Los perros son tan listos como pensamos

Los perros son tan listos como pensamos

¿Has probado alguna vez a engañar a tu perro para que mostrara entusiasmo por algo que no tenía ningún interés para él? ¿O a poner a prueba sus instintos ofreciéndole algo aburrido con el tono con el que le ofrecerías una suculenta chuchería? Pues resulta que, aunque pueda parecer que está muy emocionado por el tono ascendente de tu voz, lo más probable es que no caigan en la trampa.

Border collie (Canis lupus familiaris) pair, UKNick Ridley via Getty Images

Escrito por Erik Ryken

¿Has probado alguna vez a engañar a tu perro para que mostrara entusiasmo por algo que no tenía ningún interés para él? ¿O a poner a prueba sus instintos ofreciéndole algo aburrido con el tono con el que le ofrecerías una suculenta chuchería? Pues resulta que, aunque pueda parecer que está muy emocionado por el tono ascendente de tu voz, lo más probable es que no caiga en la trampa.

En el Family Dog Project, de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, se ha descubierto que los perros, igual que las personas, procesan el significado de las palabras con el hemisferio izquierdo del cerebro y la entonación con el derecho. Aunque no son capaces de pronunciar palabras, los perros que viven con una familia están lo suficientemente expuestos a ellas como para entender lo que representan, independientemente de con qué tono se digan.

A grandes rasgos, esto significa que si intentamos ofrecerle a un perro algo de comer que no le resulte familiar utilizando el mismo tono con el que le ofreceríamos una chuchería que conozca, el animal reconocerá el engaño. No le vamos a engañar con un trozo de brócoli, por mucho que nos emocionemos con sus beneficios nutricionales. Simplemente no mostrará el mismo entusiasmo que si le anunciamos que le vamos a dar una tira de beicon o una salchicha.

De manera similar, se ha demostrado que nuestro tono de voz tiene un efecto más satisfactorio para el perro que la comida. En un estudio de The Dog Project de la Universidad Emory (Estados Unidos), los investigadores han descubierto pruebas claras de que los perros prefieren los elogios por encima de la comida como recompensa por haber completado una orden. Aunque es cierto que no todos los perros se comportan de la misma forma. Saber que algunos perros prefieren los elogios sociales y que otros prefieren los premios comestibles podría ser útil para determinar qué tipos de roles son los que mejor encajan con los perros de asistencia, de terapia o de rescate.

¿Entonces esto significa que los perros nos leen la mente? Pues no exactamente. Pero demuestra que son más capaces de interpretar el habla de lo que se suele creer. Desde el punto de vista científico, el descubrimiento de que los perros y los seres humanos presentan respuestas neurológicas similares al lenguaje oral da pie a indagar en la cognición humana.

El principal objetivo del Family Dog Project es investigar las relaciones humano-perro mediante estudios cognitivos y conductuales con especial énfasis en cómo han influido en nuestros perros y en nosotros mismos los lazos que llevamos tanto tiempo manteniendo. Los temas que investigan abarcan desde el estudio de los antepasados de los perros -se han comparado con los lobos de la actualidad y se ha observado cómo interactúan ambos con las personas- hasta el diseño de la conducta y la sociabilidad en robótica.

La tecnología que se utiliza para llevar a cabo estos estudios es la resonancia magnética. Este método requiere que el participante en la investigación sea lo suficientemente paciente como para descansar en la camilla de escaneo durante unos treinta minutos. Como es lógico, no todos los perros pueden aguantarlo, así que se escogen dependiendo de su disposición para aguantar este tipo de postura durante ese periodo de tiempo.

Para aquellos que puedan estar interesados, aquí puede verse cómo se entrena a los perros para pasar por la resonancia sin utilizar sedantes ni correas.

Este post fue publicado originalmente en la edición canadiense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.