El Gran Hermano hecho seguro de automóvil

El Gran Hermano hecho seguro de automóvil

Nos llegaba el pasado lunes una convocatoria de prensa de Generali Seguros y Movistar para acudir a la presentación de un nuevo tipo de seguro, con cobertura "telemática" de nuestra conducción para recalcular la prima de nuestro seguro, asegurándonos ventajas si somos "buenos conductores".

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El nuevo eslogan de Generali Seguros. Foto: Generali Seguros.

Nos llegaba el pasado lunes una convocatoria de prensa de la mano de Generali Seguros y Movistar para acudir a la presentación de un nuevo tipo de seguro, con cobertura "telemática" de nuestra conducción para recalcular la prima de nuestro seguro, asegurándonos ventajas si somos "buenos conductores".

Comentando el tema ese mismo día con Alberto Ballestín, nuestro antiguo director de Autoblog que ahora trabaja en Engadget, me convenció para esperar a realizar este artículo de opinión hasta tener todos los detalles de la nota de prensa, para no encender las mechas de los cañones antes de tener contra quién apuntar.

Pero ahora que ya tenemos en nuestro poder todos los datos, personalmente no puedo hacer otra cosa, amigo lector, que informarte de ello, y criticar duramente una política que me parece tremendamente injusta. Analicemos los hechos.

La idea de Generali Seguros, con la colaboración técnica de Movistar, tiene un punto de partida lógico y defendible: en lugar de basar la póliza de tu seguro en cifras estadísticas sobre accidentes por grupo de riesgo (edad, relación peso potencia del vehículo, localidad, tipo de uso), se nos propone pagar por el uso "real" que hacemos del vehículo, con lo que, en teoría, pagan más los que más riesgos asumen.

Pero si bien la idea es más lógica, su puesta en práctica no sólo deja mucho que desear, sino que crea un tipo de desigualdades completamente ilógicas, que de estandarizarse en la industria de los seguros, acabarán marginando a los que más y probablemente mejor conducen (o al menos a los que más experiencia al volante acumulan).

El seguro "variable" que propone Generali (algo que en Estados Unidos lleva algunos años funcionando bajo las siglas PHYD) parte de un 50% de la cuota estadística estándar. Es decir, el primer mes pagarás el 50% del seguro anual basando la cuota en los estudios estadísticos "de toda la vida". El 50% restante será la parte variable, y te podrás zafar de pagar parte de esa cantidad si "eres un buen conductor".

Pero, ¿qué es, para Generali Seguros y Movistar ser buen conductor?

Los aseguradores montarán un sistema de localización en nuestro vehículo, que registrará y transmitirá los siguientes datos: Velocidad, kilometraje recorrido, así como qué parte de él haces en entorno urbano y qué parte en carretera abierta, horas de conducción nocturna, aceleración y frenadas bruscas. En función de estos parámetros, hará una determinación de "lo buen conductor que eres".

Esto, señores, es una soberana "tontería", que voy a proceder a "desmontar", punto por punto, pues se nos vende este seguro como una apuesta innovadora que se sale del uso de estadísticas, pero hace exactamente lo contrario: basarse en estadísticas para zafarse de aplicar primas a aquellos conductores que tienen un historial sin partes.

Y voy a empezar con el tema del kilometraje. Dice la estadística que cuantos más kilómetros recorres al año, más probable es que tengas un accidente. Partiendo de una base matemática, esto podría tener cierto sentido: Si el conductor medio tiene un parte de accidente cada 150.000 km recorridos, cuanto más andes al año, más probable será que tengas un accidente. Pero la realidad del día a día dice lo contrario. Como toda estadística, la generalidad no cubre a todos los individuos.

Me voy a poner como ejemplo: recorro más de 100.000 kilómetros al año como conductor y (gracias a Dios, toco madera) sin un solo parte de accidente ni golpe (y una sola multa por ser cazado a 135 por hora en un tramo de 120) en 10 años. En cambio, una persona muy cercana a mi (no, no es mi novia) apenas recorre 5.000 km al año (menos, incluso). Según esta estadística, si anda tan pocos kilómetros, tiene muy pocas probabilidades de tener un accidente. En cambio, la realidad es que su falta de conducción hace que no esté habituada a conducir, y por tanto, cada vez que coge el volante se muestra insegura, con movimientos poco predecibles, sin controlar el vehículo. ¿Resultado? Esta persona tiene accidentes tontos, rasponazos, golpes en aparcamientos... Muchos de ellos acaban en parte, otros no, porque lo aclara con el otro conductor. Y no, todos sabemos que no es un problema concreto de esta persona, sino que, simplemente, esta persona no está habituada a conducir, y lo paga con una conducción menos fluida.

Cambiamos de tercio a la cantidad de horas de conducción nocturna y a la velocidad. Estadísticamente, de nuevo, es más probable tener un accidente cuantas más horas circules de noche, o cuando circules a mayor velocidad de la establecida. Pero de nuevo esta estadística se escapa de la realidad de cada persona y cada individuo.

Un conductor experimentado, con muchos kilómetros a sus espaldas, que realice por su trabajo muchas horas de conducción nocturna, no es más peligroso a 140 por hora que un conductor que coge esporádicamente el coche una vez cada dos semanas y en vacaciones, y que sale en verano con el coche cargado hasta arriba a su destino turístico, a plena luz del día a 120 por hora. ¿O sí?

El tema de las aceleraciones ya sí que es de traca. ¿He de suponer que yo, por acelerar más fuerte (gracias al par extra de mi motor) o por frenar más fuerte en los puertos de montaña supongo mayor riesgo de accidente que esta persona que toca el coche 10 veces al año?

Se me ocurren mil maneras de ser un peligro conduciendo de día, sin "brusquedad" en aceleración y frenada y respetando los límites de velocidad (conducir con lluvia con las antinieblas encendidas a 120 por hora mientras la autopista está encharcada), o lo que es peor, se me ocurre la idea de conductores evitando a toda costa frenar y acelerar de manera brusca, aún cuando lo necesitan (adelantamiento, frenada brusca para un paso de peatones, semáforo o señal de "stop") para tratar de evitar que la prima de su seguro se incremente.

Siempre he pensado, y esto es una opinión personal (todo el artículo lo es, de hecho), que el método de selección de primas de seguro empleado por las aseguradoras es injusto, pues la estadística no debería ser el único elemento para valorar una prima, sobre todo para los conductores primerizos. Pero una vez que llevas 10 o más años conduciendo, no has tenido un sólo accidente (ni con ni sin parte), y recorres centenares de miles de kilómetros al año, no puedes obtener una peor prima que una persona que coge el coche 10 veces al año y apenas hace 5.000 kilómetros. ¿Por qué? Pues porque, como en cualquier otra actividad, la experiencia es parte de la formación, y un conductor con mucha, mucha experiencia, es, por lógica, un conductor más seguro, aunque esté más horas expuesto a tener fatalidades.

Imaginemos por un momento que esta base se aplicara a la aviación comercial. Dado que cada "equis" horas de vuelo se produce un accidente aéreo, los capitanes que llevan volando años sin incidentes, ¿tienen más probabilidades de tener una catástrofe aérea entre manos? ¿No irías más seguro con un piloto que vuela centenares de horas al año que con uno que apenas llega a diez?

Obviamente, podrán sacar los encargados de los seguros mil y una estadísticas demostrando los grupos de riesgo de accidente, que determinarán que es más probable tener más accidentes de noche, corriendo, acelerando, frenando... Pero la realidad es que si quieren vendernos la moto de un seguro individualizado, donde se pague por quién eres, atendiendo a tu riesgo real, y no a uno relativizado contra estadísticas, deberán pensar otro formato, uno que valore objetivamente tus cualidades como conductor, tu historial, tu trabajo y tus aptitudes. Sí, suena a misión imposible, y cualquier intento de acercarnos a ese concepto acabará como este de Generali: en una suerte de Gran Hermano virtual que mide cada cosa que hacemos (¿soy al único al que eriza el vello pensar en empresas acumulando datos sobre cómo conducimos y a dónde vamos?). Entre tanto, que no vendan la moto con "pagas por cómo conduces", porque, señores, si yo firmo un seguro de estos, tendré que pagar 6.000€ al año, por lo menos.

Me temo que el negocio de los seguros siempre estará:

1.- Gestionado y pensado para ganar dinero, ya que por algo es... "un negocio", ¿no?

2.- Marcado por las estadísticas, ante la imposibilidad de ofrecer productos a la medida real del cliente.

Nota al pie: Obviamente, me dirán, puedo acogerme a otro tipo de póliza, pero si esta se presenta como la solución "universal" para ganar en "justicia en pólizas y primas", lo llevan claro.

Segunda nota al pie: Mapfre ya hizo una prueba piloto allá por 2007 con un seguro similar, solo que consideraba velocidades medias, en lugar de puntas, y no contabilizaba aceleraciones y deceleraciones. Estaba pensado para jóvenes (el grupo al que más marginan las compañías de seguros), y teniendo en cuenta que ya no se publicita, parece que no fue un éxito.

Artículo originalmente publicado en Autoblog.