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La voz de un pueblo en el exilio: cómo viven los venezolanos en España la infinita crisis en su país

La voz de un pueblo en el exilio: cómo viven los venezolanos en España la infinita crisis en su país

La autoproclamación de Maduro abrió un nuevo episodio en Venezuela aún sin respuesta de la oposición. Interrogantes que tocan muy de cerca, pese a la distancia kilométrica, a los 400.000 venezolanos en España. 'El HuffPost' habla con cuatro de ellos con la angustia de qué, cuándo y cómo pasará "lo que tenga que pasar".

Ciudadanos venezolanos, en la manifestación en la Puerta del Sol por la libertad en VenezuelaMarcos del Mazo vía Getty Images

Son cerca de 400.000 en España, "si no más", "y entre tanta gente caben muchas sensaciones". Basta cruzar algunas conversaciones con su gente para que surjan palabras relevantes: ilusión, tristeza, nostalgia, miedo... y, por supuesto, esperanza. Pero una esperanza "matizada, un tanto escéptica", resume rápido Alfonzo Iannucci. Él, periodista afincado en Madrid, es uno más dentro de la inmensa comunidad de venezolanos obligados a construir una nueva vida en España. Un exilio en una "tierra hermana que nos ha acogido por completo" y desde la que no dejan de mirar a su tierra natal, como explica su colega Carleth Morales.

A miles de kilómetros de una abarrotada Puerta del Sol por el cambio, Venezuela vuelve a resquebrajarse tras una autoinvestidura despótica de Nicolás Maduro y con la oposición a la espera de su "momento". Qué, cuándo y cómo ocurrirá "lo que tenga que pasar", confiesan a coro— son los grandes interrogantes que afronta un pueblo acostumbrado a la crisis constante, a la lucha por la libertad y a tener que dejar atrás su propia tierra entre amenazas y represión.

Alfonzo, fundador de la asociación Gente que comunica y del portal Diáspora Venezolana, comparte profesión con Carleth, fundadora de Venezuelan Press. Esta activista por los Derechos Humanos confiesa que, desde el día 10, "frustración es la palabra que más oigo desde Venezuela". Se le multiplican las llamadas "pidiendo información de cómo venir, porque había muchas esperanzas en ese 10 de enero y el 10 de enero no pasó nada". "Y se me cae el alma a los pies cuando me hablan con la duda de si quedarse o irse, porque hagas lo que hagas es difícil".

El desasosiego no está sólo en Madrid, gran capital mundial de la diáspora venezolana. Metida en el frío de Valladolid, Julianny Duran comparte la "rabia y la nostalgia" que le transmite su entorno y los cientos de afiliados a la Asociación de Venezolanos en Valladolid (Asveva) que preside. 

Lo asume con "responsabilidad" por saberse la representante no ya de sus afiliados, ni de los miles de compatriotas en la ciudad, sino porque "somos la voz aquí de los que allí no pueden hablar". Contra el silencio de quienes callan para "no acabar secuestrado por el Gobierno", aquí les toca hablar. "Y movilizarse por nuestra libertad, porque la lucha es de todos", añade. 

"Todos podemos hacer mucho donde estemos", expone a su vez José Luis Acuña, presidente de la entidad de ayuda Asocaven. Desde Barcelona, defiende que unos pueden hacerlo "en un plano político", otros pueden ayudar "a nivel comunicacional, con los venezolanos y con los no venezolanos para explicarles lo que ocurre", o también "de forma operativa aportando ayudas". Porque, aunque la distancia sea inmensa en lo kilométrico, "nunca se desconecta de tu tierra de origen".

Si no morimos de desesperanza en 2014, 2017 o 2019 no nos moriremos ahora
Carleth Morales, fundadora de Venezuelan Press

Lo importante para el responsable de la asociación es que "sumemos para volver a tener una Venezuela democrática", tarea que alcanza a la sociedad por completo. De su labor, destaca que "una de las cosas más difíciles es ayudar al que viene sin recursos, pese al trabajazo que hacen Cáritas o Cruz Roja. Diría que resulta incluso más fácil ayudar al de allí".

Las conversaciones con Alfonzo, Carleth, Julianny y José Luis ocurren jornadas después del mentado 10-E. El día previsto para la autoproclamación de Maduro y la esperada reaparición triunfal de Edmundo González. Lo primero ocurrió, no así lo segundo. Cero sorpresas para el periodista. "Fue tal cual se esperaba, no podía ser de otra manera. La promesa de Edmundo González era decir que haría algo que no iba a poder hacer. Creo, con el respeto debido, que prometer su regreso fue un tanto irresponsable", lamenta Alfonzo. 

Dentro de esa "esperanza matizada" que daba comienzo a la charla, este comunicador nacido en Villa del Cura (Aragua) cree que el escenario inmediato pasará por ser "uno bastante parecido a lo ocurrido con Juan Guaidó en 2019, con un cierto reconocimiento internacional a Edmundo, pero sin traducirse en un cambio de gobierno".

"Popularmente quedó al descubierto que son una minoría del 30%, pero eso no es suficiente para cambiar un régimen dictatorial como es Venezuela. Desde hace dos siglos ningún cambio se ha dado por presión popular, sino por intentona militar", algo que Alfonzo descarta a corto plazo. Básicamente, porque "tampoco ha habido una sola muestra de apoyo real de la cúpula militar a Edmundo... aunque también te digo que en Venezuela tenemos un dicho, el ejército es leal hasta que se rebela".

Confiamos en llegar al 'final' que prometió María Corina. No sabemos cuál ni cuándo será, pero trabajamos por alcanzarlo, aunque ahora toque, otra vez, el tiempo del juego político
José Luis Acuña, presidente de Asocaven

Julianny comparte la frase de María Corina Machado, acusando a Maduro de "condecorarse con la banda presidencial, pero en el tobillo", dando "la imagen al mundo de lo que es, un dictador". "Si en un bingo no te dan premio sin presentar el cartón, cómo puede ser presidente sin actas. La oposición sí las presentó", sentencia. 

Sabe que es un gesto más útil de cara al reconocimiento internacional que para confirmar un cambio interno, pero confía. La responsable de Asveva cree que Maria Corina y Edmundo "van haciendo su camino bien y sólo ellos saben la estrategia que seguirán. Yo estoy segura de que va a pasar algo, porque son casi 25 años así".

Un cuarto de siglo "esperando un cambio". "Y si no morimos de desesperanza en 2014, 2017 o 2019 no nos moriremos ahora", apunta Carleth. La cabeza de Venezuelan Press cree que ahora toca "un tiempo de reflexión"

"El pueblo está en un tiempo para saber qué pasó y proyectar qué va a pasar. Ya nos ocurrió con Leopoldo López, con Capriles y con Guaidó. Ahora toca ver si, tras este tiempo, los líderes siguen siendo María Corina y Edmundo o si surgen otras alternativas", expone. Para la periodista natural de Caracas "ese relativo silencio que se percibe tras el 10-E es la evolución natural y necesaria; no podemos salir como pollos sin cabeza".

Asegura hablar "como periodista, como activista y como venezolana" antes de sentenciar que "nuestro pueblo tiene un compromiso de por vida con los venezolanos asesinados, reprimidos y exiliados. Tantas vidas no van a caer en el saco roto de la desesperanza". No lo harán, prosigue José Luis, porque confiamos en llegar al 'final' que prometió María Corina. "No sabemos cuál ni cuándo será, pero trabajamos por alcanzarlo, aunque ahora toque, otra vez, el tiempo del juego político y diplomático", remata.

"Cuesta pensar que un país como Venezuela pueda vivir aislado del mundo. Sólo hay que mirar alrededor. El régimen de Siria, con un gobernante 'atornillado' al poder durante generaciones ha caído. Sabemos que el 10 no fue el día, pero no nos dijeron que el día fuera el 10, la esperanza persiste".

  Emoción en la manifestación por Venezuela del 9 de enero en MadridTHOMAS COEX vía Getty Images

Sus voces se encuentran y desencuentran en diferentes puntos de las entrevistas. En lo que sí coinciden por completo es su cariño a su segundo país, España, una nación que juega un papel clave en la cuestión venezolana. El agradecimiento se vuelve "infinito" en palabras de Carleth hacia "nuestra tierra hermana". Pero ella y sus compatriotas marcan distancias por el tratamiento político hacia el régimen de Maduro.

José Luis tiene claro que sería "injusto" criticar al país que les ha dado unas condiciones de acogida y residencia "como no se hace con otros países". Y esto, hay que decirlo, lo hace el Gobierno, pero a ese mismo Gobierno le falta un pronunciamiento contundente contra Maduro y su juramentación", como si ha hecho la oposición. En Barcelona, donde reside hace 14 años, le llama la atención la unión de partidos como Junts, PP y Vox hacia Edmundo, lo que ve "una muestra de que esto no va de ideología, sino de democracia".

Para Julianny, más allá de ideologías, "los venezolanos esperamos un paso adelante del Gobierno, reconocer a Edmundo González como presidente electo, algo que todavía no han hecho". Tampoco quiere entrar en el matiz ideológico la fundadora de Venezuelan Press, que tira de pragmatismo. Carleth Morales no duda al expresar "mi agradecimiento a la oposición española" en su apoyo a la alternativa democrática "y me dan igual los motivos por lo que lo hacen, la realidad es que en vez de discutir de otras cosas luchan por la libertad de Venezuela". 

Ella no se adentra en reproches al Ejecutivo central y sí vuelve al factor de acogida, "una concesión graciosa que nos privilegia frente a otras nacionalidades; mientras se mantenga esa concesión graciosa seguiré agradeciendo lo que hace el Gobierno más allá de su discurso". Porque, remata, "eso también es atender al pueblo de Venezuela", un pueblo que "aquí o allí" sigue con ansias de libertad.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es