Piden reabrir el caso del inmigrante que falleció porque la Guardia Civil le pinchó el salvavidas

Piden reabrir el caso del inmigrante que falleció porque la Guardia Civil le pinchó el salvavidas

El Ministerio Fiscal ha pedido que se reabra la investigación por la muerte en 2007 del inmigrante senegalés Laudling Sonko, presuntamente después de que unos guardias civiles le pincharan el flotador con el que pretendía acceder a Ceuta.

La Fiscalía ceutí ha adoptado esta decisión después de recibir la comunicación oficial de la Fiscalía General del Estado sobre la orden cursada el pasado mes febrero por el Comité contra la Tortura de la ONU, en base a la cual condenaba a España y exigía una investigación en condiciones.

Según han informado a Efe fuentes judiciales y policiales, la orden del Comité ha sido analizada por la Fiscalía General del Estado, que ha instado a la Fiscalía en Ceuta a que se reabra el caso y estime la forma de proceder.

La Fiscalía en Ceuta se ha personado y ha solicitado que se reabran las actuaciones que fueron archivadas en su día, notificando este hecho a la familia que Sonko tiene en España, concretamente una hermana que reside en Almería.

La familia del fallecido dijo que el caso se archivó sin que tuviera conocimiento oficial y que no les había llegado notificación alguna sobre el archivo de la causa, con lo que no tuvieron derecho a poder recurrir y a instar al poder judicial a que se investigara cómo se produjo la muerte.

El Comité contra la Tortura de la ONU declaró en febrero de este año que España violó la convención internacional en los hechos que concluyeron con la muerte del inmigrante, a quien presuntamente la Guardia Civil de Ceuta pinchó el salvavidas cuando intentaba entrar en España y se ahogó porque no sabía nadar.

Los hechos ocurrieron en la noche del 25 a 26 de septiembre de 2007 frente a las costas de Ceuta, cuando una embarcación de la Guardia Civil, con tres agentes, interceptó a cuatro subsaharianos -tres hombres y una mujer- que intentaban acceder a nado a la ciudad, procedentes de Marruecos.

Según la denuncia, la Guardia Civil los subió a bordo, los trasladó a aguas jurisdiccionales de Marruecos, les pinchó los salvavidas y les obligó a arrojarse al mar, pese a que uno de ellos, el senegalés de 29 años Lauding Sonko, "se agarró fuertemente a la barandilla de la embarcación, repitiendo que no sabía nadar, pero los guardias emplearon la fuerza para soltarlo y echarlo al mar".

Cuando la Guardia Civil se percató de que tenía dificultades para llegar a la orilla, un agente se tiró al agua y, una vez en tierra, empezó a hacerle masaje cardíaco, pese a lo cual falleció y fue enterrado en el cementerio de Santa Catalina de Ceuta, sin identificación.

La denuncia fue presentada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), cuyo abogado, el sevillano Alberto Revuelta, dijo que la resolución considera demostrado que los hechos suponen una vulneración del artículo 16 de la Convención contra la Tortura en cuanto constituyen un "trato cruel, inhumano y degradante".