La Fiscalía acusa a los policías del 'caso Faisán' de colaboración con banda armada

La Fiscalía acusa a los policías del 'caso Faisán' de colaboración con banda armada

EFE

Colaboración con banda armada. El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha ordenado a la Fiscalía de la Audiencia Nacional que acuse de este delito a los dos únicos procesados por el 'caso Faisán', el exjefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies y el exinspector de la Brigada de Información de Álava José María Ballesteros.

En un escrito registrado este viernes, el fiscal Carlos Bautista pide dos años de cárcel para Pamies y uno y medio para el entonces inspector José María Ballesteros por un delito de revelación de secretos, aunque incluye como alternativa una petición de cinco años de cárcel por colaboración con organización terrorista.

La Fiscalía señala que la calificación jurídica alternativa se hace en virtud del inciso primero del párrafo primero del artículo 25 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, que recoge que el "fiscal general del Estado podrá impartir a sus subordinados las órdenes convenientes al servicio y ejercicio de sus funciones, tanto de carácter general como referidas a asuntos específicos".

Según ese artículo, el fiscal general podrá impartir a sus subordinados las órdenes e instrucciones convenientes al servicio y al ejercicio de las funciones, tanto de carácter general como referidas a asuntos específicos.

11 AÑOS DE INHABILITACIÓN

Además de la pena de cárcel, el fiscal pide que ambos sean condenados a 11 años de inhabilitación absoluta y multa de 27.000 euros para Pamies y de 21.600 para Ballesteros, como autores del chivatazo que desbarató una operación contra el aparato de extorsión de ETA en mayo de 2006, en plena negociación con la banda.

En su escrito, Bautista relata como el 3 de mayo de 2006, se tuvo conocimiento en una reunión en una sidrería de Oyarzun entre el dueño del bar Faisán, Joseba Elosúa, el negociador etarra Ramón Sagarzazu y el fallecido Gorka Aguirre, destacado miembro del PNV, de la entrega a ETA de nueve millones de pesetas (54.000 euros), a lo que eludieron en clave hablando de "nueve botellas de vino".

Ese dinero, iba a ser entregado en el bar de Elosúa al miembro de ETA Cau Aldanur, residente en Francia. Con esos datos, esa misma noche se activó el operativo policial "encaminado a la intervención del dinero y detención de todos los posibles miembros de la trama".

El entonces jefe superior de policía del País Vasco Enrique Pamies se enteró del dispositivo la tarde anterior y alertó a Aguirre "y buscó a una persona que no perteneciera a la plantilla de San Sebastián y no pudiera ser reconocida" para que entrara en el Faisán a avisar a Elosúa, y "el elegido fue" Ballesteros.

VIAJE A IRÚN

Con ese fin, en la mañana del 4 de mayo Ballesteros se dirigió a Irún y en las inmediaciones del domicilio de Elosúa se encontró a su mujer a Avelina Llanos y le preguntó cómo llegar al bar y cuando se encaminó a ese lugar llamó a Pamiés que le indicó que contactara con el dueño del Faisán "aún a sabiendas de que existe vigilancia en la parte delantera".

Ya en las inmediaciones del bar, Pamiés le llamó a las 11.08 horas, llamada que es localizada en el repetidor y Ballesteros es además localizado por la cámara de vigilancia frente al local, al que entró por la puerta trasera. Al entrar, preguntó por Elosúa y le entregó un teléfono en el que Pamiés le dio el famoso soplo.

Tras recibir el aviso, Elosúa se dirigió a una lonja de su propiedad, de la que se sospecha hizo desaparecer cartas de extorsión de ETA, dinero y sellos de la banda, después intentó contactar con Cau Aldanur con el móvil de su hijo, José María Elosúa, "no acertando por los nervios a marcar el número", por lo que decide llamar desde una cabina.

HASTA FRANCIA

A las 12.40 horas, Elosúa y su yerno Carmelo Luquín se desplazan a Francia en un coche, al que se había instalado un dispositivo de seguimiento, por lo que fue captada la conversación que ambos mantuvieron en la que le cuenta como le han dado el chivatazo, "olvidándose de que no tenía que hablar en el coche", tal y como le había avisado Pamiés.

La operación contra la red de extorsión se llevó a cabo, finalmente, el 22 de junio de 2006 siendo detenidos todos los integrantes "pero sin que se encontrase una sola carta de extorsión en ninguno de los registros ni los 54.000 euros de un posible pago de la extorsión al que hacían referencia las conversaciones intervenidas".

El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz procesó por colaboración a Pamies y a Ballesteros el pasado mes de octubre por intentar "frustrar" una operación contra el aparato de extorsión de ETA en mayo de 2006 y dar el chivatazo en el bar 'Faisán'.