Estados Unidos se une a un aliado inesperado para mostrar su poderío aéreo contra Corea del Norte
Las amenazas planteadas en el Indo-Pacífico requieren entrenamiento y nuevas pruebas de material.

Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron este martes un juego de guerra aéreo, unas maniobras dirigidas contra Corea del Norte, mientras Washington moderniza su poder aéreo en su aliado del este asiático, de paso.
El ejercicio entre los dos aliados se produce después de que Corea del Norte, que cuenta con armas nucleares, probara su nuevo misil hipersónico a principios de este mes. Esta fue también la primera prueba de misiles de Piongyang del año.
El ejército estadounidense está modernizando su flota de aviones en el Océano Pacífico occidental para contrarrestar mejor las amenazas planteadas por China y Corea del Norte, incluido el reemplazo de aviones de combate de vieja generación estacionados en Japón, otro país aliado de EEUU en el este de Asia.
El ejercicio, de cuatro días y cuyo nombre en código es Buddy Squadron, se lleva a cabo en una base aérea en Wonju, al sureste de la capital de Corea del Sur, Seúl, y en él participan aviones de combate FA-50 y aviones de ataque KA-1 de Corea del Sur, así como aviones de ataque A-10 enviados por la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Según la fuerza aérea de Corea del Sur, el ejercicio bilateral tiene como objetivo mejorar las capacidades de la alianza en la ejecución de operaciones conjuntas como apoyo aéreo y patrullas de combate.
Según los medios de comunicación surcoreanos, revisados por Newsweek, se espera que este sea el último ejercicio en el que participen los modelos A-10. El avión, que lleva más de cuatro décadas operando en Corea del Sur, está especialmente diseñado para proporcionar apoyo aéreo a las fuerzas terrestres y se utiliza contra objetivos como tanques y otros vehículos blindados.
Como parte de la estrategia de modernización de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, el 25º Escuadrón de Cazas, estacionado en la Base Aérea de Osan en Corea del Sur, comenzó este mes una retirada de dos docenas de aviones A-10 a favor de aviones de combate más avanzados ya estacionados en Corea del Sur, incluidos cazas F-16 modernizados.
Este es un "cambio deliberado" hacia la introducción de aviones de última generación, que mejorarán significativamente la eficacia operativa y la postura de la fuerza estadounidense, garantizando la paz y la estabilidad en la región del Indo-Pacífico, incluida la Península de Corea, dijo la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Se planea, de paso, retirar más aviones de la flota A-10 mientras traza estrategias contra China, que ha presentado aviones de combate de próxima generación. Esa retirada de las aeronaves con base en Corea del Sur está prevista para el 30 de septiembre de este año, 2025.
Todavía queda por ver si la Washignton enviará nuevos aviones de combate a Corea del Sur, a medida que vaya eliminando gradualmente los antiguos aviones A-10.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos enfatizó en un comunicado de prensa: "La estrategia [de modernización] refuerza la disuasión contra Corea del Norte y reafirma el férreo compromiso de seguridad de Estados Unidos con la alianza Corea del Sur-Estados Unidos al fortalecer la defensa combinada de Corea del Sur y Estados Unidos".
La base aérea de Osan explicó, por su parte, las características del avión A-10: "El A-10 Thunderbolt II tiene una excelente maniobrabilidad a bajas velocidades y altitudes, y es una plataforma de lanzamiento de armas muy precisa y con gran capacidad de supervivencia. El avión puede permanecer cerca de las zonas de batalla durante largos períodos de tiempo y operar en condiciones de baja visibilidad y techo de nubes".