El desarrollo sostenible parte de un desarrollo inclusivo para los países

El desarrollo sostenible parte de un desarrollo inclusivo para los países

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Como bien indica el Fondo Monetario Internacional, abogar por un desarrollo sostenido en el largo plazo es incluir el desarrollo inclusivo de las economías. Las sinergias entre países son de vital importancia para el crecimiento generalizado.

El debilitamiento del multilateralismo y el auge de los proteccionismos no cesa de amenazar el desarrollo económico global. Las continuas tensiones entre países y la dura lucha por el comercio internacional amenaza este desarrollo, así como a muchas economías dependientes del comercio exterior. También con ello al bolsillo de los ciudadanos, pues este continuo alzamiento de aranceles influye directamente en el precio de determinados productos, llevando a los ciudadanos a tener que hacer frente a este sobrecoste, producido directamente por estos conflictos que menciono.

Esta confrontación y lucha de intereses está desembocando en el descuido de prácticas, tan humanas y necesarias, como lo son el desarrollo inclusivo de los países, así como las ayudas para que estos países consigan salir de los escollos económicos que atraviesan. Y es que cuando los gobiernos abogan por la protección de intereses y por políticas proteccionistas en las que únicamente importa la propia satisfacción del país y el buen desarrollo de este, obviando el del resto de países, este crecimiento comienza a darse de un modo desequilibrado y que, en la mayoría de ocasiones, daña a aquellas economías mas necesitadas.

Las continuas rivalidades entre países se traducen en un sinfín de tratados de desarrollo ineficientes y que no pueden llevarse a cabo, pues la relación entre los países más desarrollados no es la óptima para trabajar de forma conjunta por un desarrollo generalizado e inclusivo, un desarrollo que, como he dicho, incluya acciones y políticas que aboguen por el crecimiento equitativo de los países y no solo el de unos pocos interesados. Para muchos, este tipo de afirmaciones pueden parecerle completamente utópicas, ya que sería la panacea que arreglase la situación mundial, pero de utopías nacieron los avances de nuestra sociedad.

"Cada vez existen más teorías que vislumbran una estrecha correlación entre desigualdad y crecimiento económico"

Bueno, dejando a un lado la filosofía y entrando en materia económica, el índice de Gini, o en términos más coloquiales, el índice que mide la desigualdad de los países, sigue ensanchándose, lo que dice que, pese al aumento en el crecimiento económico, este desarrollo no se está dando de un modo uniforme. Aunque no lo crean, el crecimiento económico de unos países puede afectar en la economía de otros. En el caso de España, este índice de Gini sigue aumentando pese la recuperación económica, y es que este indicador no ha cesado su crecimiento desde la crisis de 2008, lo cual refleja una inequidad en esta expansión económica.

En términos globales, esta recuperación tampoco se está dando de forma uniforme, solo se está dando para algunos países. Cada vez existen más teorías que vislumbran una estrecha correlación entre desigualdad y crecimiento económico, afectando negativamente esta desigualdad al crecimiento económico de los países. Por ello, trabajar el desarrollo inclusivo en los países es de vital importancia para un desarrollo sostenible y, más importante, sostenible en el largo plazo, pudiendo provocar recuperaciones parcialmente completas en aquellos países que atraviesan duros momentos para su economía, como es el caso de Argentina o Venezuela.

Y es que, ¿de qué nos sirve un desarrollo en Estados Unidos si después vemos economías como la de Argentina o Venezuela, donde sus propios habitantes no pueden alimentarse debido a los excesos económicos de sus respectivos gobiernos? Desde la perspectiva humana, no deberíamos dejar que este crecimiento se vea mermado por este tipo de síntomas, que no dejan a la economía crecer en su máximo potencial. Si existiese una coordinación entre países, la mitad de prácticas erróneas que se están aplicando podrían sustituirse, aplicándose nuevas prácticas que fomentan el crecimiento económico y, con ello, potencian el crecimiento mundial.

La prosperidad, como la paz, es indivisible. No nos podemos permitir que se esparza aquí o allí entre los más afortunados o que se disfrute a expensas de los demás

Como hemos comentado brevemente, el mayor impedimento y el mayor lastre para esto viene generado por los proteccionismos en los países y la falta de liberalización de las economías. Más verídico que la propia correlación entre desigualdad y crecimiento económico, es la relación entre liberalismo, en materia comercial, y crecimiento económico, pues la historia nos ha enseñado como aquellos países que han mostrado mayor grado de apertura al comercio y a las relaciones bilaterales con el resto de países, también son los mismos que han mostrado mayores tasas de crecimiento.

Con estos indicios, podemos sacar la conclusión de la necesidad de sinergias que aboguen por una mayor sincronización en materia comercial, ayudando directamente al desarrollo de los países, y con ello, al desarrollo global y generalizado. Impulsar el desarrollo inclusivo es una tarea necesaria para que se puedan dar desarrollos y expansiones económicas sostenidas en el largo plazo, por lo que la macroeconomía no es el único factor válido, hay que generar un cambio en las prácticas políticas, como he comentado, que aboguen por un trabajo sincronizado y común. Vivimos en un mundo cada vez más global, poner barreras a esto solo traerá sistemas basados en el individualismo y en la desigualdad global.

Henry Morgenthau, exsecretario del Tesoro de los Estados Unidos decía que "la prosperidad no tiene un límite establecido... La prosperidad, como la paz, es indivisible. No nos podemos permitir que se esparza aquí o allí entre los más afortunados o que se disfrute a expensas de los demás". Por ello, debemos abordar este tema de una forma conjunta y provocar ese cambio estructural en las economías, abogando por, como he dicho, esa sincronización que lleve a un desarrollo común en los países. Este desarrollo no tiene porque darse de la misma forma en todos los países, pero sí debemos evitar esos crecimientos que asfixien otras economías, dando lugar a crecimientos insostenibles.

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