. De Portugal nos llegan también las fotografías que hace apenas seis meses se expusieron en la Fundación Banco Espirito Santo. Y de Alabama Pierre nos trae unos "retratos" peculiares: su propia fuerza narrativa aplicada a entornos naturales, marismas y pantanos del sur de EE UU, paisajes que reconocemos de grandes películas donde todo es misterio, brumas... y que vuelven a demostrarnos su increíble talento no solo "contando" caras sino también naturalezas. Algo que pudimos disfrutar por primera vez en su anterior exposición en Madrid, Terre de personne (2009) donde Pierre nos desveló sus primeros paisajes, espectaculares, acompañando singularmente sus ya habituales protagonistas que en aquella ocasión eran mineros, pescadores y gente rural. En la nueva serie de paisajes americanos, como relata el propio artista "sujetos a sueños y pesadillas, contemplación de su belleza y temor de sus peligros. Territorios jamás conquistados o dominados, barreras naturales pobladas de una fauna hostil, frontera carcelaria para cercar a la población esclavizada de las grandes plantaciones, de donde no se vuelve ni se puede uno escapar".

 

La exposición es, no podía ser de otro modo con Pierre, magnífica. Fotografías de gran formato emocionantes y preciosas, imágenes subyugantes y de una increíble profundidad sicológica. Es alucinante cómo se pueden decir tantas cosas con menos recursos, una historia contada en unos ojos, en los surcos de una cara que podría leerse como si fueran capas freáticas, un pasado contado en una mirada. Pierre captura como pocos artistas consiguen hoy día el espíritu de una adolescente incrédula, la sensación de fin de una vieja portuguesa, el morbo de un adolescente que mira fiero y desafiante. Cada foto es un pequeño cuento, a veces tenebroso, a ratos aterrador como la serie de marismas americanas o los personajes negros de la misma zona como esa inmensa Mrs. Douglas, compañera de lucha por los derechos civiles del mismísimo Luther King.

Lo dicho: una expo superapetecible que está hasta finales de julio en el centro de Madrid, al paso de cualquier sitio donde vayas si estás o te acercas a la capital, y que no te puedes perder.