Escándalo Volkswagen: el 'coche del pueblo' contra la salud del pueblo

Escándalo Volkswagen: el 'coche del pueblo' contra la salud del pueblo

Han estado mintiéndonos durante años. Mientras los fabricantes de coches anunciaban la sostenibilidad y eficiencia de sus vehículos, han violado de forma sistemática las normas que limitan las emisiones contaminantes. Han decidido que sus beneficios valían más que la ley, nuestra salud y el clima.

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Han estado mintiéndonos durante años. Mientras los fabricantes de coches anunciaban la sostenibilidad y eficiencia de sus vehículos, han violado de forma sistemática las normas que limitan las emisiones contaminantes. Han decidido que sus beneficios valían más que la ley, nuestra salud y el clima.

Es por esto que un grupo de eurodiputados, entre los que nos encontramos, hemos dicho basta al engaño. Nos hemos unido para exigir a la Comisión Europea que abra una investigación independiente y transparente sobre el escándalo del dieselgate.

Porque digámoslo con rotundidad: ya no estamos solo ante un problema aislado de Volkswagen. No, existe un abuso generalizado por parte de los fabricantes automovilísticos (como Mercedes, BMW, Peugeot, etc), y no solo sobre las emisiones de dióxido de nitrógeno, sino también sobre las de CO2. Como ha mostrado recientemente la ONG Transporte y Medio Ambiente, el escándalo de Volskwagen es solo la punta del iceberg. Dicho de otra manera, nos enfrentamos a un error del sistema.

Este fallo sistémico pone en peligro de forma directa la salud pública: más de 400.000 personas podrían morir de forma prematura en Europa debido a la exposición a un aire envenenado. De hecho, el diesel emite altos niveles de partículas finas y dióxido de nitrógeno, que pueden causar daños permanentes en los pulmones, el hígado, los riñones y el sistema nervioso. Y además de nuestros pulmones, también sufren nuestros bolsillos: el coste de este ataque a la salud pública supera los 1.500 euros por ciudadano europeo al año...

Ante la inacción, pasividad o connivencia de los comisarios europeos para resolver este problema, necesitamos mandar un mensaje firme y claro: es hora de limitar el enorme poder de influencia de los fabricantes de automóviles sobre las instituciones europeas. Es hora de priorizar la salud y el clima -es decir, el bien común- a los intereses privados de algunas grandes corporaciones.

Y para ello, necesitamos primero transparencia. Necesitamos que se haga la luz y de forma independiente sobre la magnitud del caso dieselgate. La ciudadanía debe saber para poder luego decidir.

Hoy la Comisión Europea deberá pronunciarse en Estrasburgo sobre las medidas que debe adoptar en este asunto. Es por tanto el momento de exigir una actuación firme que proteja la salud y el aire que respiramos la ciudadanía europea. A unas semanas de la cumbre internacional sobre el clima de París (la COP21), la Unión Europea debe actuar con contundencia en beneficio del bien común.

Si tú también lo crees al igual que las otras 100.000 personas que ya la han firmado, puedes apoyar nuestra petición pinchando aquí. Está también disponible en francés pinchando aquí.