El pueblo del "futuro" de Putin es lo más parecido al "fin del mundo"
Se encuentra al borde de la extinción.

Entre San Petersburgo y Moscú se encuentra Budushka, una pequeña localidad cuyo significado en ruso es "futuro", aunque si se tiene en cuenta las circunstancias en las que viven sus vecinos, la ciudad parece ser la antítesis de lo que representa su nombre.
La localidad, a la que actualmente solo se puede acceder por un camino de tierra, carece de servicios básicos como electricidad, agua, gas o incluso alcantarillado. Además, al contar con una población especialmente envejecida, las dificultades para sus ciudadanos son mayúsculas.
Uno de los aspectos más llamativos de Budushka es que, pese a la falta de servicios mínimos, cuenta con una destilería, algo muy apreciado por sus vecinos. Pero la falta de servicios de telefonía, cobertura y conexiones de todo tipo, la convierten en casi un municipio tercermundista.
Tampoco cuenta con farmacias o tiendas, aunque sí con ciertos paisajes naturales, como un manantial que al menos, permiten apreciar un mínimo atisbo de vida. Sin embargo, el resto de la estampa es desoladora, según los relatos de sus vecinos: apenas hay calles y las casas están en su mayoría tapiadas o desmoronadas.
Uno de sus vecinos, Mikhail, cuenta a un medio polaco Wiadomosci que apenas quedan 20 habitantes pese a que de niño, recuerda que era un pueblo "excepcionalmente grande", repleto de casas y gente, de lo que en la actualidad apenas quedan unos cuantos vestigios.
Pero todo comenzó a truncarse de forma precipitada a partir de la década de los 90, cuando la población fue reduciéndose de manera considerable, al morir bien por la vejez o por el consumo abusivo de vodka. A partir de ese momento, la situación se tornó mucho más complicada en el pueblo y desde entonces todo ha ido a peor, relatan.
"No tenemos cobertura móvil, eso es cierto ", se lamenta Mikhail, quien asegura que, aunque tienen televisión, no funciona. Y clama contra la situación: "¡Nadie puede vivir sin televisión!".
Otro de los vecinos del municipio, entrevistado por el medio citado es Yuri, de 58 años, y quien vive solo desde el fallecimiento de su mujer, ya que su hijo abandonó el pueblo en busca de oportunidades y afirma que "la soledad es muy dolorosa" y lamenta que "la vida es muy difícil" en el lugar.
Durante la conversación, dejó algunas impresiones acerca de la situación que vive el país, quien asegura que la propaganda le afecta, y que le preocupa profundamente la situación política de Rusia. "Estoy harto de estos ucraniano. Los combates ya van por su tercer año y miren cómo se han atrincherado", asegura. Además, dice que todas las regiones bajo control ucraniano, como Jarkov o Zaporiyia deberían de pertenecer a Rusia.
Pese a ello, afirma que Ucrania era una república hermana y lamenta lo ocurrido desde el mes de febrero de 2022, algo que, desde su punto de vista, solo se resolverá con la victoria final de Rusia o si Ucrania acepta las condiciones impuestas por Putin.