Deuda y subida de tipos: ¿Qué preocupa a la economía?

Deuda y subida de tipos: ¿Qué preocupa a la economía?

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Los excesivos niveles de deuda y la expansión económica que vive la economía a nivel global está provocando la actuación de las autoridades monetarias en materia de estímulos monetarios. La transición hacia la normalización y retirada de estímulos es cada vez más inminente.

El problema de que se ahonde tanto en el agujero de deuda global y la subida de tipos debe su explicación a los grandes riesgos que pueden llegar a materializarse si se produce un escenario donde los tipos de interés suban, simultáneamente, con el crecimiento de la deuda. No debemos obviar que estamos ante un contexto de gran endeudamiento y esta subida podría producir grandes shocks económicos, pues incrementaría el coste de financiación.

Esto también tiene su lado bueno, pues ante una retirada de estímulos que provocaban, como ha ocurrido hasta ahora, un incentivo al endeudamiento global, los países pueden revertir sus estrategias y enfocarlas a crecer sin la necesidad de un continuo aumento de deuda. Pues no debemos obviar que la deuda ya supera cerca del 300% del PIB mundial en un contexto de dudas e incertidumbres que sacuden, día a día, los mercados.

Como digo, ya no es la retirada de estímulos o la deuda en si misma, si no que estamos hablando de que la gran parte de emisión de nueva deuda de los últimos años se ha concentrado en países con un bajo rating crediticio, lo que podría desencadenar en un incumplimiento por parte de estos países con sus obligaciones y el gasto nacional. Un hecho que podría poner en serios riesgos a economías como las emergentes, donde además sufren un bloqueo financiero.

El agujero de deuda no deja de incrementarse. Y no solo la deuda pública, también lo hace la privada ante la impasible actuación del BCE.

Bajo mi criterio, el tema de la deuda, es un tema que se debe tratar a fondo si se quieren corregir los grandes riesgos a los que se enfrenta la economía global. Como digo, el agujero de deuda no deja de incrementarse. Y no solo la deuda pública, también lo hace la privada ante la impasible actuación del Banco Central Europeo. Por ello, el Fondo Monetario Internacional exige nuevos reajustes que normalicen o, al menos, corrijan los excesivos niveles de deuda.

Otro dato a tener en cuenta, es la gran deuda que poseen las primeras economías del mundo, China y Estados Unidos. Pues, pese a ser las economías que están experimentando los mayores crecimientos en materia de PIB, su expansión económica no está ayudando a corregir los altos niveles de endeudamiento, lo que podría poner en serias dificultades, a ambos países, a corregir esa deuda en un escenario de tipos superiores al 3%, debido a los incrementos graduales de la Reserva Federal.

Creo que esto es importante considerarlo, pues últimamente vemos a muchos economistas y analistas que, a diferencia de lo coherente y ético para una economía, creen que el endeudamiento, y su continuo crecimiento, no representa un problema real para la economía y van completamente desencaminados. Como comento, no debemos olvidar que estamos rondando unos niveles de deuda que alcanzan máximos históricos, lo que de seguir incrementándola, podría generar problemas de refinanciación para determinados países, en caso de precisarla.

Como he comentado en otras ocasiones, este excesivo endeudamiento surge como causa de una actuación por parte de los Bancos Centrales con la finalidad de incentivar el endeudamiento, tanto público como privado. Aunque, con la nueva retirada de estímulos, estamos ante un cambio significativo en el régimen monetario, donde las condiciones de financiación se volverán más tensas, pues con la nueva subida de tipos, esta puede comprometer la capacidad de pago, así como las decisiones de gasto de los países.

Desde mi criterio, opino que ya hemos visto los suficientes excesos económicos que debíamos ver. Las decisiones por parte del Banco Central Europeo, así como las de la Reserva Federal, han tenido el impacto, en materia de crecimiento económico, que se esperaba, y ya es hora de comenzar con esa normalización financiera y esa retirada de estímulos que garantice un sólido crecimiento de las economías en base a su modelo productivo y no a causa de incrementar el gasto con nuevas emisiones de deuda.

Una desaceleración económica, la cual podría derivar en esa temida recesión que auguran los analistas...

Si comparamos con 2008, creo que no debemos preocuparnos. Pues como he dicho en otras ocasiones, el principal problema que ocasionó la crisis de 2008 venía a causa de una mala actuación bancaria y de la situación que atravesaron estas entidades cuando se dio la crisis. Esto, a día de hoy, está mucho más saneado, por lo que no debemos preocuparnos tanto por ello. Como digo, estamos ante una diferencia clara como es que en 2008, el foco de riesgo provenía del sector privado, especialmente sector bancario, mientras que ahora, el foco de riesgo está puesto en los niveles de deuda pública, así como las economías emergentes.

Por lo tanto, si hablamos de los dos grandes riesgos a los que nos enfrentamos actualmente y sobre los que se enfoca la economía es la situación que atraviesan China y Estados Unidos. No debemos olvidarnos de que todavía experimentamos el auge de las tendencias proteccionistas, las cuales amenazan el crecimiento económico global; así como los excesivos niveles de deuda que, como hemos comentado, deben experimentar nuevos reajustes que tengan como principal objetivo reducir el excesivo apalancamiento.

En conclusión, estamos ante la necesidad de una normalización, como he comentado, en los niveles de apalancamiento de estos países, pues estos niveles de deuda podrían provocar una subida de tipos más acelerada y que podría tener un impacto en el consumo. Estamos viviendo una expansión económica generalizada y este excesivo apalancamiento, sumado a esta subida de tipos podría tener un impacto en el consumo, modificando contrastablemente las decisiones de gasto e incurriendo en una desaceleración económica, la cual podría derivar en esa temida recesión que auguran los analistas.

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