Multa a Juan Ramón Lucas: 2.160 euros por conducir sin puntos

Multa a Juan Ramón Lucas: 2.160 euros por conducir sin puntos

EFE

La multa a Juan Ramón Lucas por conducir sin puntos asciende a 2.160 euros, por un delito contra la seguridad vial, un día después de ser interceptado por agentes de la Policía Local de Valencia..

El periodista ha aceptado pagar el importe. La sentencia es fruto de la conformidad alcanzada por las partes en el juicio rápido que por estos hechos ha tenido lugar esta mañana en el Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia.

Al finalizar la vista, en la que debido a la conformidad no se ha practicado prueba alguna, el periodista ha declarado a los medios de comunicación que asume su "culpa", pero que desconocía que hubiera perdido los puntos. "Obviamente, asumo mi culpa, así como el reproche social y la multa que lleva aparejado el hecho delictivo que he cometido, pero insisto en que, por negligencia o despiste, no he tenido constancia de que no tenía puntos. Si no, evidentemente no habría cometido esta irresponsabilidad", ha afirmado.

Perdió los puntos en 2010. El periodista ha indicado que esta situación le fue notificada en su domicilio en 2011, aunque asegura que no recibió la notificación "personalmente", de ahí que lo desconociera. "Jamás habría conducido sin puntos, de saberlo", ha declarado, y ha dicho desconocer también los hechos por los que le quitaron estos puntos.

REFLEXIONAR A LA HORA DE PONERSE AL VOLANTE

El periodista ha propuesto que su condena sirva de "enseñanza para todos, de reflexión sobre la importancia de concienciarse para no cometer imprudencias en la carretera". "De mi condena de hoy me llevo una reflexión íntima y personal pero, sin entrar en el protagonismo de mi persona, me gustaría que sirviera de reflexión colectiva", ha insistido.

Además, al hilo del "ruído" generado por la noticia, Juan Ramón Lucas ha escrito lo siguiente en su blog personal:

Que este caso reabra un debate que nunca deberíamos cerrar del todo y sirva para que tomemos conciencia de que la ley no es un capricho de dirigente sino una forma de organización, un compromiso individual y colectivo que en este caso, además, salva muchas vidas.

Para otros, visto lo visto en algunos medios, lo esencial es el linchamiento a un servidor. Pues vale, que me sigan crucificando. Yo ni soy héroe ni aspiro a mártir; menos aún si el dedo acusador tiene fundamento… que lo disfruten. Si eso sirve para que más de uno vaya a mirar la web de la DGT y compruebe cuántos puntos le quedan, y para que más de dos y más de tres se repiensen lo de pisar el acelerador o hablar por teléfono o saltarse un semáforo, bienvenidos sean los hijos de Lynch.