Arte urbano: Orgosolo, el pueblo de bandidos de Cerdeña que se transformó en un mural gigante (FOTOS)

Arte urbano: Orgosolo, el pueblo de bandidos de Cerdeña que se transformó en un mural gigante (FOTOS)

Orgosolo, en el interior de Cerdeña, fue un pueblo temido por sus bandidos. Ahora, en cambio, es conocida por sus murales de contenido sociopolítico, que un profesor de instituto comenzó a pintar en los 70 y que recorren momentos históricos, también del siglo XXI, como los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos o la caída de Sadam Hussein.

Los murales de Orgosolo -en una de las entradas al pueblo un hombre pintado sobre dos piedras se tapa con la mano- han convertido a este lugar en parada turística para quien se mueve entre las montañas del interior de la isla. La Segunda Guerra Mundial, la bomba atómica, las huelgas de trabajadores, los problemas del capitalismo, la corrupción política, o la liberación de la mujer son algunos de los temas que tratan.

En el libro Wild Sardinia (Cerdeña Salvaje), de Tracey Heatherington, sobre naturaleza y paisajes an la isla, cuenta cómo Orgosolo era conocido como tierra de bandidos.

Del pasado y el presente de Orgosolo también hablan las guías de viajes, con el recuente de que entre 1900 y 1950 la tasa de asesinatos era de uno cada dos meses, en una violencia heredada de una disputa familiar sobre terrenos que fue novelada por la Premio Nobel de Literatura del vecino Nuoro, Grazia Deledda. El pueblo también llegó al cine en los 60 con Bandidos de Orgosolo. En los años de posguerra -y hasta los 90- el pueblo fue famoso por los secuestros e incluso tuvo un personaje tipo Robin Hood, Gaziano Mesina, conocido como Rosa Escarlata, uno de los bandidos más famosos de la isla. Lo que sí es aún llamativo es como en muchas señales de tráfico de la zona se mantienen en pie pese a los disparos de bala de quienes las utilizan como diana.

No está en la zona más turística de Cerdeña, pero es uno de los pueblos de interior característicos de la región de Nuoro. Orgosolo, donde viven unas 4.000 personas, es un ejemplo de pueblos italianos que conseguido convertir sus paredes en reclamo turístico, como también lo ha hecho Valloria, el pueblo de las puertas pintadas. Estos son algunos de los murales que te puedes encontrar de visita en Orgosolo: