El Vaticano confirma que el papa Francisco murió a consecuencia de un ictus cerebral
El parte de defunción de la Santa Sede recoge, además, un "fallo cardiocirculatorio irreversible" de efecto fulminante.

El papa Francisco ha fallecido este 21 de abril, Lunes de Pascua, a los 88 años a consecuencia de un ictus cerebral fulminante. Tras horas de impacto y un sinfín de reacciones y noticias, la Santa Sede ha aclarado las causas exactas del deceso en el rito conocido como constatación de la muerte.
El equipo médico ha confirmado que el Santo Padre sufrió un ictus cerebral que le provocó un coma, junto a un fallo cardiocirculatorio irreversible, que se sumaron a los ya incesantes problemas respiratorios.
El documento, firmado por el director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, certifica que la muerte se produjo a las 7:35 horas locales en su apartamento, la residencia vaticana Casa Santa Marta.
La defunción ha sido constatada mediante un electrocardiograma, aclara. "Declaro —escribe Arcangeli— que las causas de la muerte según mi conocimiento y conciencia, son las indicadas anteriormente", finaliza el parte oficial.
Ya a primera hora, fuentes cercanas al papa confesaban que Francisco se levantó temprano y cuando se disponía a trabajar en su residencia comenzó a sentirse mal, sin dar tiempo para llevarle de vuelta al hospital Gemelli. Allí había permanecido 38 días ingresado recientemente, tras sufrir una grave crisis respiratoria de la que consiguió reponerse.
Según su historial, Francisco superó un episodio de insuficiencia respiratoria aguda por una neumonía bilateral microbiótica, así como una bronquitis múltiple, hipertensión y diabetes.