Una pequeña y mortal arma es lo único que está consiguiendo romper la caja fuerte de Rusia
La estrategia militar que ha puesto en marcha Ucrania está empezando a debilitar a principal fuente de ingresos de Moscú.

La industria petrolera de Rusia, clave para el Producto Interior Bruto (PIB) ruso, empieza a dar muestras de debilitamiento en un escenario cada vez más adverso. En 2024, las exportaciones marítimas de derivados del petróleo cayeron un 9,1%, situándose en 113,7 millones de toneladas, según Reuters. Este pronunciado descenso evidencia, por otro lado, el impacto de los golpes recibidos por un sector vital para que Moscú sea capaz de mantener el ritmo de financiación de la guerra en Ucrania.
Precisamente, la nueva estrategia militar ucraniana ha intensificado los ataques directos sobre las infraestructuras petroleras de Rusia. Varios drones han impactado en refinerías situadas en Tuapse, Ilyich y Novoshakhtinsk. Ataques que, por otra parte, han obligado a suspender operaciones de extracción y reducir el flujo de exportaciones. En Tuapse, los envíos se desplomaron un 33%, alcanzando solo 9,1 millones de toneladas, algo que toca de lleno a gigantes estatales como Rosneft, quinta mayor productora rusa de productos energéticos de origen petrolífero, creada con los activos del ex gigante petrolero Yukos .
A nivel nacional, las refinerías procesaron cerca de 267 millones de toneladas de crudo en 2024, la cifra más baja en 12 años. La suma del aumento de los costes de producción, la caída de los precios y las restricciones a las exportaciones están ahogando a la industria rusa. Además, estos ataques con drones generan un impacto psicológico al exponer que la tecnología puede superar las defensas de unas instalaciones consideradas estratégicas y fuertemente protegidas.
Impacto también en los puertos de Rusia
Los principales puertos rusos desde los que se da salida a productos desde Rusia también han registrado caídas significativas. Los envíos desde el Báltico bajaron un 9%, situándose en 61,96 millones de toneladas, mientras que los de del Mar Negro y Mar de Azov cayeron un 10%, con 42,75 millones de toneladas exportadas. Incluso las terminales del Ártico han experimentado descensos del 14%, con apenas 1,01 millones de toneladas. En el extremo oriente ruso, las exportaciones se redujeron un 3%, hasta los 7,97 millones. Novorossiysk, sin embargo, logró incrementar sus exportaciones un 4%, hasta 19 millones de toneladas. En diciembre, las exportaciones marítimas de productos petroleros experimentaron un repunte del 10,8%, sumando 10,37 millones de toneladas en ese mes.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos, Reino Unido o la Unión Europea sobre el sector petrolífero han intensificado la presión en la industria, con multas y bloqueos de unos 200 buques de la denominada "flota en la sombra" y contra empresas rusas clave. Como efecto colateral, el precio del barril de Brent ha aumentado casi 5 dólares por barril.
Los países miembros del G7, según The Kyiv Independent, también evalúan la posibilidad de reducir el límite del precio de 60 dólares por barril impuesto al petróleo ruso, lo que podría agudizar aún más la situación del sector. Ante este panorama, Rusia se enfrenta a un deterioro continuo de su capacidad exportadora, mientras los ataques con drones y las restricciones han conseguido hacer tambalear su pilar económico más importante.