El PIB: un indicador incompleto

El PIB: un indicador incompleto

PIXABAY

El Producto Interior Bruto ha sido, históricamente, el indicador de mayor relevancia para medir la riqueza de un país. La falta de exactitud, así como las variables de economía sostenible, podrían provocar que el uso de este se vea en peligro con el paso del tiempo.

El Producto Interior Bruto, o lo que conocemos más comúnmente como PIB, es uno de los indicadores macroeconómicos más utilizados en la historia. El PIB es utilizado por todos los economistas en el mundo para medir la riqueza de un país en función de lo que este produce y consume durante un tiempo determinado, en un lugar determinado.

Esta magnitud macroeconómica expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país o una región determinada, siempre cogiendo como referencia una horquilla de tiempo determinada. Su uso se remonta a su invención en 1934, cuando el profesor y economista Simon Kuznets decidió crear un indicador con el fin de poder medir la riqueza de un país y, así, poder comparar.

El PIB únicamente se centra en la producción, pero deja atrás variables tan importantes como puede ser la calidad de esta producción

Aunque su primer uso fue dado para medir el impacto de la gran depresión en los Estados Unidos, hoy en día hablamos del PIB como el indicador más válido y más usado para medir el crecimiento económico de los países, así como para comparar su evolución. Esto llevó al profesor Simon Kuznets a obtener el premio Nobel de Economía por su creación, dado el avance que suponía este indicador para la medición de la economía.

Pese al gran uso que dan los economistas hoy en día al PIB, el indicador siempre ha tenido grandes fallos que podrían poner en peligro su uso futuro, pues como dijo su creador, hay mediciones a donde el PIB no llega. El PIB engloba muchas variables para la medición de la riqueza del país, pero sin embargo, todo se decanta en la producción del país.

Hay muchas cosas que el PIB no tiene en cuenta porque es una medida que se ciñe a la medición de la producción, pero, en un mundo donde los recursos son cada vez más escasos y donde el reciclaje de estos se hace cada vez más habitual, el PIB no alcanza a medir ese reciclaje.

Esto no quiere decir que la economía esté estancándose, sino que la ciudadanía está desarrollándose en una economía más sostenible

A esto es lo que se refieren muchos economistas cuando hablan del PIB como un indicador obsoleto, pues al final el PIB precisa de un aumento en la producción y en el consumo cada vez mayor en ciclos cada vez mayores si no se quiere perjudicar la economía. Como digo, un gran problema a futuro, donde la gente es cada vez más consciente de la importancia de la reutilización de los bienes con el fin de ahorrar recursos.

En resumen, el PIB únicamente se centra en la producción, pero deja atrás variables tan importantes como puede ser la calidad de esta producción. Podríamos producir bienes de gran calidad, los cuales no precisen de renovación constante y su horizonte de vida aumente considerablemente debido a esta calidad, sin embargo, este aumento de la calidad provocaría una menor rotación de bienes, por lo que el PIB no se vería incrementado.

¿Esto quiere decir que la economía no crezca?

Por supuesto que no, la economía está creciendo continuamente y aunque el ritmo de crecimiento, según PIB, se vea resentido por una mayor reutilización y un mayor reciclaje, esto no quiere decir que la economía esté estancándose, sino que la ciudadanía está desarrollándose en una economía más sostenible.

La economía japonesa en materia de PIB lleva muchos años estancada, sin embargo, Japón es uno de los países con mayor excelencia en servicios y productos

Esto también es riqueza; un país que posee elevados niveles de calidad en su producción y donde el uso de los recursos es mucho mas responsable y sostenible que en otros países donde hay un aumento exponencial de la producción es una muestra de riqueza muy significante, pues podríamos decir que la economía se verá favorecida en el largo plazo, sin embargo, el Producto Interior Bruto no lo tiene en cuenta.

Si observamos casos como el de Japón, la economía japonesa en materia de PIB lleva muchos años estancada, sin embargo, Japón es uno de los países con mayor excelencia en servicios y productos. La calidad de los productos en Japón es indudablemente superior, la infraestructura es de excelentísima calidad y la rotación y renovación de esta es ínfima, lo que provoca que la producción disminuya.

Sin embargo, al no ajustarse esta excelencia y calidad en los bienes y servicios en el indicador, el crecimiento de este no ha sufrido grandes variaciones desde su estancamiento pese a que su economía funciona correctamente y, en algunos casos, mucho mejor que en otros países con mayor crecimiento en su PIB.

El PIB se deja variables tan significantes como la excelencia de la producción o la reutilización de recursos en la producción de bienes

Por otro lado, el aumento de calidad en la producción produce bienes más duraderos, por lo que, aunque, en materia de PIB, el ritmo de crecimiento es menor, el aumento de la calidad provoca una mejora para las compañías, que fabrican productos mucho más competitivos y con un gran valor agregado.

Al final, lo que estamos viendo es que el PIB se deja variables tan significantes como la excelencia de la producción o la reutilización de recursos en la producción de bienes. Unas variables a tener muy en cuenta y que, en caso de no incluirse, el uso del PIB podría ir perdiéndose con el paso del tiempo.

Síguenos también en el Facebook de El HuffPost Blogs